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Síntomas y tratamiento de la endocarditis infecciosa

Síntomas y tratamiento de la endocarditis infecciosa

La endocarditis infecciosa es una infección del revestimiento interior del corazón (endocardio) o de las válvulas cardíacas. Esta condición puede ser grave y potencialmente mortal si no se trata adecuadamente. Descubre sus síntomas y tratamiento en este artículo.

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Índice

 

¿Qué es la endocarditis infecciosa?

La endocarditis es una infección del revestimiento interno (endocardio) de las cámaras y/o válvulas del corazón. También incluye la infección de material protésico (stent, conductos, prótesis valvular…) que se haya introducido previamente por alguna cardiopatía o problema en el corazón o el sistema circulatorio

No es una enfermedad muy habitual en los niños, pero sí puede ser muy grave si no se detecta y trata a tiempo.
 

Síntomas de la endocarditis infecciosa

Los síntomas de la endocarditis infecciosa pueden variar según la gravedad de la infección y la rapidez con que se desarrolle. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

- Fiebre: es uno de los primeros signos y puede ser persistente.

- Escalofríos: a menudo acompañan a la fiebre.

- Fatiga: cansancio o debilidad sin causa aparente.

- Malestar general.

- Cefalea.

- Alteraciones del sueño.

- Pérdida de peso no intencionada.

- Dolor muscular o articular.

- Dolor abdominal, vómitos.

- Exantema (manchas en la piel).

- Tos persistente.

- Soplo cardíaco: un nuevo soplo cardíaco o un cambio en un soplo existente.

- Sangre en la orina: en algunos casos, la infección puede dañar los riñones y provocar sangre en la orina.

- Manchas oscuras en las uñas: Conocidas como lesiones de Janeway, son un signo poco común, pero característico de la endocarditis.
 

¿Cómo se produce la endocarditis infecciosa?

La mayoría de los casos de esta infección están causados por bacterias, sobre todo estafilococos y estreptococos, que se encuentran en nuestro organismo (boca, piel…).

Cuando existen lesiones en el endocardio o en las válvulas cardiacas, pueden hacer que el flujo sanguíneo no circule correctamente y aparezcan trombos, que favorecen que las bacterias se adhieran y multipliquen, formando colonizados que se llaman vegetaciones.

Estas vegetaciones pueden crecer progresivamente y afectar a las válvulas, así como a las paredes del corazón. Además, los trombos pueden soltarse y viajar por el torrente sanguíneo a otros órganos.

Por eso, los niños con cardiopatías congénitas tienen más riesgo de desarrollar esta infección ya que tienen más probabilidades de padecer trombos. También aquellos que permanecen mucho tiempo en la UCI, neonatos prematuros, pacientes oncológicos o inmunodeprimidos.

Asimismo, los microorganismos pueden penetrar en el torrente sanguíneo siempre que se afecte la integridad de la piel o las mucosas al realizar diversos procedimientos como intervenciones dentales que implican sangrado, procedimientos del tracto respiratorio (adenoidectomía, amigdalectomía, broncoscopia con broncoscopio rígido…), procedimientos del tracto gastrointestinal o genitourinarios, etc.
 

¿Cómo se diagnostica la endocarditis infecciosa?

El diagnóstico de la endocarditis infecciosa se basa en 3 pilares fundamentales de medicina:

- Los síntomas descritos antes, sobre todo en pacientes de riesgo.

- Detección de bacterias en la sangre mediante un cultivo.

- Pruebas de imagen como una ecocardiografía o una ecocardiografía transesofágica (a través de una sonda que se introduce por la boca hasta el esófago).
 

¿Cómo se trata la endocarditis infecciosa?

El tratamiento de la endocarditis infecciosa generalmente requiere hospitalización y puede incluir la toma de antibióticos intravenosos que se administran para combatir la infección. La elección del antibiótico dependerá de la bacteria causante y puede requerir tratamiento prolongado, a menudo durante semanas o incluso meses.

Durante el tratamiento se hará un seguimiento mediante ecocardiografías y análisis de sangre para comprobar cómo evoluciona la infección.

En algunos casos, puede ser necesaria la cirugía para reparar o reemplazar una válvula cardíaca dañada. Esto puede ser especialmente necesario si hay complicaciones graves, como insuficiencia cardíaca o abscesos.

También se pueden recetar medicamentos para controlar la fiebre, el dolor y otros síntomas.
 

¿Se puede prevenir la endocarditis infecciosa?

La endocarditis bacteriana no se puede prevenir por completo ya que muchas de las bacterias responsables se encuentran habitualmente en nuestro cuerpo. Sin embargo, seguir algunas pautas de higiene y prevención pueden reducir el riesgo, como:

- lavarse bien los dientes y las encías

- realizarse revisiones odontológicas periódicas

- evitar la realización de piercings y tatuajes

- tomar antibióticos antes de ciertos procedimientos dentales o médicos para reducir el riesgo de infección, sobre todo en personas de riesgo de padecer esta enfermedad

La endocarditis es una enfermedad grave que puede resultar mortal incluso si el tratamiento pautado es el óptimo, aunque lo habitual es que se trate y cure sin dejar secuelas.


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