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¿Cansado de su actividad extraescolar?

¿Cansado de su actividad extraescolar?

Deportes, pintura, teatro, idiomas… estas actividades fuera del horario escolar son muy beneficiosas para el niño siempre y cuando no supongan una sobrecarga para él, le dejen tiempo para jugar y, sobre todo, le gusten. Pero, ¿qué pasa cuando llega a casa diciendo que “ya no quiere seguir yendo a inglés”? ¿Hay que permitirle abandonar en medio del curso?

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Averiguar la razón por la que al niño le ha dejado de gustar su actividad extraescolar

Si un buen día tu niño llega a casa diciendo que ya no le gusta ir a clases de piano después del cole y que quiere dejar de ir, lo primero que debes hacer no es enfadarte con él y obligarle a seguir yendo, sino averiguar el porqué de esta decisión.

Lo primero que debes plantearte es si a tu hijo realmente le gustaba esta actividad y la eligió libremente o fuiste tú el que le impulsaste a ello. Si se trata del segundo caso, lo más probable es que haya estado aguantando estos meses por no disgustarte, pero si a él nunca le gustó tocar el piano, no puedes culparle por haberse cansado de realizar tres horas a la semana una tarea que le aburre.

Por eso, en septiembre, antes de apuntarle a cualquier actividad extraescolar, hay que decidir correctamente, buscando aquellas que sean útiles para su formación pero, sobre todo, que le atraigan. Si no, para él supondrá un castigo duro de soportar. No pienses en tus deseos, por muchas ganas que tengas de que tu hijo se convierta en un prodigio de la música, si él no comparte esta idea contigo, nunca llegará a serlo. 

Sin embargo, si siempre le ha encantado tocar este instrumento, quizá el problema se halle en un cambio que se ha producido en la dinámica de la clase: puede que haya tenido un altercado con el profesor o le hayan sustituido por otro con el que no se entiende, que haya discutido con algún compañero…

Por supuesto, siempre existe una tercera opción: que realmente se haya cansado de ir a clase de piano y que no sea el primer año que abandona sus extraescolares. Quizá tu hijo sea de esas personas que enseguida se cansan de todo y que cada tres meses descubren una nueva pasión que al poco tiempo abandonan. En este caso, tu reacción deberá ser diferente.


¿Cómo actuar en estos casos?

Los gustos de los niños van cambiando a medida que crecen y conocen el mundo. Por eso, no es malo que en sus primeros años de colegio vaya conociendo y cambiando de actividad hasta dar con la que realmente le gusta. Estos cambios además no se deben vivir como fracasos sino como fases del proceso de elección. Fases que además son formativas y enriquecedoras y que asientan conocimientos que se pueden retomar en cualquier otro momento de la vida. El niño debe ir probando hasta dar con lo que le gusta, que casi siempre coincide con lo que se le da bien.

Cuando se llega a este punto la actividad se suele mantener en el tiempo. Pero también es verdad que si le dejas abandonar a la primera de cambio nunca podrá conocer nada en profundidad ni saber si le gusta o no. Si después de un tiempo prudencial continúa deseando abandonar una actividad determinada, debes respetar por encima de todo su decisión y hacerle ver que lo comprendes y le apoyas.

 

El rol de los padres en las actividades extraescolares de los niños

El papel de los padres es fundamental, debéis involucraros en sus actividades, preguntarle qué tal le va, qué es lo que más le gusta, asistir a sus funciones, hablar con los profesores y conocer de primera mano qué tal se integra, para así detectar cuanto antes cualquier problema con los compañeros o con el profesor.

Además, hay que observar en el niño posibles signos de saturación. Quizá el fallo sea que está apuntado a demasiadas actividades. Si así fuera y le notas malhumorado, nervioso, duerme mal y está siempre cansado, déjale que elija una sola actividad, aquella que más le guste, para que tenga tiempo de hacer sus deberes, jugar con sus amigos…

Los niños tienen que ir con ilusión a estas clases, sin sentirse presionados. Además, no hay que olvidar que las actividades extraescolares deben favorecer el desarrollo personal y tener un cierto componente lúdico que las diferencie de las clases convencionales. Huye de los profesores muy rígidos y de los centros que prometen logros espectaculares (“será un genio de la música”). El objetivo principal de estas actividades es fomentar su desarrollo y que se divierta.


Fuente:

Domènech, Montse (2015), Edúcame bien, Ed. Plaza & Janés.

Fecha de actualización: 23-12-2022

Redacción: Irene García

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