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¿A veces quieres pegar un bocado a tu bebé? Hay una razón psicológica

¿A veces quieres pegar un bocado a tu bebé? Hay una razón psicológica

La Psicología las llama “expresiones dimorfas” y se definen como esas respuestas insospechadas a emociones positivas como amor, ternura o felicidad. Explican, por ejemplo, el hecho de que cuando ves algo o alguien que te genera ternura sientas el impulso de morderlo, o que cuando presencias algo bonito sientas ganas de llorar. 

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Índice

 

¿Por qué nos dan ganas de "morder" a los bebés?

Seguro que tú mismo/a las has sentido alguna vez: ves los brazos rollizos de tu bebé, o los mofletes de tu hijo y piensas (o dices) “¡Ay, que me lo como!”. Es tan común que no solemos pararnos a pensar de donde viene ese impulso que sentimos cuando vemos algo adorable o tierno como un bebé.

Un estudio del departamento de Psicología de la Universidad de Yale ha decidido investigar sobre este hecho en un estudio llamado “Expresiones dimorfas de emociones positivas”. Las conclusiones que han obtenido es que se trata de un mecanismo común en la mayoría de personas para poder gestionar emociones intensas. Es el mismo fenómeno que explica por qué cuando vemos algo muy bonito o vivimos una situación muy agradable a veces queremos llorar o cuando vemos algo adorable sentimos un impulso agresivo como querer pellizcarlo o pegarle un bocado (sin hacerle daño, por supuesto).

Como explica el grupo de investigadores, liderados por Oriana R. Aragón, las personas que a veces expresan sus emociones de esta manera “dimorfa” lo hacen como un impulso inconsciente de respuesta a intensas emociones positivas que les ayuda a gestionar dichas emociones.

De hecho, según el estudio, aquellas personas con este tipo de expresiones dimorfas suelen recuperarse mejor de emociones intensas. Es, por tanto, un mecanismo de equilibrio emocional.
 

Otros ejemplos de expresiones dimorfas

Hay muchos ejemplos de expresiones dimorfas. Por ejemplo, el hecho de que muchas personas y niños, ante la presencia de un bebé adorable, quieran pellizcarle, apretarle o incluso morderle suavemente. Como demostró un estudio, ante imágenes de fotos de bebés, la mayoría de personas respondían con comportamientos como querer pellizcarle las mejillas o “comérselos”. De hecho, este tipo de respuesta dimorfa es una de las más comunes.

Así que la próxima vez que tengas el impulso de echar la boca a un bebé o a cualquier otra persona que te resulte adorable (o de llorar de lo feliz que algo o alguien te hace sentir), recuerda que se trata de un mecanismo emocional para lograr un equilibrio respecto a la intensa emoción positiva que estás sintiendo. 


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