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¿En qué semana el bebé escucha?

¿En qué semana el bebé escucha?

Da igual si somos madres primerizas o no, saber que el bebé que va a nacer dentro de unos meses nos escucha y puede incluso reconocer nuestra voz es una de las experiencias más maravillosas que nos suceden durante el embarazo. 

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¿Cuándo el feto empieza a escuchar?

El mundo del bebé es algo fascinante que tenemos que ir descubriendo poco a poco, aunque es normal tener siempre muchas dudas al respecto. A lo largo de los nueve meses, la cantidad de preguntas que nos hacemos como futuras mamás es infinita, pero hoy resolvemos alguna.
Cuando estamos embarazadas esta pregunta suele ser muy habitual, pues realmente es fascinante escuchar al médico decir que el bebé ya escucha y que todo va de maravilla.

A pesar de que los cinco sentidos (oído, vista, olfato, gusto y tacto) se desarrollan antes del nacimiento, el oído es uno de los más complejos y, a su vez, uno de los más significativos, pues nos permite escuchar y regular nuestro equilibrio corporal. Además, es el sentido que más se desarrolla en el útero de la mujer. El feto puede percibir tanto sonidos como voces y reconocerlos.

Es cierto que la formación de los oídos comienza en el tercer mes y se desarrolla en su totalidad en la semana 24, pero es realmente en la semana 18 de embarazo cuando el feto empieza a escuchar nuestro latido. Por eso, es fundamental que estemos en paz y tranquilas, pues será lo que le influya positivamente cuando nazca.

Tras esto, lo más habitual es escuchar los ruidos de los intestinos, la palpitación de las arterias y, poco a poco, la voz de la madre y de lo que ocurre en el exterior. Es decir, lo primero que captará nuestro bebé serán los sonidos intrauterinos, y luego, a partir del cuarto mes, ya estará apto para captar los sonidos del exterior que comiencen a filtrarse.

Por lo tanto, el feto puede comenzar a oír en cualquier momento entre el cuarto y el quinto mes, y para esa etapa ya puede ser estimulado, o incluso irritado, por los diferentes sonidos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que los ruidos que llegan al feto lo hacen de forma debilitada debido al líquido amniótico que le rodea dentro de nuestro vientre. A pesar de que le lleguen de esa manera, el bebé es capaz de reaccionar ante ellos. Por eso, a partir de esta semana de gestación es bueno aprovechar para hablarle más o acariciar nuestra barriga. Podrá sentirnos mucho más y ayudará a desarrollar su audición.

Al dedicar un momento específico en el día para hablarle o susurrarle alguna canción, estaremos creando un vínculo muy importante entre madre e hijo. Una vez nuestro bebé haya nacido, reconocerá nuestra voz, y le servirá como herramienta de fiabilidad.

Si a partir de la semana 18 escucha los primeros ruidos, será a partir de la 25 cuando empiece a escuchar tu voz y en la 27 cuando la pueda reconocer, aunque el sonido le llegue amortiguado. Se calcula que al bebé le llegan, aproximadamente, uno 20 decibelios menos de lo que sucede fuera. Antes de llegar al feto, todo tipo de ruidos y sonidos deben atravesar la pared abdominal y la atmósfera sonora que se encuentra dentro de la bolsa. Sin embargo, el bebé sí distingue sonidos ambientales y es capaz de conocer el tono de la madre o el padre al hablar. Además, es importante tener en cuenta que los huesecillos del aparato auditivo no tienen tanto movimiento dentro del líquido como el que tienen fuera de él.


¿Y la música?

Durante el embarazo, muchas mujeres pueden sufrir una carga emocional negativa que se traduce en malestar, inseguridad, miedos o sensación de fracaso. Sin darnos apenas cuenta, somos nosotras mismas quienes les estamos transmitiendo todo ello a nuestro bebé, que puede acabar convirtiéndolo en miedoso o inseguro.

Por este motivo, la musicoterapia puede tener un papel bastante importante, pues estimula la conexión entre madre e hijo, promueve la inteligencia musical, tiene un efecto relajante y enriquece el desarrollo físico y emocional del bebé. La musicoterapia regula el estado de ánimo, alegra los estados de tensión y también mejora el aprendizaje y la coordinación.

Por lo tanto, gracias a los sonidos, nuestra voz y algo de música que nos guste y nos ayude a relajarnos, poco a poco nuestro bebé irá tomando contacto con el mundo, percibiendo y respondiendo a los diferentes estímulos.

Ahora, ¡a disfrutar hablando y escuchando!


Fuente:

Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.

Fecha de actualización: 16-02-2021

Redacción: Ana Ruiz

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