Inyecciones de agua estéril en el rombo de Michaelis
La anestesia epidural ha supuesto una revolución en la forma en la que las mujeres afrontamos un parto; elimina el dolor mientras la conciencia sigue despierta. Sin embargo esta práctica no siempre es del agrado de todas las mujeres, pues tiene ciertos inconvenientes, contraindicaciones y efectos secundarios. Por suerte no es la única opción para atenuar el dolor de un parto. Existen otras alternativas, aunque tal vez menos conocidas. Entre ellas está, por ejemplo, las inyecciones en el rombo de Michaelis.
Indice
- ¿En qué consisten las inyecciones en el rombo de Michaelis?
- ¿Cómo se realiza el tratamiento?
- Pros y contras de este tratamiento
¿En qué consisten las inyecciones en el rombo de Michaelis?
Una de cada tres mujeres afirma sentir dolor lumbar fuerte durante el trabajo del parto. Una molestia que se acentúa con las contracciones y que lejos de remitir cuando esta termina, permanece hasta la siguiente. Este dolor intenso suele producirse por el empuje de la cabeza del feto contra la columna vertebral de la madre.
Para eliminar o disminuir este dolor existe una técnica eficaz y segura, avalada por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, consistente en administrar inyecciones intradérmicas de agua estéril en la zona lumbar, concretamente en el llamado rombo de Michaelis.
Este método cayó en desuso con la llegada y la demanda de la anestesia epidural, si bien, hoy, debido al creciente deseo de partos menos medicalizados, esta técnica para paliar el dolor se está popularizando de nuevo.
¿Cómo se realiza el tratamiento?
El rombo de Michaelis está ubicado entre 4 puntos que forman sus vértices: la apófisis espinosa de la quinta vértebra lumbar, los hoyuelos correspondientes a las espinas ilíacas superoposteriores y el surco interglúteo.
Este tratamiento analgésico que se lleva a cabo en la fase inicial del parto, consiste en la infiltración mediante cuatro inyecciones, bien subcutáneas o bien intradérmicas, de agua estéril. La más recomendada es la subcutánea por ser menos dolorosa y tener la misma eficacia que la intradérmica. Se realizan 2 punciones laterales que coinciden con las espinas iliacas y otras dos 2 o 3 cm por debajo de estas.
Estas inyecciones se aplican secuencialmente durante la contracción uterina, concretamente en el pico de ésta, y no deben durar más de 20 o 30 segundos desde la primera punción a la última. Tras estos segundos de picor se produce un alivio de los dolores de espalda durante una hora o incluso hora y media.
Aunque no se sabe a ciencia cierta por qué funciona esta analgesia, se cree que las inyecciones podrían ayudar a relajar a la parturienta lo que facilita que el feto se coloque en una mejor posición.
Pros y contras de este tratamiento
Este método es totalmente seguro, inocuo y su efecto es inmediato. La desventaja es que solo alivia el dolor lumbar, y no es efectivo para otros dolores del parto como el abdominal o el perineal.
Otro inconveniente es el escozor que provocan los pinchazos, pudiendo llegar a doler en algunas mujeres. Ahora bien, no durará más de 30 segundos y tras esta molestia el alivio del dolor lumbar puede prolongarse hasta 90 minutos.
Fecha de actualización: 13-06-2020
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