• Buscar

9 beneficios de la leche materna para el bebé

9 beneficios de la leche materna para el bebé

La leche materna es, sin duda, el mejor alimento posible para los bebés de 0 a 6 meses. Y es que no solo le aporta todos los nutrientes que necesita en cada momento, variando su composición según la edad del bebé y el momento del día, sino que también le aporta inmunidad frente a infecciones, le ayuda a crecer, a ser más inteligente o a evitar ciertas enfermedades. Por todo ello, no lo dudes y da el pecho a tu bebé durante sus primeros meses de vida.

Publicidad

Seguro que has oído muchas veces que la leche materna es muy beneficiosa para el bebé pero, ¿sabes de qué beneficios se habla realmente? Estos son algunos de los más importantes:

1. Cubre todas las necesidades nutricionales del bebé

La leche materna contiene todas las proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales que necesita un bebé para crecer sano, incluidos además en un suero especialmente creado para que lo digiera el estómago del bebé, facilitando su digestión y evitando molestias como los gases o el estreñimiento.

Además, la composición de la leche materna es dinámica porque la cantidad de sus nutrientes varía día a día de acuerdo a la alimentación de la madre y a las necesidades del bebé, pero lo que no varía es el alto contenido de proteínas y grasas que son las que aportan la mitad de las calorías de la leche y también brindan ácidos grasos como DHA y ARA, ligados al desarrollo visual y cerebral.

Entre sus principales componentes encontramos:

• Agua: el 88% de la leche es agua, por eso, mientras das el pecho no es necesario que le ofrezcas agua a tu bebé.

• Proteínas: caseína, lactosuero, mucinas y nitrógeno no proteico. La caseína representa el 30-40% y su función principal es aportar aminoácidos, fósforo y calcio. Además, es más fácil de digerir que la caseína de la leche de vaca. Entre las proteínas del lactosuero destaca la lactoferrina, que contribuye a la absorción del hierro e inhibe el crecimiento de bacterias patógenas en el intestino. Otra proteína del lactosuero que favorece el mantenimiento de la flora intestinal es la lisozima, que también posee propiedades antiinflamatorias.

• Aminoácidos libres (taurina, glutamina), carnitina, poliaminas, nucleótidos, aminoazúcares y péptidos. La taurina y la carnitina favorecen el desarrollo del sistema nervioso central y de la visión. La taurina además contribuye a la absorción de lípidos, las osmorregulación o el transporte de calcio, entre otras muchas funciones. Los nucleótidos favorecen el sistema inmunitario, el crecimiento y la maduración del tacto gastrointestinal.

• Grasas: los lípidos o grasas suponen entre el 3 y el 5% del total. La grasa contribuye a la absorción y circulación de las vitaminas liposolubles y es fuente de ácidos grasos esenciales.

• Carbohidratos: el principal carbohidrato de la leche materna es la lactosa, que se produce en la glándula mamaria a partir de la glucosa. Su principal función es aportar energía; además, ayuda a la absorción del calcio, el magnesio, el hierro y otros minerales. La galactosa (uno de los dos componentes de la lactosa junto con la glucosa) es indispensable en el desarrollo del sistema nervioso del niño. Asimismo, la lactosa, junto con otros elementos, favorece la colonización de lactobacillus bífidos en el intestino, que protege del crecimiento de bacterias y virus en el mismo.

• Vitaminas: el aporte de vitaminas varía según el estado nutricional y las vitaminas que recibe la madre. Entre las vitaminas liposolubles que encontramos están la vitamina A, K, E y D. En las hidrosolubles el complejo vitamínico B (B12, B6, B1, B9, B3 y B5) y la vitamina C.

• Minerales: la leche materna contiene todos los minerales necesarios para el crecimiento y desarrollo del bebé. Los más importantes son el calcio, el fósforo, el hierro, el zinc, el potasio, el flúor y el magnesio.

• Hormonas: TSH (homorna tiroidea estimulante), tiroxina, hormona liberadora de tirotropina, oxitocina, gonadotropinas, corticoides, insulina, protaglandinas, relaxina y prolactina.

2. Ayuda a su crecimiento

La leche tiene factores de crecimiento que estimulan la síntesis de ADN y ARN, la proliferación celular y la maduración de algunos órganos, favoreciendo el crecimiento y desarrollo del bebé.

3. Ofrece protección inmunológica al bebé

Además de todos los nutrientes arriba mencionados que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico del niño y evitar infecciones, la leche también contiene anticuerpos que protegen al bebé contra enfermedades e infecciones, cuando su sistema inmunitario aún no está del todo desarrollado. Posee un alto contenido de inmunoglobinas, destacando sobre todas la Ig A, aunque también podemos encontrar IgM, IgG, lisozima y otras enzimas, lactoferrina, factor bífido, interferón, gangliósidos, prostaglandinas y otras sustancias inmuno-reguladoras.

Todas estas sustancias le protegen frente a infecciones de todo tipo, como E.coli, salmonella, rotavirus, citomegalovirus, virus respiratorio sincitial, estreptococos, candida albicans, etc.

4. Protege frente al desarrollo de ciertas alergias

Por ejemplo, la IgA del calostro y de la leche madura recubre la mucosa intestinal y previene la absorción de macromoléculas extrañas cuando el sistema inmune del niño aún es inmaduro.

Además, las proteínas de la leche materna son específicas de la especie humana, por lo que los niños amamantados no desarrollan anticuerpos contra ellas. Mientras que la beta-lactoglobulina, porción proteica más importante del suero en la leche de vaca, tiene un gran potencial alergénico. La hipersensibilidad a la leche de vaca es responsable de al menos el 20% de las alergias infantiles, debido a que la mucosa intestinal del lactante no tiene un mecanismo que impida el paso de proteínas enteras a la sangre. Los síndromes alérgicos asociados con la leche de vaca incluyen gastroenteropatías, dermatitis atópica, rinitis, enfermedad pulmonar crónica, eosinofilia, alteración del crecimiento y muerte súbita.

5. Contribuye a evitar el desarrollo de ciertas enfermedades como diabetes, obesidad…

La leche materna también cuenta con una serie de bacterias que, actualmente, se sabe que son beneficiosas. Estas bacterias pueden ejercer efectos beneficiosos frente a enfermedades gastrointestinales y respiratorias, así como reducir el riesgo de desarrollar otras enfermedades como la diabetes o la obesidad.

Respecto a la obesidad, existen muchos estudios que ofrece un pequeño pero consistente efecto protector contra la obesidad, quizá porque es a demanda y el niño es el que decide cuánto comer y cuándo.

6. Es más fácil de digerir

La leche materna es más fácil de digerir, puesto que está especialmente “diseñada” para el todavía inmaduro aparato digestivo del recién nacido. Su sabor, asimismo, varía según la alimentación de la madre. Y su concentración y composición lo harán a lo largo de la tetada. Primero es más acuosa, para calmar la sed del bebé y progresivamente se hará más grasa y calórica para saciarle.

7. Reduce el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante

Son muchos los estudios que confirman este punto, como uno publicado en la revista Pediatrics en 2011 que revelaba que la incidencia del síndrome de muerte súbita del lactante era un 60% menor cuando los bebés recibían leche materna y más de un 70% menor en aquellos alimentados con lactancia materna exclusivamente.

8. Fortalece vínculo madre/hijo

La oxitocina, hormona encargada de producir la leche materna, produce en la madre sentimientos de amor hacia su hijo, así como de bienestar, confianza o autoestima y en el lactante produce relajación, serenidad y un mayor interés por las relaciones sociales. Del mismo modo, favorece el contacto íntimo entre madre e hijo tras el nacimiento, se produce una elevación de los niveles de oxitocina en el cerebro del bebé que, a su vez, implican una serie de cambios neuroanatómicos que perduran con el tiempo y permiten que, llegada la edad adulta, ejerza una actitud de apego mayor para con sus descendientes.

9. Aumenta el coeficiente intelectual y mejora el aprendizaje posterior

Según diversos estudios, como uno muy completo publicado en la revista The Lancet, una mayor duración de la lactancia materna exclusiva se asocia a un mayor CI a los 30 años, con un efecto máximo, para la lactancia más allá de los 12 meses de vida, de 3,8 puntos de CI.

En resumen, la lactancia materna está asociada con un mejor desempeño en las pruebas de inteligencia 30 años después, y podría tener un efecto importante en la vida real, al aumentar el nivel educativo y la renta económica de los ingresos en la edad adulta.

Los autores de este estudio señalan que la leche materna tiene una composición única en la que destacan los ácidos grasos de cadena larga, "que son esenciales para el desarrollo cerebral. Hemos encontrado que la lactancia materna prolongada está ciertamente relacionada con el cociente intelectual en la edad adulta, lo que refleja que la cantidad de leche materna consumida juega un papel importante", dijo Horta.

Asimismo, diversos estudios realizados con técnicas de neuroimagen han demostrado que la lactancia materna prolongada favorece la maduración de áreas relacionadas con la inteligencia.

Otro estudio, realizado por Mandy Belfort y su equipo del Hospital infantil de Boston (EE UU), revela que los bebés que han sido alimentados de forma prolongada con el pecho de sus madres muestran un desarrollo cognitivo más avanzado.

La lactancia prolongada facilita asimismo una mejor comprensión del lenguaje y visión espacial. En este sentido, los niños alimentados con leche materna durante más tiempo presentan mayor facilidad en funciones ejecutivas, planificación, inteligencia social y emocional y con el lenguaje e incrementa su interés por las relaciones sociales.


Te puede interesar:

Algunos padres se preguntan por la "cantidad de leche para un bebé de 2 meses". Los últimos estudios científicos recomiendan que sea el propio bebé el que regule su alimentación según sus necesidades, de manera que se le deberá dar leche a demanda.

Fuentes:

Medline plus, "Beneficios de la lactancia materna" https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000639.htm

Infant breastfeeding duration and mid-childhood executive function, behavior, and social-emotional development https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4829914/

 

Fecha de actualización: 15-12-2020

Redacción: Irene García

Publicidad
Publicidad

TodoPapás es una web de divulgación e información. Como tal, todos los artículos son redactados y revisados concienzudamentepero es posible que puedan contener algún error o que no recojan todos los enfoques sobre una materia. Por ello, la web nosustituye una opinión o prescripción médica. Ante cualquier duda sobre tu salud o la de tu familia es recomendable acudir a unaconsulta médica para que pueda evaluar la situación en particular y, eventualmente, prescribir el tratamiento que sea preciso.Señalar a todos los efectos legales que la información recogida en la web podría ser incompleta, errónea o incorrecta, yen ningún caso supone ninguna relación contractual ni de ninguna índole.

×