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Lateralidad cruzada

Lateralidad cruzada

En ocasiones, la mano dominante (la derecha) no coincide con el ojo dominante (el izquierdo) de una persona, lo que puede provocar problemas de aprendizaje y desarrollo, sobre todo en lo que se refiere a la escritura

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Indice

 

¿Qué es la lateralidad?

La lateralidad es una función compleja que se deriva de la organización binaria de nuestro sistema nervioso y del hemisferio cerebral que domine. De hecho, gran parte de nuestro cuerpo se articula de forma doble: dos ojos, dos oídos, dos orejas, dos pulmones, dos riñones, etc. Nuestro cerebro igualmente dispone de dos estructuras hemisféricas especializadas y que son las responsables de controlar todo el complejo sistema dual, integrando la diferente información sensorial, orientándonos en el espacio y el tiempo y, en definitiva, interpretando eficientemente el mundo que nos rodea.
 

Tipos de preferencia o dominancia

Normalmente se diferencian cuatro tipos de preferencia o dominancia:

- Dominancia Manual: Preferencia o mayor facilidad para utilizar una de las manos (derecha o izquierda) para ejecutar acciones como coger objetos o escribir.

- Dominancia Podal: Nos indica el pie dominante para efectuar acciones como chutar una pelota, mantenerse en pie con sólo una pierna, etc.

- Dominancia Ocular: Aunque los dos ojos son necesarios para configurar una imagen correcta, hay uno que se prefiere para mirar por un catalejo o apuntar, se trata del ojo dominante.

- Dominancia Auditiva: Se refiere a la preferencia o tendencia a escuchar más por un oído que por el otro, por ejemplo, al coger un teléfono móvil.

Hablamos de lateralidad homogénea cuando mano, pie, ojo y oído ofrecen una dominancia en el mismo lado ya sea en el lado derecho (diestro) o izquierdo (zurdo). Estamos ante una lateralidad cruzada cuando existe una lateralidad distinta de la manual para pies, ojos u oídos (por ejemplo, mano derecha dominante con dominio del ojo izquierdo). En estos casos también se habla de “asimetría funcional”.

La lateralidad cruzada mano-ojo ha sido una de las más estudiadas y con frecuencia es sinónimo de problemas en el aprendizaje, en especial en los procesos de lectura y escritura.
 

¿Qué determina la lateralidad?

El hecho de que un niño sea diestro o zurdo depende de muchos factores, entre los que se encuentran la información genética, la influencia del entorno cultural, la educación y el aprendizaje recibido.

Algunos estudios apuntan que la posibilidad de tener un hijo zurdo siendo ambos progenitores diestros es de un 9,5%, aumentando esta cifra al 26% si ambos padres son zurdos.

También está probada la influencia de factores ambientales o sociales. Por ejemplo, si desde pequeño un niño es orientado a escribir con la mano derecha o a coger los objetos con esta mano, será más probable que sea diestro. Además de que muchos objetos están hechos para ser manipulados por diestros.

No obstante, los últimos estudios apuntan a que la lateralidad se crea ya en el embarazo. 
 

Problemas de aprendizaje

Aunque no todos los niños que tienen lateralidad cruzada presentan problemas de aprendizaje, sí es cierto que tienen mayores posibilidades de padecer:

Articulo relacionado: ¿Qué hacer con un niño zurdo?

- Dificultad en la automatización de la lectura, la escritura o el cálculo.      

- Leer muy lento y con pausas.    

- Dificultad de atención. Trastorno por déficit de atención con Hiperactividad.  

- Problemas para organizar adecuadamente el espacio y el tiempo.

- Dificultades en la ordenación de la información codificada.      

- Confusiones derecha-izquierda que dificultan la comprensión de la decena, centena.

- Confusión entre la suma y la resta o la multiplicación y la división. También de sílabas directas e inversas.       

- Desmotivación. Escaso o nulo interés en algunas actividades.

- Torpeza psicomotriz. Confusión para situarse a derecha o izquierda a partir del eje medio corporal.

- Mejor nivel de comprensión de las explicaciones verbales que de las tareas escritas.

- Preferencia por el cálculo mental que el escrito.

- Puede presentar disgrafía, dislexia, discalculia, también dislalias, y tiende a expresar lo contrario de lo que piensa.       

- Escribir letras y números en forma invertida, como reflejadas en un espejo.

- Incapacidad para concentrarse en una única tarea durante un espacio de tiempo determinado.  

- Según el perfil del niño puede manifestarse inhibición, irritabilidad, desesperanza, reacciones desmedidas, baja autoestima, etc.

 

¿Cómo detectar la lateralidad?

Hasta que el niño no empieza a escribir (sobre los 5 años), no se evalúa el tipo de lateralidad que presenta. Hay que tener en cuenta que a estas edades la lateralidad aún está en construcción, por lo que la evaluación no será determinante.

El problema no es ser diestro o zurdo sino que las diferentes dominancias estén organizadas en el mismo lado, especialmente en lo que se refiere a la mano, ojo y pie. Si se detectan en el pequeño alguno de los problemas arriba descritos, será conveniente efectuarle algunas pruebas para ver si la causa de los mismos está en la lateralidad cruzada.   

- Dominancia manual: Pide al niño que coja un lápiz de la mesa y que escriba una serie de números. En condiciones normales, la mano con la que lo haga será la dominante. Pídele también que coja otros objetos (tenedor, peine…) para comprobar si sigue utilizando la misma mano.

A continuación, dile que trate de escribir la misma serie de números con la otra mano. Un niño diestro (o zurdo) bien organizado debería presentar gran dificultad para efectuar los números con la mano izquierda presentando inversiones frecuentes.

- Dominancia ocular: Una de las pruebas más recurrente es la del papel perforado. Coge cualquier papel y hazle un agujero en el centro. Después, pídele al niño que de pie, con los brazos estirados, sostenga el papel y trate de mirar (a esta distancia) a través del agujero un punto situado detrás. La siguiente instrucción es que vaya acercando poco a poco el papel a la cara hasta tocar la misma. Esto debe hacerlo sin dejar de mirar por el agujero enfocando al punto fijado. Una vez que el papel llega al rostro el niño ha situado el agujero frente al ojo dominante.

También puedes, mediante un calidoscopio, pedirle que mire a través de él. El ojo que elija para hacerlo será el dominante.

- Dominancia de pie: Las pruebas clásicas comprenden un amplio repertorio como chutar una pelota o mantenerse durante un tiempo a la pata coja sin moverse. En ambos casos la pierna con la que se ejecuta la acción suele ser la dominante.

Dominancia auditiva: Es, sin duda, a la que menos atención se ha prestado y, a su vez, la que puede presentar mayor variabilidad según la tarea a efectuar. Las pruebas más sencillas consisten en entregar algún objeto con ruido tenue (auricular, reloj u otro) y pedirle que escuche atentamente. La oreja hacia la que dirige el objeto es la dominante.

La finalidad de estas pruebas es comprobar si la mano, el ojo, el pie y el oído dominantes coinciden.

 

Actividades para favorecer su aprendizaje

La intervención para solucionar este problema es un tema muy controvertido. Algunos psicólogos opinan que se debe empezar desde que el niño es pequeño para evitar problemas posteriores en el aprendizaje. Otros, por el contrario, minimizan las consecuencias y defienden el desarrollo natural del proceso limitando la intervención a potenciar en el pequeño las dominancias establecidas.

Cada niño es diferente, por lo que habrá que contar con la opinión de un psicopedagogo para determinar si es mejor llevar a cabo terapia o no. Es interesante el trabajo conjunto del psicomotricista y el logopeda para que el niño explore las cualidades de su cuerpo, lo sitúe en un espacio y se beneficie de las adquisiciones de su entorno.

La mala lateralidad puede manifestarse de diferentes formas siendo la más corriente la que suele denominarse como cruce lateral simple en el que el niño utiliza habitualmente su ojo dominante y escribe con la mano subdominante, es decir, es el caso de chicos diestros de pie y mano pero con dominancia en el ojo izquierdo o a la inversa.

En estos casos se aconseja que, si se decide la corrección de la lateralidad, actuar sobre el cambio de la dominancia de la mano antes que con la del ojo, ya que así se opera a favor de la tendencia neurobiológica del niño.

En el caso de aplicarse un cambio de dominancia visual debe contarse con las directrices de un especialista en optometría que dirija el tratamiento, que normalmente consiste en un programa de entrenamiento visual que implica la obturación del ojo que debe ceder la dominancia o el trabajo con filtro rojo.

Además, los padres pueden ayudar al niño con diferentes actividades para reforzar la lateralidad:

- Señalar, reconocer y nombrar cada una de las partes y detalles, en el cuerpo propio y en el de otro.

- Reconocer errores en dos dibujos semejantes.

- Reconocer la posición que se tiene respecto a un objeto: a la derecha, izquierda, detrás...

- Lanzar y tomar objetos, balones...

- Tirar a un blanco situado a una distancia cada vez mayor.

- Batir palmas y pitos alternativamente.

- Abrir y cerrar la mano rápidamente.

- Tocar cada dedo con el pulgar de la mano respectiva.

- Lanzar objetos con una mano y con otra.

- Mantener un objeto en equilibrio en una mano mientras que con la otra se hace otra acción.

- Realizar dibujos con los dedos, bien con pintura adecuada en papel grande, sobre arena o sobre la pizarra con el dedo mojado.

- Repasar la propia mano dominante, contorneándola con un lápiz, coloreándola y picándola.

- Con los ojos cerrados identificar qué objetos están situados en la derecha y cuáles en la izquierda.

- Realizar recorridos, previamente marcados en el suelo, que impliquen giros, curvas, etc., hacia la izquierda y hacia la derecha.

- Localizar qué objetos hay a la derecha o a la izquierda de un río, etc.

- Dibujar pequeños objetos a la izquierda y a la derecha de otro ya dibujado.

- Escribir parejas de palabras que comiencen por letras de simetría inversa: dame-bajo, pera-queso, etc.

- Actividades de movimientos de los ojos: movimientos direccionales (hacia arriba, hacia la derecha, etc.), movimientos con un solo ojo (mirar a través de un tubo, cerrar un ojo y mirar hacia un objeto...).

- Actividades de recortado y pegado.

- Actividades de reseguido de líneas, caminos y laberintos.


Fuentes: 

A. Sans, C. Boix, R. Colomé, A. López-Sala, A. Sanguinetti, "Trastornos del aprendizaje", en Pediatría Integral, https://www.pediatriaintegral.es/numeros-anteriores/publicacion-2012-11/trastornos-del-aprendizaje/

ISEP https://www.isep.es/actualidad/dislexia-y-lateralidad-cruzada/

Fecha de actualización: 08-06-2022

Redacción: Irene García

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