Consecuencias de tragar arena

Indice

• ¿No sabes qué hacer cuando tu hijo come tierra?
• ¿Qué podría suceder al bebé si come tierra?
• Medidas de precaución

 

La doctora Isabel Miquel, gastroenteróloga infantil de Clínica Alemana de Santiago, explica que “entre los cinco meses y cuatro años es normal que los pequeños usen la boca como una tercera mano y se pongan ahí todo lo que encuentren, no precisamente para comérselo sino para guardarlo. Esto es un reflejo natural”.

 

¿No sabes qué hacer cuando tu hijo come tierra?

No debes alarmarte, solamente debes quitar de su boca los restos de tierra, lavarle las manitas y limpiar cuidadosamente sus encías. Este hecho no debe estar acompañado de algún tipo de enfado porque el hecho de que se sienta presionado puede ocasionar un impacto emocional en él y presentarse entonces una posible diarrea que no siempre será causada por haber ingerido tierra.

Estudios revelan que la tierra no causará un daño grave al niño a menos que esté infectada con pesticidas, heces fecales, material con desechos químicos o que haya estado en contacto con agua de desperdicios. Pero si notas que tu hijo durante un período de por lo menos un mes consume con frecuencia tierra o sustancias no nutritivas, debes tener cuidado. Es posible que se origine un trastorno de la ingestión y de la conducta alimentaria de la infancia o la niñez, conocido como “pica”.

 

¿Qué podría suceder al bebé si come tierra?

La pica es un tipo de fagia, un trastorno alimentario en el que existe un deseo irresistible de comer o lamer sustancias no nutritivas y poco usuales como la tierra, la tiza, el yeso, las virutas de la pintura, el bicarbonato de sodio, el almidón, el pegamento, el moho, las cenizas de cigarrillo, el papel o cualquier otra cosa que no tiene, en apariencia, ningún valor alimenticio.

Existen distintas variedades de pica, según sea la sustancia que se ingiera, como la geofagia (comer tierra), la onicofagia (comer uñas), la cautopirofagia (fósforos quemados), la litofagia (piedras) y la xilofagia (maderas), entre muchas otras.

No obstante, es importante saber que la pica se trata de un trastorno muy raro que aparece muy pocas veces. Lo más habitual en el caso de la geofagia es que los niños se coman la tierra porque quieran ver cómo es, a qué sabe, qué textura tiene, etc. La tierra normalmente provoca solo dolores abdominales, vómitos y diarrea, pero si el niño consume grandes cantidades, es probable que contraiga infecciones parasitarias, sufra intoxicaciones por plomo y otros tipos de complicaciones, como obstrucciones intestinales que es lo más peligroso.

En el caso de que el menor padezca efectivamente de “pica”, “al igual que el resto de los trastornos de la alimentación, el manejo global requiere la intervención coordinada de diversos profesionales de la salud”, explica la gastroenteróloga infantil. Será fundamental, por tanto, el consumo de suplementos nutricionales, el suministro de fármacos y en algunos casos, ayuda psicológica, según los expertos.

 

Medidas de precaución

Para evitar que contraigan esta enfermedad y que sigan comiendo tierra existen algunas medidas que debemos adoptar:

- Evitar amenazarlo con que lo vas a regañar porque como todo niño se verá inquieto a querer hacerlo. 

- Procurar decirle, a forma de juego, qué cosas sí se comen y qué cosas no.

- Evitar lugares de juego en los que pueda haber defecado un animal.

- Comprobar antes de sentarlo que no haya colillas, piedras, palos o algo que pueda ser peligroso para él.

- Estar pendiente de él para evitar que se lleve arena a la boca y, si ya lo ha hecho, limpiársela bien con agua. No pasa nada si traga un poquito, pero es mejor que no lo haga.

- Intentar mantenerle entretenido con juguetes y juegos para que evite la tentación.

Comer tierra por primera vez, y en la etapa de reconocimiento, no es tan malo. De hecho, puede ser accidental, pero lo más importante es tener siempre vigilados a los niños, explicarles cuáles son las consecuencias de comer tierra y enseñarles hábitos de limpieza para que durante su desarrollo los pongan en práctica.

Y en el caso de que accidentalmente coman tierra infectada, los padres deberán acudir con su pequeño al médico inmediatamente.