Hijos únicos, mitos y verdades

Índice

• Al hijo único le cuesta relacionarse con otros niños
• El hijo único está acostumbrado a tener todo
• El hijo único es un niño tirano
• Características comunes a los hijos únicos

La personalidad del hijo único depende más de cómo es criado que del hecho de no tener hermanos, por lo que el papel de los padres es un factor muy importante. Deben aprender a mantener un equilibrio en la educación para no correr el riesgo de caer en una protección excesiva que perjudique el desarrollo del niño o impida su desarrollo social.

 

Al hijo único le cuesta relacionarse con otros niños

Es cierto que tener hermanos es una instancia importante en la socialización de los niños, pero los vínculos afectivos existen más allá del entorno familiar. Estudios recientes de psicología indican que no se observan demasiadas diferencias en la capacidad de interacción con el grupo de pares después de la etapa preescolar.

La socialización de los niños no depende del número de hermanos que se tengan, sino de la cantidad de situaciones a las que uno se ve expuesto para relacionarse con otros. En efecto, al pasar tanto tiempo en la guardería o en la escuela, el hijo único tiene muchas oportunidades para socializar, aprender a relacionarse con niños de su edad y a compartir. Mientras sea pequeño, podemos ayudar a nuestro hijo llevándolo al parque, compartiendo tiempo con sus primos o con hijos de nuestros amigos, e invitando niños a casa.
 

El hijo único está acostumbrado a tener todo

Esto suele ocurrir con frecuencia, ya que los hijos únicos no tienen competencia en cuanto a la atención de sus padres, y más aún cuando son los únicos en una familia de adultos. Si los abuelos, los tíos y todo el entorno se desviven por ese niño, es más probable que se acostumbre a demandar, tanto regalos como atención. Esto puede ocasionarle algunos problemas más adelante en la escuela, cuando se sienta frustrado por tener que esperar su turno, o compartir un juego con un compañero. Nuevamente, la clave está en cómo educamos a nuestro hijo: si le enseñamos a esperar, si priorizamos también el espacio de pareja o nuestros propios espacios personales, y si no cedemos ante cualquier capricho, le enseñaremos que, aunque le queramos muchísimo, no es el centro del mundo.
 

El hijo único es un niño tirano

Es cierto que hay niños que crecen sintiendo que pueden llevarse el mundo por delante y que ellos son los que mandan. Pero esto no depende de la cantidad de hermanos sino de los límites que pongan los padres. Hay familias con dos o más hermanos que tiranizan a los adultos a su alrededor, mientras que otras que educan a sus hijos únicos con suficientes normas, crecen respetuosos con las personas de su entorno. Es importante transmitir con claridad a nuestros hijos qué se espera de su comportamiento en cada circunstancia, y marcar los límites con amor y firmeza a la vez.
 

Características comunes a los hijos únicos

Cada hogar es un mundo y que, por lo tanto, cada hijo único es diferente a todos los demás, pero existen unas características comunes que suelen marcar a estos niños:

- Son más seguros de sí mismos. Al no tener competidores en la familia y recibir todos los estímulos y todas las alabanzas, hace que crezcan con una buena autoestima. El riesgo que esto puede suponer es que lleguen a pensar que son niños superiores a los demás o que su manera de actuar es la única posible. Esto les hará mostrarse intolerantes, testarudos y poco comprensivos.

- Son responsables e inteligentes. El contacto constante con los adultos los lleva a manejarse bien en el mundo de los mayores. Son maduros para su edad, se expresan muy bien y suelen ser buenos alumnos. Esto hace que quieran relacionarse más con adultos que con niños e imitar sus comportamientos, lo que los lleva a poder comportarse con soberbia y encajar mal el fracaso.

Al no tener que competir con sus hermanos por la atención de sus padres, son menos celosos y envidiosos. El riesgo de esto es que algunos pueden crear mucha dependencia de los padres o estos de él, por lo que algunos momentos que suponen la separación, como ir a la escuela, dormir en casa de un amigo, ir a un campamento, etc. se vuelven sumamente difíciles tanto para los niños como para los padres.

- Desarrollan más su imaginación y creatividad. Al pasar más tiempo solos o sin otros niños, hacen que a la hora de jugar tengan que inventarse sus propios trucos.

- Suelen tener excelentes habilidades de lenguaje como resultado de la constante interacción con los adultos. En cuanto a su pensamiento, tienden a ser más lógicos y prácticos en la resolución de problemas. Reúnen los hechos y la información pertinente y luego analizan las cosas hasta llegar a una conclusión satisfactoria. Lo negativo de esto es que, al tener estas habilidades, tienden a ser reacios para aceptar las ideas de los demás o a admitir que están equivocados.