"La piel de los bebés es más fina de espesor, más vulnerable", Jerónimo Ors

TodoPapás: Se sabe que una piel castigada en la infancia dará lugar a una piel prematuramente envejecida, ¿cómo prevenirlo?

Jerónimo Ors: Hoy en día sabemos, que más del 70 % del sol que toma una persona a lo largo de su vida, se recibe antes de los 20 años y, de este, la mayoría antes de los 10 años; por eso es muy importante la prevención en esos años con el fin de alargar la vida útil de la piel.

Conocemos por numerosos estudios que el uso de fotoprotectores aplicados rutinariamente y con constancia previene el cáncer de piel y además consiguen que los signos del envejecimiento tarden más en aparecer y lo hagan de forma más suave.

La piel infantil y más aún la piel de los bebés es más fina de espesor, más vulnerable. El sol la atraviesa con más facilidad, devastando las capas nobles de la piel y produciendo a la larga todo tipo de problemas. Es además una epidermis donde las defensas no están completamente desarrolladas y cualquier agresión multiplica su efecto. Es fundamental el uso de filtros físicos o biológicos, su eficacia y su nivel de seguridad son iguales tanto para la piel, como para el medioambiente.

TodoPapás: ¿Con qué frecuencia se debe aplicar la protección solar en los niños?

Jerónimo Ors: En principio, y dado el exponencial crecimiento de la radiación solar, todos los seres humanos en un país de latitud baja y de 300 días de sol al año, como es España, deberíamos usar protección a diario. Tenemos que introducirla en nuestra rutina de salud como puede ser lavarse las manos antes de cada comida o cepillarse los dientes después. Conforme los días son más largos y es mayor la exposición al sol, tenemos que aumentar la frecuencia de las aplicaciones. Normalmente en verano y a pleno sol, sudando y bañándose, la aplicación debería ser cada dos horas. Hay que tener en cuenta que la resistencia al agua de los bronceadores es de 40 minutos. A partir de ese tiempo pierden eficacia independientemente del nivel de SPF que tengan. No hay que creer que un fotoprotector 100 sirve para todo el día, a las cuatro horas tiene la misma eficacia que uno de 50.

TodoPapás: ¿Cómo debe ser la higiene de los niños para no dañar la piel?

Jerónimo Ors: La piel es un ecosistema enormemente frágil y sometido además a grandes tensiones. Por un lado, está la radiación UV, la contaminación, el polvo y los alérgenos, y los productos de limpieza que arrastran no solo la suciedad sino también la capa grasa de defensas. Por otro, como la piel es un órgano de eliminación de toxinas, que van saliendo de nuestro cuerpo a través del sudor y otras vías, en la superficie de la piel se junta todo. Así que se genera un difícil equilibrio al tener que eliminar la suciedad y los alérgenos y contaminantes, pero no las bacterias beneficiosas que viven en nuestra piel y tampoco la capa de protección natural, que constituye el factor de hidratación natural. Si por un exceso de limpieza las eliminamos, podemos encontrarnos con la aparición de especies invasoras como hongos, virus y bacterias que pueden producir problemas en la piel como granitos, descamación o picor.

Dicho esto, el baño o la ducha deben ser cortos y con agua no muy caliente y son siempre mejores los geles con pH neutro que el uso de jabones de pastilla que tienen un pH más diferente a la piel. Después, hay que secar al niño cuidadosamente sobre todo en los pliegues y la zona íntima. Por último, se debe aplicar después una crema aftersun en verano con plantas calmantes o una crema probiótica en invierno y otoño.

TodoPapás: ¿Qué factores afectan a la piel de los niños y hay que tener en cuenta en su rutina de higiene y belleza?

Jerónimo Ors: Existen numerosos factores que hay que tener en cuenta: los cambios de estación, la tipología del clima... Si tenemos un niño atópico los cuidados tienen que ser súper especiales. Por lo general, son niños inteligentes y extraordinariamente sensibles con la piel hiper reactiva, a los que hay aplicar cremas ricas en aceites nutritivos como la rosa mosqueta, cacay o argán, y que contengan extractos calmantes que les reduzcan la sensibilidad, como la caléndula, la angélica, la sangre de dragón, etc. De esa forma, la piel se volverá más tranquila, el niño dormirá mejor y no tendrá tendencia a rascarse. En ciudades grandes, con mucha contaminación y clima seco, la rutina tiene que ser más estricta.

Sin embargo, en las ciudades de costa con mayor humedad, la rutina puede ser más light. El viento frío del invierno deshidrata la piel y la vuelve más sensible, pero lo mismo puede ocurrir con el aire acondicionado.

TodoPapás: ¿Qué tipos de geles y jabones deben usar los más pequeños?

Jerónimo Ors: Son en general más beneficiosos o menos agresivos los geles con pH neutro y los que añaden, además, sustancias retroengrasantes para no dejar a la piel tan vulnerable.

TodoPapás: ¿Qué alimentos son las más beneficiosas para la piel de los niños?

Jerónimo Ors: Como la piel de los niños está en periodo de formación y desarrollo es importante que la dieta ayude. Las frutas y verduras frescas con su efecto antioxidante y reforzador de las defensas son muy beneficiosas. Y, particularmente, la zanahoria, que es una enorme aliada de la piel, los ojos y la garganta.

TodoPapás: ¿Qué aceites y plantas son los más adecuados para calmar la piel de los niños?

Jerónimo Ors: En primer lugar, la centella asiática por su poder fortalecedor de la piel. Los niños se caen, se hacen heridas y la centella es desde hace siglos una estupenda ayuda para mantener la piel en buen estado. Podemos combinarla con cremas que incorporen raíz de regaliz, que tiene además un efecto calmante. Son útiles plantas que tranquilizan la piel, gracias a su efecto antihistamínico, como la rhodiola.  Y una de mis favoritas para beneficiar a la piel atópica es la sangre de dragón.