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Diferentes alternativas para dar a luz

Diferentes alternativas para dar a luz

La hipnoterapia, el parto bajo el agua, la silla de parto… son algunas de las diferentes posibilidades para dar a luz que os ofrecemos en este artículo. Tres matronas del hospital de Fuenlabrada nos dan su opinión experta sobre cada uno de ellos, los pros y los contras de implantarlos en los hospitales públicos

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Poco a poco se va haciendo más común elegir una forma de dar a luz diferente de la normal. A continuación te contamos cuáles son las tendencias más habituales y tres matronas del Hospital de Fuenlabrada, Raquel Ambrojo, Encarnación Luna e Irene Juárez, nos dan su opinión sobre cada una de ellas:
 

Hipnoterapia aplicada al trabajo de parto

Este método está ganando popularidad entre las mujeres que desean experimentar un parto natural. El objetivo es aprender a autohipnotizarse para tener un parto más pacífico y tranquilo. El trabajo del parto tiende a ser más corto y, por lo tanto, se fatigan menos.

Por medio de las clases de hipnoterapia, se aprenden técnicas de autohipnosis que ayudan a soportar el dolor de la mejor manera posible. En teoría, la hipnosis permite autoanestesiarse sin necesidad de utilizar alguna clase de calmante o de medicación especialmente formulada para este fin.

Este método se basa en que el dolor es, por lo general, producido por una combinación de temor y tensión. Cuando nos sentimos atemorizados por algo, reaccionamos tratando de protegernos y nos contraemos. Esta tensión muscular provocará que los músculos de nuestro útero se contraigan y debido a ello sentiremos un dolor agudo. Y a mayor dolor, mayor será nuestra tensión. Por ello, la hipnoterapia enseña a las mujeres a relajarse. Como consecuencia de ello, sus cuerpos se sienten más a gusto y se preparan para el trabajo del parto más rápidamente.

Se deben dar al menos 15 clases de hipnoterapia y además conseguir CDs o DVDs sobre el tema para practicar en casa. 

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¿Qué opinan las expertas?

Encarnación: No conozco esta terapia, creo que las pacientes deben estar muy concienciadas para poder utilizar la técnica, conocerla y manejarla de forma habitual. Creo que la población en general no está preparada para esto.

Raquel: No tengo experiencia con esta técnica, creo que necesita un adiestramiento importante.

Irene: Tampoco tengo experiencia en este campo, veo algo controvertida su incorporación a la atención pública al parto actual.

 

 

Silla de parto

Es una silla especialmente diseñada para poder soportar el peso de una mujer embarazada, ya sea en cuclillas o sentada. Usadas desde la Edad Media, momento en el cual se utilizaba una especie de taburete con forma de herradura para que las mujeres pudieran dar a luz a sus bebés. Hoy en día, las sillas de parto son mucho más sofisticadas y funcionales, por lo general poseen un lugar especialmente diseñado para que la mujer embarazada pueda colocar sus pies y sus brazos.

Mediante este método, la parturienta recibe asistencia directamente de la fuerza de la gravedad y de esta manera, se agiliza el parto de forma totalmente natural. Además, la posición en cuclillas es muy útil cuando llega el momento en el que la mujer deberá pujar y le permite ver más claramente todo el proceso.

Pero esta silla también tiene sus desventajas. Uno de los problemas más comunes es que provoca un excesivo desgarro del perineo. Esto ocurre cuando la cabeza del bebé ejerce una presión extra sobre su pelvis. A pesar de que el desgarro puede no ser un problema serio, provoca mayores malestares en el puerperio y un prolongado periodo de recuperación posparto.

Otro problema vendría de la manera en que están fabricadas las sillas. Dado que pueden inhibir los movimientos, podrías sentirte más insegura y con menos control sobre tu cuerpo.

¿Qué opinan las expertas?

Encarnación: Es una de las formas más fisiológicas de nacer y una de las más adecuadas pero creo que gran parte de nuestro colectivo no está muy de acuerdo al no ser una posición muy cómoda para los profesionales. Tampoco sé como podrían resolverse determinadas urgencias como las distocias de hombros. No la he visto manejar nunca pero no me importaría saber utilizarla.

Raquel: Es una muy buena alternativa al potro convencional. Sería fantástico poder ofrecerla, y lo veo completamente viable en un hospital.

Irene: Creo que es un elemento a recuperar en los paritorios actuales, además de útil y cómodo para la parturienta, resultaría económico.
 

 

Parto humanizado o parto Leboyer

El parto humanizado, desarrollado por el obstetra francés Frederic Leboyer en la década de 1970 y recogido en su libro Nacimiento sin Violencia escrito en 1975.  Aplica la teoría de que el proceso de alumbramiento debe ser lo más relajado posible y se debe llevar a cabo en un ambiente tranquilo. El objetivo es permitir que la transición que supone para el bebé el paso del útero a la vida fuera de él sea lo menos traumática posible; de esta manera, el bebé sería más feliz. Aunque esta cuestión es claramente discutible, lo cierto es que este método ayuda a relajarse a muchas maneras, lo que se traduce en un parto más tranquilo.

Para lograrlo, se ambienta el lugar donde se dará a luz con luces cálidas y suaves, música suave y tranquila, una bañera tibia especialmente preparada para el bebé, no se utilizan las típicas palmaditas en la espalda del bebé para estimular la respiración del mismo, no se corta el cordón umbilical inmediatamente después del alumbramiento, etc.

Para ayudar al bebé a respirar se le debe dar un masaje, en vez de las palmaditas. Además, el cordón umbilical del bebé no será cortado hasta que deje de palpitar. El hecho de esperar el tiempo suficiente para cortar el cordón umbilical, permitirá que el bebé pueda respirar por sí mismo por primera vez, una vez que esté preparado para hacerlo por sus propios medios.

Esta teoría ha calado en muchos médicos, que intentan que el ambiente de la sala de partos sea lo más relajado y apacible posible, minimizando el ruido.

¿Qué opinan las expertas?

Encarnación: Un parto es un momento muy especial y como tal deberíamos tratarlo. Es una pena que se pierda esa ternura y se convierta en “espectáculo”. Es como se deberían atender todos los partos.

Raquel: En todos los hospitales se deberían hacer partos humanizados. Hacer lo mismo a todas sin individualizar no es una buena práctica.

Irene: Es una “obligación” para todos los profesionales incorporar cualquier medida que humanice el acto del nacimiento. En mi experiencia creo que se está implantando cada vez más en los hospitales públicos, al menos en mis centros de trabajo.
 

 

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Parto acuático

Es otra opción para las que prefieren un parto natural, ya que no se emplean medicamentos ni anestesias, sino ejercicios de relajación para disminuir el dolor. La madre da a luz en una bañera especial con agua a la temperatura del cuerpo (unos 37º C). Así, el niño evita la experiencia traumática de cambiar de un ambiente a otro, ya que la bañera simula el útero materno.

Los partos en el agua siempre deben ser atendidos por un especialista, por si surgieran complicaciones. No se les recomienda a mujeres con antecedentes de diabetes mellitus, hipertensión arterial, cardiopatías, metrorragias del tercer trimestre, desproporción fetopélvica y, en general, cuando el obstetra tratante no lo aconseje.

Ventajas para la madre: El agua caliente es un analgésico natural, es antiespasmódica: el calor relaja los músculos y ayuda a que el útero se contraiga eficientemente para dilatar. También reduce la producción de adrenalina, hormona que interfiere con el avance de la dilatación, contrarresta la fuerza de gravedad y disminuye la estimulación sensorial, aumentando la producción de endorfinas, sustancias opiáceas que produce la hipófisis anterior, que disminuyen la sensación del dolor y hacen olvidar el paso del tiempo.

Sumergir el cuerpo en agua caliente permite y facilita la distensión de los tejidos y músculos por lo que disminuye el riesgo de desgarros pélvicos. La mujer se siente segura al ser ella la que conduce su propio parto, lo que disminuye la posibilidad de intervenciones, no se utiliza medicación, oxitócicos, no se le rompen membranas y por lo tanto se disminuye la posibilidad de sufrimiento fetal durante un trabajo que se desarrolla en forma fisiológica.

Ventajas para el niño: El descenso del bebé por el canal de parto se hace de forma suave, ya que al no usarse oxitócicos, el útero no se contrae excesivamente. El bebé que está habituado a la inmersión en el líquido amniótico sale y entra directamente en contacto con un medio que le resulta familiar.

Una vez que sale el niño se le coloca encima de la madre, quien le masajea mientras el cordón sigue latiendo y suministrando oxigeno al bebé hasta que empiece a respirar por sí mismo. Cuando el recién nacido se encuentra en un ambiente más frío comienza a respirar con ligeros gemidos, y al colapsarse el cordón rompe a llorar e inicia una respiración rítmica, en ese momento y no antes, debe cortarse el cordón.

En algunos hospitales públicos ya se ofrece este método, por ejemplo en Galicia el Servicio Galego de Saúde (Sergas) implantará este año los partos acuáticos en un centro de referencia de cada una de las provincias gallegas.

¿Qué opinan las expertas?

Encarnación: Sólo lo he visto en vídeos. Que la embarazada pueda disminuir su dolor con un baño o ducha de agua caliente me parece muy buena opción, pero hacer el parto en el agua… creo que las condiciones higiénicas no son las más apropiadas para la madre, neonato ni personal que atiende el parto. Por otro lado, para llevarlo a cabo en los hospitales habría que concienciar e instruir a los profesionales, así como dotar a la mayoría de los centros para que los pudieran realizar.

Raquel: El expulsivo en el agua no creo que tenga ninguna ventaja, pero si la mujer lo desea por qué no. La dilatación en agua caliente sí me parece que puede ser de gran ayuda. Deberíamos disponer de bañera en la dilatación del propio hospital.

Irene: Creo que para la dilatación aporta mucho, pero hoy en día su implantación supondría una modificación estructural importante en los paritorios con el gasto económico que ello conlleva. Esto, añadido a que el agua es un bien escaso en nuestro país y que no está cuantificada la demanda de la población, no me parece una medida muy acertada para implantar en los hospitales. Se puede solventar ofreciendo baños o duchas de agua caliente a la parturienta durante la dilatación.

 

 


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Una de las primeras inquietudes que tiene la futura madre es saber "¿qué tiempo tengo de embarazo?". Para saberlo de manera orientativa puede contar las semanas que han pasado desde la última regla siendo el resultado las semanas de gestación. Cuando se visite al obstetra éste podrá dar una cifra exacta a través de la primera ecografía que se le realiza al feto.

Fuentes: www.pregnancy-info.net. Irene Juárez, Encarnación Luna y Raquel Ambrojo, matronas en el Hospital de Fuenlabrada.

Fecha de actualización: 20-05-2020

Redacción: Irene García

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