Bebés y alimentos congelados

Indice

• Beneficios de los productos congelados
• Pensando en los niños
• Consejos de TodoPapás
• Clarence Birdeye, el padre de los congelados

 

Beneficios de los productos congelados

Según los expertos en alimentación, los productos congelados pueden mantener sus cualidades nutritivas en perfectas condiciones siempre que el proceso de congelación se lleve a cabo cumpliendo todos los requisitos de seguridad, temperatura, etc. Al congelar los alimentos deprisa y a muy baja temperatura se mantienen todos sus nutrientes prácticamente intactos y se evita el desarrollo de bacterias. Especialmente si los comparamos con los congelados en casa, los de congelación industrial presentan una probabilidad mucho menor de provocar infecciones tóxicas; en casa, es un proceso más lento y en condiciones menos rigurosas, lo que además genera una pérdida del valor nutritivo de los alimentos.

Asimismo, los productos congelados resultan muy prácticos para las familias, que cada vez cuentan con menos tiempo para dedicarlo a la cocina. Suelen estar preparados para consumir directamente, sin necesidad de limpiarlos ni de descongelarlos previamente.

 

Pensando en los niños

Llevar una alimentación sana y variada es la clave para el correcto desarrollo y crecimiento de los niños. Además de prevenir enfermedades, una dieta equilibrada aporta toda la energía necesaria para el ajetreado día a día de los pequeños. Sin embargo, muchas veces cuesta que los niños coman alimentos tan imprescindibles como el pescado y las verduras. Una excelente opción para evitar los llantos delante de un plato de merluza es decantarnos por los alimentos congelados. Otra de las ventajas de los productos congelados es que facilita que los niños coman verdura y, sobre todo, pescado; ya que los congelados no tienen espinas, lo que les resulta muy cómodo a los niños y, además, muchas veces tienen divertidas formas y presentaciones que los hacen más atractivos para los pequeños.

 

Consejos de TodoPapás

Sobre la compra de productos congelados:

• Acuérdate de comprar en último lugar los productos congelados para minimizar el tiempo que estén fuera de la cadena de frío.

• Escoge una marca de confianza que cumpla los requisitos de seguridad y las normas de mantenimiento.

• Utiliza las bolsas isotérmicas que ofrecen los supermercados para mantener el frío.

Para congelar en casa:

• Guarda siempre los productos debidamente envueltos.

• Apunta la fecha de congelación en un lugar visible del paquete.

• Si congelas gran cantidad, sepárala en porciones.

• Si descongelas algún alimento, consúmelo en un espacio de tiempo breve y nunca vuelvas a congelarlo.

 

Clarence Birdeye, el padre de los congelados

La idea de congelar alimentos y envasarlos al por menor, se la debemos al empresario neoyorquino Clarence Birdeye, quien en 1912 se trasladó a vivir a Labrador (Alaska) donde se casó y tuvo a su primer hijo.

Allí, Birdeye descubrió que el pato congelado en las extremas temperaturas del invierno se mantenía mejor que los que se congelaban en verano o primavera; comprobando la eficacia de los procesos de congelación rápida del ártico. Empezó experimentando con verduras congeladas para su familia y tras numerosas pruebas, observó que mantenían todo su sabor.

Al volver a Estados Unidos en 1917, continuó con sus estudios sobre los procesos de congelación rápida. Hasta que el 6 de marzo de 1930, llegaron por primera vez a 18 supermercados de Springfield (Massachussets), lotes de productos congelados entre los que había verdura, fruta, carne y pescado.