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Terapia psicológica para niños desobedientes

Terapia psicológica para niños desobedientes

La desobediencia muchas veces es parte del proceso de crecimiento de los niños, que pasan por fases en las que desafían y experimentan. Algunas veces, estos conflictos son demasiado frecuentes y generan problemas en la relación con los padres. Es normal que los niños quieran probar hasta dónde pueden llegar y cuál será nuestra reacción si sobrepasan el límite marcado. Es en ese momento cuando hay que mostrarse firmes, pues si cedemos, costará mucho más retomar el respeto de las normas.

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Causas de la desobediencia

Puede haber muchas causas detrás del comportamiento desafiante y disruptivo de nuestro hijo. Por lo general, habrá más de una causa, ya que en psicología rara vez una única causa explica un comportamiento. Es posible que nuestro hijo tenga un temperamento difícil, un carácter fuerte, o que tenga unos rasgos de personalidad determinados que favorecen este tipo de comportamientos.

Los motivos pueden ser también difíciles de ver por parte de quienes le rodean. Pero si este estado se prolonga en el tiempo, los niños se pueden sentir infelices con ellos mismos, reducir su autoestima y bajar notablemente su rendimiento académico. Además de las consecuencias negativas que tiene todo esto en la relación familiar y la conexión emocional.

Por otro lado, está el estilo educativo de los padres. Generalmente, detrás de estos problemas de conducta hay un estilo educativo parental demasiado permisivo. Padres a los que les cuesta hacer cumplir las normas, que tienen dificultades para manejar los retos y desafíos de los niños o que sucumben a menudo a las peticiones de los niños “por no oírles”. Los niños tienen una capacidad especial para llevar la insistencia a su máxima expresión, y lo difícil es mantenernos firmes y ser más constantes aún que ellos.

Es importante valorar dónde y a quién desobedece el niño, porque muchas veces esto es un claro indicador para ver los conflictos y poder darles solución de manera más eficaz. Por ejemplo, un niño puede ser muy desobediente en casa, pero todo lo contrario en el colegio.

 

 

La ayuda del psicólogo infantil es necesaria cuando los padres ya se han dado cuenta de que lo que ellos están haciendo no funciona y se siguen produciendo situaciones en las que el niño desobediente no acata las normas y no obedece. Lo que hay que evitar es que estas situaciones de malestar se alarguen en el tiempo y deterioren tanto las relaciones como la autoestima del niño e, incluso, la de los padres que, a veces, se frustran cuando se sienten culpables de sus reacciones por considerarlas excesivas.

El psicólogo infantil trabaja con el niño, y también con los padres porque muchas veces necesitan orientación para conseguir que sus hijos obedezcan y para saber qué hacer cuando estos no lo hacen. Los niños, lejos de lo que suele pensarse, no rechazan recibir terapia psicológica, ya que les ayuda a terminar con este tipo de conflictos que ellos también sufren; y habitualmente colaboran muy positivamente con la terapia.
 

¿Qué podemos hacer los padres?

Las pautas más eficaces para corregir a un niño desobediente son las que estimulan la motivación del pequeño con el refuerzo de sus aspectos positivos.

- Poner límites y normas claras: Y hacerlas cumplir. Hay muchas formas. No es necesario ni mucho menos estar todo el día castigando. Es importante saber motivarles y hacerles entender las consecuencias de sus actos.

- Ser consecuente, y perseverante: No sirve de nada castigar y levantar el castigo a la media hora, tampoco permitir hoy una conducta, y no al día siguiente.

- No perder los nervios: Aunque sea difícil, hay que intentar controlar el enfado al máximo. Una buena técnica es colocarse a la altura del niño, para que haya un contacto visual directo. Este es uno de los consejos más importantes para aprender a hablar con el niño. Desde esa posición hay que decirle, en tono firme, que su comportamiento no es aceptable.

. Crear una rutina: Mantener un horario y un ritmo de vida estable es esencial para corregir a un niño desobediente. Si el niño se acuesta tarde y come a cualquier hora, es decir, lleva una vida caótica, será incapaz de guiarse por normas o límites cuando existan.

Por el contrario, un horario definido para cada actividad, las horas necesarias de descanso y el orden y equilibrio alrededor fomentan una actitud más colaborativa y asertiva por parte del pequeño.

- Premiar los buenos comportamientos: El refuerzo positivo es fundamental para que el pequeño repita las actitudes deseables. Esto no significa que haya que regalarle algo cada vez que se porte bien. Sí es posible, sin embargo, recompensarle con palabras de agradecimiento y satisfacción y un buen abrazo.

- Ignora su conducta: Cuando los niños desobedientes se enrabietan con algo o tienen una conducta negativa, lo hacen para llamar la atención de los padres porque quieren conseguir algo. El ignorar este tipo de conductas, hará que el niño se dé cuenta de que se ponga como se ponga no va a conseguir lo que quiere.

 


Fuente:

- Niños desobedientes. Por Centrode Psicología Bilbao. https://www.centro-psicologia.com/es/ninos-desobedientes.html

Fecha de actualización: 03-03-2021

Redacción: Cristina Rodríguez

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