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Lactancia con biberón

Lactancia con biberón

Hay veces que, por diferentes motivos, no se puede o no se quiere dar el pecho al bebé. Esto no significa que éste vaya a estar mal alimentado, ya que las fórmulas adaptadas se preparan imitando la leche materna, añadiéndoles todas las proteínas y minerales necesarios para el lactante. Además, los biberones presentan una serie de ventajas tanto para la madre como para el niño, permitiendo que el padre también pueda dar de comer a su bebé.

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Indice

 

La decisión de dar biberón al bebé

Si vas a dar el biberón a tu hijo, deberás aprender cómo prepararlo y lavarlo, porque una higiene adecuada es fundamental para una buena alimentación y salud

El no dar el pecho al bebé puede ser una elección libre u obligada. A veces las madres prefieren, por cuestiones de comodidad y libertad, alimentar a sus hijos con biberón desde que nacen. Esta decisión les permite alimentar al bebé en cualquier sitio, no tener que estar pendiente de la toma ya que cualquiera le puede dar de comer, recuperar la dieta y costumbres habituales, usar todo tipo de métodos anticonceptivos y tomar cualquier medicina. También permite al padre participar más en la crianza del niño y reforzar el vínculo padre-hijo.

Sin embargo, otras veces es una decisión que no queda más remedio que tomar. Es el caso de algunas enfermedades que obligan a las madres a dar el biberón a sus hijos. La causa también puede estar en los bebés, si tiene por ejemplo labio leporino, una deformación en el labio, la lactancia se hace imposible.
 

La leche de fórmula

La alimentación con leche de fórmula no es peor para el bebé, ni significa que éste vaya a crecer más despacio o a estar mal alimentado. Las fórmulas para lactantes se preparan tratando de imitar la leche materna y son diferentes que la leche de vaca normal: las proteínas son parcialmente desnaturalizadas para que sea más digerible; tiene unos niveles de calcio, fósforos y otros minerales más adaptados a las necesidades del lactante y sus capacidades fisiológicas; está prácticamente libre de colesterol; sin embargo no tiene las propiedades inmunitarias de la leche materna.

Existen dos tipos de leche de fórmula:

1. Las fórmulas de iniciación: Cubren las necesidades nutritivas de los lactantes los primeros 4-5 meses. También hay fórmulas para recién nacidos pretérmino o con peso inferior a 2.500 gramos.

2. Las fórmulas de continuación: Están destinadas a la alimentación del bebé a partir de los 5-6 meses. En ellas no hay necesidad de modificar la relación lactoalbúmina/caseína, ya que las enzimas implicadas en el metabolismo de los aminoácidos están completamente desarrolladas. A partir de esta edad se empiezan a introducir los alimentos sólidos, haciendo la alimentación más completa para las necesidades del bebé.


¿Cómo se prepara el biberón?

Para la preparación del biberón se debe contar con:

 

- vapor o unidad de esterilización química

- agua previamente hervida

- leche en polvo con la medida dentro

- el biberón que se va a utilizar, previamente limpio

- tetinas y tapas

Una vez listo el material, se prepara por cada 30 ml de agua tibia (previamente hervida para esterilizar), una medida rasa de leche en polvo. No añadas nunca más cantidad de leche de la necesaria, podría ser peligroso para el bebé. Tampoco se debe hervir mucho rato el agua del biberón, porque pueden concentrarse las sales minerales y esto no conviene el recién nacido. Mezcla o agita el biberón varias veces y tápalo con la tetina.

Es importante escoger los biberones y tetinas que se adapten mejor al niño. Actualmente, también hay en el mercado agua tratada y lista para su utilización directa con la leche en polvo. También es conveniente que las tetinas se hiervan varias veces antes de utilizarlas por primera vez y que repases sus agujeros antes de administrar el biberón.

Un truco: Si no tienes tiempo de preparar el biberón justo antes de la toma, prepara unos cuantos y mételos en la nevera una vez que se hayan enfriado. Sácalos luego a medida que los necesites y caliéntalos. No guardes nunca la mezcla más de 24 horas.

Para calentar el biberón, lo puedes hacer de varias maneras: Al baño María, con calientabiberones eléctricos especialmente diseñados para ello o al microondas. Sigue atentamente las instrucciones para cada caso.
 

La higiene adecuada para dar el biberón

La higiene es fundamental a la hora de preparar y dar el biberón al niño. La leche es un buen caldo de cultivo para bacterias que pueden provocar enfermedades, de modo que hay que esterilizar todo el material relacionado con el bebé al menos hasta los 4 meses. A partir de este mes, ya no tiene sentido, puesto que el bebé se empieza a poner cosas en la boca que a veces han estado en contacto con el suelo. De todas formas, últimamente se ha demostrado que con una buena limpieza y un buen aclarado con agua corriente es suficiente para que el biberón esté listo para su uso. Una vez que el bebé tenga un año, podrás lavar todo en el lavavajillas.

Lo primero es lavarse bien las manos, tanto al manejar el bibe como al alimentar al bebé.

El biberón y la tetina se esterilizan de la siguiente manera:

 

1. Hierve en agua durante unos 10-15 minutos. Se llena de agua una olla y se deja hervir.

2. Mediante el método Milton: este método se vende por regla general en las farmacias y consiste en una cubeta, cuya capacidad es de cinco litros de agua, donde se vierte un tapón y medio del frasco de líquido que viene dentro de la caja, o bien, en la misma cantidad de agua, se pone una de las pastillas. La solución preparada sólo dura 24 horas. En este agua es donde se colocan los biberones.

3. Esterilizadores eléctricos: Se introduce el biberón con agua y se calienta. Normalmente sirven para más de uno a la vez.

Sigue siempre las instrucciones del fabricante cuando vayas a esterilizar los biberones. Éstos deben sumergirse por completo en el líquido durante al menos dos horas, o lo que indique el fabricante en las instrucciones.

También hay que limpiar bien el biberón y la tetina después de haberlo usado. Frótalos bien con un cepillo para biberones y agua caliente jabonosa para eliminar todo rastro de leche, después acláralo bien con agua fría. Lava a conciencia la tetina, prestando especial atención al borde interno, y asegurándote de que los orificios estén limpios. Después, aclara con agua fría.


¿Cómo se debe dar el biberón?

Una vez que el bibe esté listo, sólo queda dárselo al pequeño. Antes de empezar, comprueba que la leche no salga de la tetina ni demasiado deprisa ni demasiado despacio, inclínalo un poco para asegurarte de que sale a un ritmo de varias gotas por segundo. Nunca se debe dar el biberón con la leche hirviendo, compruébalo antes vertiendo unas gotas en tu muñeca.

La postura idónea es estando la madre o la persona que se lo dé sentada, el niño semisentado, sosteniéndole la nuca y la cabeza con una mano y el biberón inclinado con la otra, de manera que la tetina esté siempre llena y evitar, así, que trague aire y se produzca lo que se llama aerofagia. Sujétale de manera que su rostro esté a unos 20-25 cm del tuyo, y de forma que pueda establecer un contacto visual contigo. Si puede ser, ábrete la camisa y sujeta al bebé en contacto con tu piel, simulando la cercanía y el roce de la lactancia materna. Acúnale y háblale mientras come. Si hace falta, coloca una almohada sobre tu regazo para que esté más alto. Pronto asociará el placer de la comida con la visión de tu rostro.

Puede que a mitad de la toma el bebé se pare para eructar pero, en caso contrario, no hace falta obligarle frotando su espalda, ya que si todavía tiene hambre, eso le alterará. Si parece cómodo, deja que siga comiendo sin interrumpirle hasta que no quiera más.

Se debe administrar cada 3 horas y media o cada 4 horas, ya que la leche de fórmula se tarda más en digerir que la materna. La cantidad de biberón es variable y será la que deje al niño satisfecho y le haga ganar peso correctamente.
 

Algunos consejos para dar el biberón

- Compra todo lo necesario con antelación para practicar con la limpieza y esterilización de los biberones.

- Durante las primeras semanas, y con 6-7 tomas cada 24 horas, deberás cambiar el líquido esterilizante dos veces al día. Más adelante, reduce la frecuencia.

- Nunca le añadas más cantidad de azúcar a la preparación.

- Cuando termines una toma, tira la leche sobrante. Nunca le des al bebé las sobras de una toma anterior porque puede estar contaminada. Utiliza siempre un biberón recién preparado y ten siempre a mano un par de paquetes de la preparación instantánea para caso de emergencia.


 


Te puede interesar:

Muchos padres se preguntan por la "cantidad de biberón para un bebé de 1 mes". Los últimos estudios científicos señalan que es convieniente que la alimentación del bebé con biberón sea también a demanda tal y como sucede cuando se da el pecho.

Fuente:

Ajram, Dr. Jamil, Tarés, Dra. Rosa María (2005), El primer año de tu hijo, Barcelona, Ed. Planeta.

Stoppard, Dra. Miriam (2006), Padres primerizos, Barcelona, Pearson.

Consejos Etapas; Dodot.

Fecha de actualización: 19-05-2020

Redacción: Irene García

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