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¿Trabajo o hijos?

¿Trabajo o hijos?

Según una reciente encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), el 60% de las mujeres considera la maternidad un obstáculo para su carrera profesional. De hecho, un 16% abandona su empleo después de tener niños para dedicarse a su cuidado

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Obligadas a elegir entre el trabajo y la maternidad

Tras la plena incorporación de la mujer al mundo del trabajo, hubo unos años en que el cuidado de los hijos se dejó a cargo de guarderías, colegios, niñeras y familiares (principalmente los abuelos). Las mujeres se convirtieron en súper mamás que intentaban abarcarlo todo: ser las mejores madres a la vez que ascendían en su trabajo y obtenían reconocimiento profesional.

Pero pronto se han ido dando cuenta de que esta situación es insostenible: trabajar 8 horas fuera de casa y otras 8 en ella es más de lo que cualquier persona puede aguantar. El estrés y los nervios han podido con muchas de ellas.

Así que ahora, la tendencia se vuelve a invertir, y muchas de las nuevas mamás prefieren dejar el trabajo y cuidar a sus hijos antes que volverse locas intentando hacerlo todo, para encima acabar sintiéndose culpables por no ser una buena madre.
 

 

Encuesta Fecundidad

Según este estudio del CIS, el 60% de las mujeres afirma que tener hijos es un obstáculo para la vida profesional. Las más conscientes de ello parecen ser las de 30 a 39 años: entre el 65% y el 67% responde lo mismo. El 16,2% de las madres que ahora cuentan entre 20 y 49 años ha abandonado definitivamente el trabajo por la maternidad. Y un 28% afirma que la crianza de los hijos ha limitado sus oportunidades de promoción laboral, un porcentaje que sube hasta casi un 32% en edades clave tanto para tener hijos como para ascender en la empresa, de los 30 a los 39 años.


¿La maternidad ha afectado a tu trabajo?

- Sí, me obligó a reducir la actividad: 27%

- Sí, tuve que interrumpir mi trabajo todo un año: 27%

- Sí, limitó mis oportunidades de promoción: 21%

- Sí, dejé de trabajar por ello: 17%

- Sí, generó discriminación en mi entorno profesional: 8%

Fuente: Fecundidad y valores en la España del Siglo XXI, CIS.

Los motivos que alegan muchas de ellas para no tener hijos son la dureza del embarazo y del parto, las preocupaciones que nunca desaparecen, la falta de dinero, el aporte extra de un trabajo poco compartido por la pareja, la falta de confianza en el futuro…

Lo cierto es que el 42,6% de las mujeres entre 20 y 44 años no ha tenido ningún hijo aún. Y de esas, un 19,4% afirma que no quiere tenerlos. Antes era impensable que una mujer no quisiera tener hijos, ya que se las educaba para eso. Pero las cosas han cambiado.

Otra conclusión de esta encuesta es el retraso de la emancipación y de la edad de tener el primer hijo, a lo que contribuye el mayor número de años dedicados a los estudios y las dificultades económicas que tienen su origen en los puestos de trabajo precario a los que acceden las mujeres, cuando no están en paro.

A los 30 años, sólo la mitad de las mujeres han tenido su primer hijo, mientras que ya vive fuera de casa el 70% y el 90% ha conseguido su primer trabajo.

El retraso de la maternidad está muy condicionado al trabajo y, por tanto, al nivel educativo de las mujeres. La edad media a la que las mujeres que ahora tienen de 35 a 39 años y estudios superiores han tenido su primer hijo es de 33,5. Y si lo que tienen es estudios medios retrasan la maternidad hasta los 28 años. Y esa tendencia es imparable. Las hermanas menores esperan aún más para tener críos. Las que ahora tienen de 30 a 34 años con estudios medios tienen su primer hijo casi a los 31 años, dos años más tarde que las anteriores. Menos de la mitad de las que tienen estudios superiores en esta generación ha tenido hijos ya. 

Las mujeres que nacieron en los sesenta y pasaron por la universidad (cabe pensar que son las que después trabajaron fuera de casa) dieron ese gran salto en la maternidad. Ésas tuvieron el primer hijo a los 30 años como media. Desde entonces esa edad no ha dejado de crecer. Cuando sólo se acreditan estudios elementales la edad elegida para ser madre se mantiene más estable a lo largo de las últimas décadas, de los 24 a los 26, si bien son muy pocas las que desde los sesenta sólo tienen estudios elementales.

Así pues, a más estudios, más trabajo, mayor retraso en la maternidad y menos hijos en total. Ésa es la tendencia. Lo que no varía es el deseo de ser madres y de tener un número de hijos que cada vez se cumple menos. Las mujeres que tenían 30 años en 1960 querían tener una media de 2,4 hijos, similar a lo que ocurría en 1970 y a lo que ocurre ahora. Pero ahora se quedan en un escaso 1,37 mientras que antes tenían una media de 1,8.
 

 

Decir adiós al trabajo

La nueva tendencia, cada vez más común, es la de abandonar el trabajo para cuidar a los hijos. El año pasado, 17.888 madrileñas abandonaron su carrera laboral tras ser madres para dedicarse al cuidado de los niños. Son un 42,6% del total de personas (41.600) que cada año dejan de lado su trabajo (del resto, la mayoría es por jubilación), según datos del Instituto de la Mujer y CC OO. El porcentaje se mantiene estable año tras año.

Sin embargo, sólo 1.248 hombres aparcaron su oficio por el mismo motivo: un 2,3% del total de la población que se alejó del mundo laboral. "Este paso lo dan mujeres entre 30 y 40 años, con una vida laboral consolidada y que deciden abandonar por voluntad propia normalmente con el primer o el segundo hijo", asegura Yolanda Besteiro, presidenta de la Fundación de Mujeres Progresistas.

Esta tendencia fue confirmada por TodoPapás a través de una encuesta. A la pregunta de si era posible conciliar vida laboral y familiar, un 34,3% respondió que no, motivo por el que habían dejado de trabajar. Un 20,5% reconoció que apenas veía a su familia y que le gustaría poder reducir su horario laboral. Un 22,3% opinaba que con organización es posible conciliar ambos. Y un 22,9% dijo que era posible gracias a su pareja. Como puede verse, la cifra más alta (un 34,3%) corresponde a aquellas que pensaban que era imposible y que habían tenido que dejar de trabajar.

Los principales motivos son los salarios bajos (que se van en pagar las guarderías), la falta de promoción y la escasez de centros infantiles. Además, el reparto de tareas aún es una utopía. La mayoría de las mujeres son las que se encargan de todo en la casa: cuidar a los hijos, hacer la comida, limpiar, etc. El tiempo medio de las personas ocupadas del cuidado de los niños difiere mucho dependiendo del sexo. Mientras que los hombres dedican dos horas al día, las mujeres lo hacen el doble de tiempo: cuatro horas.

La misma encuesta destaca las motivaciones del hombre y la mujer para elegir un puesto: mientras que al 20,7% de las mujeres lo que más les importa es la compatibilidad con la familia, sólo al 9,4% del género masculino le importa este motivo, más preocupados por el sueldo (el 31,6%).

Otra opción para no abandonar la carrera profesional definitivamente es la excedencia (el 95% de las que se cogen por cuidado de hijos son pedidas por mujeres) y la jornada parcial (un 14% se toman por este motivo).

Además, cada vez más personas piden permisos de maternidad (o de paternidad) en la región, aunque el 98% siguen siendo mujeres. 

Entre las nuevas medidas de la Ley de Igualdad está el derecho a una baja por riesgo durante la lactancia: la madre tiene derecho al cambio de su puesto de trabajo si las condiciones no son las idóneas para facilitar el periodo de lactancia hasta que el bebé cumpla nueve meses. Es el caso de las que trabajan por turnos, o están en un ambiente tóxico o ruidoso. Si la empresa no puede proporcionar otro puesto de trabajo, tiene derecho a una baja para dar el pecho, permiso que se suma a las seis semanas de maternidad que contempla la Ley. Cerca del 3% de las gestantes deben por ello abandonar su trabajo antes o después. Los trabajos nocturnos, la minería subterránea, el personal de vuelo y las submarinistas son las profesiones más expuestas a los riesgos ambientales.
 

El “mobbing maternal”

El paro entre las mujeres sigue siendo más alto en España que entre los hombres, y los sueldos (en el mismo puesto) más bajos. La principal razón es la maternidad, que a muchos empresarios les sigue pareciendo un inconveniente.

Según un estudio de la Fundación Madrina, nueve de cada diez mujeres embarazadas en España sufre 'mobbing maternal' en su ámbito laboral y el 25% son despedidas por esta causa.

El informe también subraya que la gestación, la baja por maternidad, la reducción de jornada y el planteamiento de querer tener familia repercuten negativamente en la renovación del contrato laboral y en la contratación de estas mujeres entre un 25 y un 80% de los casos.

Datos parecidos aporta una encuesta realizada en toda Europa por la web de Monster acerca de si las empresas dan facilidades para las madres que quieren volver a la empresa tras el embarazo. De los trabajadores encuestados españoles, el 68% opina que las empresas no facilitan esta reincorporación laboral. Tan sólo el 19% mantiene que su empresa hace todo lo que puede por motivar la vuelta de las mujeres tras dar a luz.

El sondeo de Monster Meter reúne las respuestas de 3.813 trabajadores europeos a la pregunta “¿Tu empresa anima a las mujeres embarazadas a que vuelvan a trabajar?”. Entre los trabajadores españoles, los resultados son:

•    52,17%  “No, prefieren contratar a empleados sin compromisos”

•    19,25%  “Sí, hacen todo lo que pueden para que vuelva”

•    16,77%  “No”

•    11,80%  “Sí, ofrecen los beneficios básicos de la maternidad”
 

 

Conciliación de la vida laboral y familiar

A pesar de estos datos tan poco alentadores para aquellas personas que sí desean conciliar trabajo e hijos, con organización y un trabajo flexible es posible. El principal problema es encontrar tiempo de calidad para dedicar a los hijos. La larga jornada laboral, las tareas de la casa… los padres se sienten desbordados e incapaces de sacar tiempo para sus niños.

Para superar con éxito las tensiones que surgen entre trabajo y familia, los pedagogos y psicólogos de la Escuela de Padres recomiendan que se sigan una serie de pautas:

•    Ser menos exigentes consigo mismos y reconocer que no se puede llegar a todo.

•    Pensar en lo que es realmente importante y tener siempre tiempo para las cosas primordiales, que para la mayoría de las personas suelen ser la familia y los amigos.

•    Establecer prioridades. La limpieza de la casa puede esperar, pero nunca se debe dejar "para otro momento" la charla con un hijo cuando requiere la atención de sus padres.

•    Prestarles total atención cuando se habla con ellos. Hay que pararse a escuchar todas las cosas que los hijos tienen que contar, que para ellos pueden ser muy importantes, "como un dibujo que ha hecho en clase o una pelea con otro amigo". Si no se les atiende en ese momento, los niños perderán la espontaneidad de contar todo a los padres, y será difícil recuperar años después su confianza, cuando sean adolescentes y prefieran las opiniones de los amigos a las de su familia.

•    Aprovechar los fines de semana y los días libres para realizar actividades con ellos.

•    No buscar demasiadas actividades extraescolares para mantenerlos ocupados mientras no estéis en casa.

•    Supervisar la educación que reciben en el colegio y las personas que se dedican a cuidarlos mientras estáis ocupados.

•    Aceptar sus opiniones, aunque sean distintas a las vuestras. No se trata de consentir y plegarse a la voluntad de un niño, pero sí de que sepa que aunque sus opiniones sean distintas a las de sus padres, siempre contará con su apoyo.

•    Cultivar la paciencia y el sentido del humor, cualidades que harán más llevadero cualquier problema.


 

 

 


Fuente: CIS. Consumer Eroski. Fundación Madrina. Monster.es. Instituto de la Mujer y CC OO. www.todopapas.com.

Fecha de actualización: 03-04-2023

Redacción: Irene García

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