Cómo es un niño feliz

Índice

• ¿Qué es un niño feliz?
• Cómo deben los padres y madres educar para que sus hijos sean felices?
• La felicidad ¿se busca?
• ¿Cómo sé si mi hijo es feliz?
• Entonces, ¿se puede potenciar la felicidad?

 

¿Qué es un niño feliz?

Un niño feliz es aquel que está descubriendo el mundo, el que interactúa, el niño que es ruidoso y el niño que es, en definitiva, algo revoltoso.

Revoltoso, que no malo. Además, el niño que es revoltoso es, sin duda, un niño feliz porque el niño que es revoltoso, además de ser libre y feliz, es un niño que se encuentra en pleno proceso de aprendizaje. Es, además, un niño pleno porque aprende y experimenta. Si se le obliga a estarse quieto y a guardar silencio continuamente lo único que se producirá en él es una baja autoestima.

 

¿Cómo deben los padres y madres educar para que sus hijos sean felices?

Para educar a niños y niñas felices es importante ayudarles a tomar decisiones. Esto quiere decir que se tienen algún problema deberán resolverlos ofreciéndoles estrategias y consejos para que puedan hacerlo por sí mismos. También es bueno que se les ofrezca autonomía, aunque siempre dentro de unos límites determinados. Desde que son pequeños los niños y las niñas han de tener claro que existen una serie de límites que tanto en casa como en sociedad han de respetarse, y que jamás se intente compensar el tiempo que no pueden pasar con ellos con otras cosas. Muchos padres y madres actualmente caen en el error actualmente de compensar a sus hijos con compras de regalos y juguetes, muchos juguetes, que hagan felices a sus hijos “y compensen en cierta manera” la ausencia del papá o la mamá durante el día.

Sin embargo, esto es un grave error porque los niños y las niñas no aprecian tanto los regalos como el adulto se piensa. De hecho, con el paso del tiempo estos se dan cuenta y acaban comprendiendo muy bien la estrategia si se utilizan como chantaje. Finalmente, habrá que educar a los niños desde que son pequeños en inteligencia emocional para que sean felices. Pero ¿qué es la inteligencia emocional? Se define como la capacidad para reconocer los sentimientos propios y también los de los demás.

 

La felicidad ¿se busca?

La realidad es que no puesto que la felicidad se crea y se construye a partir de cosas pequeñas y sencillas como lo es la familia. De hecho, algunos expertos en desarrollo infantil aseguran que los bebés son mucho más felices gracias a lo que sus padres y familia en general puede enseñarles, y no tanto con los juguetes. Además, uno de ellos, como es Edward Hallowell asegura que “a los niños mimados se les da muchos juguetes cuando son pequeños, y que estos cuando crecen se convierten en realidad en adultos cínicos y algo aburridos”. Por eso, y tal y como asegura el experto, lo mejor que uno puede hacer es “ayudar a desarrollar las habilidades externas del niño que son las que al final tendrán toda la vida”.

 

¿Cómo sé si mi hijo es feliz?

Como dicen algunos expertos, la felicidad es muy subjetiva y es por ello por lo que es muy seguro que haya niños felices simplemente porque están ensimismados en su mundo. Pero ¿qué señales indican que nuestros hijos son completamente felices?

- sonríen habitualmente

- utilizan un lenguaje positivo

- juega e interacciona con otros niños

- está motivado cuando realiza actividades de todo tipo

- tiene buenas relaciones personales

- no tiene demasiados miedos

- no se muestra agresivo con frecuencia

 

Entonces, ¿se puede potenciar la felicidad?

Para potenciar la felicidad es necesario fomentar la amabilidad, la gratitud, el trabajo en equipo, la comunicación y la integridad. Por tanto, sí, se puede potenciar la felicidad, pero para ello los papás y las mamás de estos niños deben hacer que su hijo:

- sea amable. Como los niños amables experimentan más satisfacción y energía son más cariñosos por lo que gozan de gran aceptación social.

- dé las gracias. La gratitud favorece también la estabilidad mental y enriquece el crecimiento de los niños. Estos valoran más, por tanto, lo que les rodea.

- sea positivo. Al ser positivo es más seguro de sí mismo y cree más en él.

- no dramatice. Dar el valor justo a las cosas.

- sea autónomo. Es importante estimular la independencia del menor porque esto hará que aumente su seguridad, su autoestima y su confianza en sí mismo.

- consiga logros por sí mismo. Cuando consiguen sus objetivos por méritos propios los niños son mucho más felices.

¿Y tu hijo? ¿Es feliz?