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¿Cómo ayudar a mi hijo en la adolescencia?

¿Cómo ayudar a mi hijo en la adolescencia?

Como padres queremos proteger y ayudar a nuestros hijos adolescentes, sin embargo lo mejor que podemos hacer es enseñarles a ayudarse a sí mismos. Si bien es cierto que esta etapa es de cambios tanto físicos como emocionales, también es en donde ellos se hacen la pregunta “¿quién soy?”; responder a esta pregunta les ayudará a desarrollar su identidad. 

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Cambios en la adolescencia

Esta es una etapa en la que tu hijo necesita vivir, experimentar, equivocarse y aprender de sus errores, desde luego ahí estarás tú para escucharlo y orientarlo para que encuentre otras formas de expresarse, sin cometer ninguna violación a sus principios y valores, por lo que será importante no romper con la comunicación y confianza.

El saberse querido por sus padres hace que un adolescente se sienta seguro y estará fortaleciendo su autoestima (quererse y aceptarse como son). Cuando se sienten seguros de sí mismos no tienen problemas para tomar decisiones, sabrán defenderse y expresarse con libertad y soltura.

Anima a tu hijo a desarrollar un pensamiento crítico, de tal forma que tome decisiones saludables ante diversas  experiencias evitando así lidiar con futuros problemas. Como padres somos el ejemplo a seguir, por lo que será importante que seamos congruentes con lo que hacemos y les pedimos.

En esta etapa, los hijos adolescentes buscan más libertad e independencia, por lo que te recomendamos reuniros en familia para fijar todas las reglas, en vez de dictarlas e imponerlas.

Vivir con un adolescente es compartir el hogar con una persona que sufre una ligera locura pasajera, algo que, para desesperación de los padres, se convierte a menudo en explosiones de mal genio.

Las hormonas que circulan por su cuerpo en crecimiento son poderosos reactivos químicos, con muchas otras sustancias bioquímicas que algunas veces producen ciertos efectos secundarios, provocando fuertes cambios de temperamento (del júbilo a la tristeza y viceversa) y arrebatos de comportamiento “poco racionales”.

A los 15 años, les gusta discutir por discutir, en su intento de alcanzar su autonomía y ayudado por los cambios físicos y psicológicos que están viviendo, calculan mal la fuerza que deben dar a cada acontecimiento. Y como saben que sus padres intentarán domar esos aires de libertad, explotarán a la menor sugerencia en forma impredecible y alocada. Cualquier comentario paterno recibe una respuesta rabiosa, cruel e inadecuada y a los padres les cuesta trabajo comprender que se trata de una señal de autonomía. Los chicos sienten que  “no los comprendemos” y probablemente tengan la razón, por lo que recomendamos a los padres que intenten esforzarse en descubrir las razones de lo que les ocurre y entender que están sintiendo y por qué.

Los adolescentes necesitan libertad y tiempo para conseguir un balance y un equilibrio emocional, la clave es no tomarlo nunca como algo personal, por eso es importante cultivar una perspectiva un tanto distante, sin llegar a parecer despreocupados de los hijos y permanecer tan serenos como sea posible, eludiendo las provocaciones con paciencia y ecuanimidad.

Los gritos no resuelven nada. La falta de control de las emociones en los adolescentes necesita que  dominemos  la situación, recordando cómo éramos nosotros a su edad, en mayor o menor grado, pero pasamos por la misma situación, por lo que  debemos brindarles una guía firme y una comprensión cariñosa, lo que permitirá que vaya aprendiendo a expresar sus sentimientos de manera sana y eviten el lado dañino de esas emociones sin transformarlas en palabras o acciones que dañen a otros o a él mismo; con esto habrán alcanzado una de las importantes tareas de la adolescencia.

 

Consejos para tratar con adolescentes rebeldes:

1.- Demostremos ante su mal genio injustificado, la paciencia y el cariño que pondríamos al tratar a una persona excéntrica a la que queremos de verdad.

2.- Si sabemos que ciertos temas pueden convertirse en motivo de conflicto, seamos prudentes para evitarlos y no provocarlos. No perdamos fuerzas en “batallas” menores. Mantén siempre la calma.

3.- Los adolescentes son expertos en discutir por discutir. Intentemos no caer en sus provocaciones, ellos lo intentarán para conseguir sus intereses.

4.- Hay que procurar que salgan de sí mismos, y que no le den tanta importancia a sus problemas, a su enfado y malhumor.  No pueden ser indiferentes al sufrimiento de amigos o de las personas que estén a su alrededor.

5.-No pensemos que nosotros tenemos siempre la razón, hemos de tener claro que a veces (o muchas veces) los hijos pueden tener razón, y si sabemos reconocer que nos hemos equivocado, estaremos proporcionando un buen ejemplo a los adolescentes. “Exigir y negociar con los hijos adolescentes es un arte”.

6.- En medio de un enfado o una conversación violenta, no será el mejor momento para poner castigos, ni dar sermones. Tendremos que dejarlo para cuando nos encontremos más tranquilos.

7- Intenta ponerte en sus zapatos y ver las cosas como lo hace él para que nos sea más sencillo entenderle. Haz memoria y recuerda tu adolescencia y lo que te sentaba mal de tus padres y juraste nunca hacer con tu hijo. Posiblemente sean cosas que, ahora que eres adulto, ves que no puedes cumplir, pero te acercarán más a tu hijo.

8- Fíjate en sus cualidades positivas y en lo bueno que hace en lugar de poner siempre la mente en lo malo.

9- Nunca hables mal de tu hijo delante de los demás ni le critiques con otros. Los problemas se resuelven en casa, no es conveniente que nos oiga hablar mal de él con otras personas. Al contrario, será más positivo para todos si te oye hablar bien de él.

10- Dale tiempo. A veces los adolescentes solo necesitan un tiempo para reflexionar y darse cuenta de que no tenían razón. No le presiones ni le agobies.

11- Reserva las discusiones y las normas para los asuntos más serios y no te metas en conflictos constantemente por temas de menos importancia. Evita todos los conflictos que se posible.

12- Recuerda que, aunque no lo parezca, todavía te quiere y te necesita.

Todo padre debe dedicar tiempo a los hijos, un tiempo que será diario y de calidad. Si nada funciona, consulta a un profesional de psicología. 


Fuente:

Álava, Silvia (2016), Queremos que crezcan felices, Madrid, Actitud de Comunicación.

Fecha de actualización: 11-02-2022

Redacción: Edgar Corona

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