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Cómo debe ser la habitación perfecta para el bebé

Cómo debe ser la habitación perfecta para el bebé

La habitación de la casa que se destine al cuarto del bebé debe cumplir ciertas premisas para poder satisfacer sus necesidades, tanto durante los primeros meses de vida como más adelante. En este espacio dormirá, jugará, leerá y pasará buena parte de su tiempo, por eso, te damos algunas claves sobre cómo debe ser la habitación perfecta para el bebé:

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Índice

 

Características de la habitación del bebé

- El cuarto del bebé debe recibir luz natural. Esto le ayudará a distinguir entre el día y la noche, y animará sus juegos durante el día.

- Tener una buena ventilación. Sería idea que la habitación fuese exterior y dispusiera de una ventana que permita ventilar diariamente.

- Ser lo más silenciosa posible. Garantizando la paz que el bebé necesita para su descanso, sobre todo al principio, cuando pasará más horas dormido que despierto. Por ello conviene que no esté en una zona de paso y que las ventanas no estén orientadas a una calle con mucho tráfico.

- La habitación debe estar lo más cerca posible de la de los padres. Este aspecto es muy importante para poder escucharle si llora u ocurre cualquier cosa, así resultará más cómodo atenderle.

- Debe ser lo suficientemente amplia para crear varios espacios. Uno de descanso y alimentación y otro de juegos. Cuando no es posible disponer de mucho espacio, la colocación de una alfombra en el centro para juegos y la retirada del mobiliario hacia la zona de las paredes permite crear estos dos ambientes
 

¿Cómo decorar la habitación del bebé?

La decoración de las paredes es lo primero que hay que decidir y en base a ello planear el resto de la habitación. Para los primeros años son preferibles los colores neutros y que transmitan serenidad, pero además de los típicos rosa o azul, hay una gran variedad de colores que podemos elegir, como el beige, el verde claro, el marrón, el naranja, el violeta, el blanco, el gris, etc. La elección de la pintura debe ser al agua, que no es tóxica y se puede lavar fácilmente para eliminar manchas o roces.

Pero también se puede optar por otras opciones en lugar de la pintura como el papel, o complementarlo con otros elementos, después de todo, es la excusa perfecta para dejar volar la imaginación y ser creativos.

- Papel o tela. Este material es muy elegante, pero es una opción más cara, ya que es necesario que lo coloque un especialista. Se recomienda cuando la habitación es pequeña y se quiere ampliar su tamaño, para lo cual se utiliza un efecto óptico, escogiendo rayas verticales.

- Vinilo. Tiene la ventaja de ser muy higiénico debido a que se limpia con facilidad. Se suele colocar en una sola pared, y combinarse con otros elementos como la pintura o el papel.

- Cenefas. Se pueden colocar sobre pintura o papel. Pueden ser de papel adhesivo o bien tiras huecas para rellenar el interior con pintura y retirar. Ambas opciones decorativas ofrecen buenos resultados.

- Murales. Pueden ser murales temáticos con personajes de cuentos o animales fantásticos.
 

El suelo de la habitación del bebé

La baldosa por ser demasiado fría, y la moqueta porque acumula mucho polvo y puede resultar perjudicial para la alergia, son los materiales menos recomendables para el suelo de la habitación del bebé.

En cambio, los suelos de madera o tarima, cálidos y fáciles de limpiar, y los de corcho o vinilo, confortables e higiénicos, son los más apropiados.


Mobiliario infantil

Se recomienda utilizar únicamente los muebles justos, es decir, los que se vayan a necesitar. Una cuna, un cambiador, un armario, un sillón de lactancia y una mesa auxiliar es todo lo que el bebé necesitará. Si no se dispone de mucho espacio se pueden pegar a la pared. Otra recomendación es elegir modelos con bordes redondeados, y evitar colocar objetos de cristal o cerámica que puedan romperse.

Un truco es comprar muebles crecederos, de los que se pueden hacer más grandes o cambiar de función a medida que crece el niño. Este es el caso de las cunas que se convierten en camas o en prácticos sofás, o de los cambiadores que se convierten en cómodas. Si la habitación es pequeña, los bancos-arcones son muy prácticos, pueden servir de asiento, guardarropa o juguetero.


La cuna

Es la base del descanso del nuevo miembro de la familia. Actualmente deben estar homologadas para que sean seguras, ya que la mayoría de los niños duermen en ellas hasta los 2 o 3 años. Por esto es importante asegurarse de que:

- Los materiales utilizados y la pintura no sean tóxicos, pues podrían perjudicar al bebé por contacto o por vía oral.

- La distancia entre los barrotes no puede superar los 6 cm para evitar que el niño pueda pasar la cabeza entre ellos.

- La altura máxima de los barrotes de las esquinas de la cuna debe ser de 0,16 centímetros.

- No deben caber más de dos dedos entre el colchón y el armazón de la cuna.

- Los protectores acolchados que se ponen alrededor de la cuna no están recomendados porque evitan la circulación del aire y existe riesgo de asfixia.

- Las cunas con rieles móviles son peligrosas porque pueden causar una caída del bebé al trepar e inclinar su cuerpo hacia delante.

- El colchón debe ser cómodo y seguro. Actualmente se fabrican de distintos materiales: muelles, látex, fibra de coco, espuma y viscoelástica. Los más recomendados son los de viscoelástica y látex, porque transpiran y son adaptables al cuerpo del bebé, y el de fibra de coco, que impide la acumulación de humedad.

Otra versión de la cuna es el moisés, una cuna pequeña que solo sirve para los primeros meses de vida del bebé. Está recomendado para las mamás que desean tener cerca a su pequeño durante la noche y disponen de poco espacio en la habitación. A partir de los seis meses, es recomendable pasar al bebé a la cuna. Algunas cunas traen un adaptador para poner dentro el moisés, también conocido como reductor, que permite que el recién nacido no se “pierda” en una cuna grande.
 

El cambiador

Durante los primeros meses, el bebé necesita de 5 a 10 cambios de pañales diarios, de manera que la elección de un buen cambiador en altura, que permita cambiarle el pañal sin tener que agacharse, es fundamental para no sufrir dolor de espalda. Además, es fundamental tener todo a mano en ese momento, ya que nunca se debe dejar al bebé solo o al descuido en el cambiador, ya que podría caerse. Por tanto, los cambiadores que disponen de cajones o bolsillos son los más prácticos.

El sillón de lactancia

La habitación del bebé es el lugar idóneo para su alimentación. Tanto si se le da el pecho como si se ha optado por el biberón, un sillón de lactancia en el que sentarse cómodamente con el bebé en el regazo es uno de los elementos más funcionales durante sus primeros meses. Por esto una buena elección que nos permita estar cómodos es imprescindible.


Te puede interesar:

En caso de decidirse utilizar leche de fórmula, el biberón para el recién nacido debe ser suministrado a demanda, como si la lactancia materna se tratara. De esta manera el bebé regulará el consumo de leche según sus necesidades.

Fuente:

Blog EnFamilia de la AEP: "Seguridad en la cuna", https://enfamilia.aeped.es/prevencion/seguridad-en-cuna

Mahé, Véronique (2008), Los 100 primeros días del bebé, Barcelona, Robin Book.

Fecha de actualización: 13-10-2021

Redacción: Cristina Rodríguez

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