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¿Qué puede comer una embarazada después de una cesárea?

¿Qué puede comer una embarazada después de una cesárea?

Una cesárea es un tipo de cirugía mayor que conlleva una serie de riesgos y por eso el proceso de recuperación tras ella es algo que preocupa a todas las mujeres que acaban de ser mamás mediante este método.

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La cesárea es una intervención quirúrgica

La cesárea es un tipo de intervención quirúrgica que consiste en extraer el feto del vientre de la madre mediante una incisión en la pared abdominal y uterina cuando no se puede llevar a cabo un parto vaginal.

El dolor en la incisión puede ser intenso y la recuperación completa de la movilidad puede tomar algunas semanas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la cesárea solo cuando un parto vaginal presenta algunas complicaciones. Esta no debe confundirse con la episiotomía (incisión en el periné para facilitar el parto).

Por ello, las recomendaciones ligadas a la alimentación trás una cesárea son similares a las de otras intervenciones quirúrgicas.

 

¿Cómo alimentarse tras una cesárea?

Nada más haber finalizado este proceso debemos permanecer unas cuantas horas sin ingerir ningún alimento. Y después, de manera progresiva, ir introduciendo algunos alimentos como los zumos, las sopas o las cremas ligeras. De esta forma conseguiremos que nuestro estómago vaya digiriéndolo todo con más facilidad y ayudaremos a que nuestro intestino se vacíe sin mucho esfuerzo.

En cuanto a la hidratación, es fundamental puesto que un problema muy común después del parto es el estreñimiento. Para combatirlo lo más aconsejable es beber 2 litros de agua al día (el equivalente a ocho o diez vasos) que además de hidratarnos nos ayuda a prevenir el estreñimiento. El agua hace que nuestro cuerpo se mantenga hidratado, pero también interviene en la eliminación de desechos y toxinas. Además de agua también podemos beber jugo y leche.

No obstante, también es importante mantener una buena nutrición para promover la rápida curación tras el parto por cesárea. Debemos incluir una variedad de alimentos, incluyendo muchas frutas y verduras frescas, proteínas magras y productos lácteos bajos en grasa. También es importante evitar la comida “chatarra” y los alimentos altos en calorías durante esta fase debido también a la necesidad de limitar la actividad física tras la operación.

Como decíamos, la alimentación debe ser sana y equilibrada dejando a un lado todos aquellos alimentos vegetales ricos en hidratos de carbono fermentables, como la fructosa, la lactosa o los polioles, que pueden aumentar los gases. Una ingesta adecuada de proteínas es necesaria después de una cesárea para ayudar a reparar los tejidos y promover la cicatrización. Las aves de corral, el pescado, la carne roja magra y de cerdo, las nueces, las semillas y las legumbres son fuentes saludables de proteínas. También la ingesta adecuada de vitamina C ayuda a la cicatrización de las heridas y previene la infección. Algunos alimentos como los cítricos, las patatas, las fresas o los tomates son ricos en vitamina C.

Además, hay que saber que tras una cesárea se pierde una gran cantidad de sangre. De hecho, si nuestros niveles de hierro ya “andaban por los suelos”, probablemente nos sentiremos mucho más cansadas tras la operación. Por este motivo nuestra dieta posparto debe ser rica tanto en hierro como en ácido fólico. La yema de huevo, las ostras, los higos y los frutos secos son algunos de los alimentos ricos en hierro, esencial para mantener los niveles de hemoglobina y recuperar la sangre perdida.


¿Qué se debe evitar?

Los alimentos que se deben comer los sabemos, pero ¿y los qué no? Para recuperarse de una manera más rápida se debe limitar el consumo de, por ejemplo, los productos azucarados ya que los niveles altos de azúcar en sangre no ayudan en la cicatrización.

Además, debemos olvidarnos de las grasas saturadas de origen animal. Aquí se incluyen la bollería industrial, los embutidos y las frituras. Los alimentos fritos son bastante difíciles de digerir, especialmente en los primeros días, ya que pueden causar indigestión y gases. 

También es importante no tomar arroz durante al menos tres o cuatro días después del parto por cesárea si somos diabéticas ya que el arroz blanco posee un alto índice glucémico que interfiere en la recuperación prolongando su curación en el tiempo.

Finalmente, recordemos que recuperarse después de una cesárea lleva más tiempo que hacerlo tras un parto vaginal, aunque esto dependerá siempre de cómo haya sido el parto y del estado de salud que tengamos.


Fecha de actualización: 03-12-2020

Redacción: Irene García

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