Los bebés aprenden a ser perseverantes viéndote “sudar”

Índice

• Verte esforzarse ayuda a tu hijo a esforzarse
• ¿Cómo se llevó a cabo el estudio?

 

Verte esforzarse ayuda a tu hijo a esforzarse

¿Alguna vez te has peleado con un paquete imposible de abrir? Si es así, puede haber sigo algo bueno para tu bebé si estaba mirando. Y es que un nuevo estudio publicado en la revista Science afirma que los bebés, a partir de los 13 meses, pueden aprender a ser perseverantes viéndote fracasar repetidas veces hasta alcanzar tu meta.

En el estudio, los investigadores presentaron a los bebés un reto para activar una caja de juguetes musicales. Los bebés que acababan de presenciar un problema similar en adultos unos segundos antes, es esforzaron más por superar su propio desafío que los que no habían presenciado esa “lucha”.

Esto sugiere que hay "un valor potencial en dejar que los niños te vean sudar", escribieron los investigadores en su artículo. "Mostrar a los niños cómo trabajar duro puede animarlos a trabajar duro también".

Estudios anteriores parecidos habían demostrado que los niños en edad escolar que perseveran en tareas suyas moderadamente complicadas tienden a tener más éxito académico al crecer. Sin embargo, hasta ahora los científicos no habían sido capaces de determinar cómo y cuándo los niños desarrollan esa actitud.

La mayoría de los estudios en esta área se habían enfocado en niños de primaria y secundaria. Investigadores de la Universidad de Stanford, por ejemplo, encontraron que los estudiantes de séptimo grado que creían que la inteligencia era maleable y se podía potenciar obtenían más logros que aquellos que pensaban que la inteligencia era fija.
 

¿Cómo se llevó a cabo el estudio?

Pero en este estudio, los investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) querían ver si los bebés podrían ser inspirados desde pequeños en la perseverancia. Para ello, reclutaron a más de 260 bebés de entre 13 y 18 meses.

Después, se les colocó en tres categorías de pruebas diferentes: un tercio de ellos miró a un adulto luchar y tener éxito con una tarea; otro tercio veía a los adultos tener éxito en una tarea fácilmente; y el último tercio estaba en un grupo de control, sin presenciar a ningún adulto.

La tarea era abrir un contenedor o quitar un llavero de un mosquetón. En el primer grupo, el adulto fingiría luchar durante 30 segundos con la tarea y luego tener éxito, todo el tiempo haciendo contacto visual con el bebé y diciendo cosas como, "Mmm, me pregunto cómo puedo sacar mi juguete de aquí".

En el segundo grupo, el adulto completó la tarea sin luchar en 10 segundos, y luego repitió esta tarea dos veces más durante los siguientes 20 segundos.

En todos los grupos, además, el adulto daba al bebé una caja de música con truco. El adulto activaba el sonido musical, entregaba el juguete al bebé y salía de la habitación.

Aunque ningún bebé encontró el botón oculto que activaba de nuevo la música, los que habían visto la lucha del adulto empujaron el botón inerte que ocultaba el botón real más a menudo y probaron el juguete durante más tiempo que los bebés de los otros grupos.

Los investigadores creen que "el estudio ayuda a los padres a entender que no tienen que hacer todo con facilidad ni dárselo hecho a sus hijos”.

Y, aunque hay que hacer más investigaciones para medir los efectos de ver a los adultos luchar a través de diversas tareas en la perseverancia de los bebés, los autores del estudio esperan que pueda servir a los padres en la educación de los hijos y darles algunas pautas para lograr que sus hijos sean perseverantes de mayor y así alcancen sus metas.

Aunque también es cierto que habría que hacer un estudio que investigara qué ocurre cuando el bebé ve al adulto sudar y, finalmente, no consigue su objetivo.