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Los niños y la seguridad de las piscinas

Los niños y la seguridad de las piscinas

Ahora con el verano y el calor los niños pasan mucho tiempo en la piscina o el mar, dándose un buen chapuzón y refrescándose...Para evitar sustos, conviene ser precavido.

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Cuidado con las piscinas

Las estadísticas lo dejan bien claro: la mayoría de accidentes infantiles se producen en las piscinas privadas, ya que al ser más pequeñas y de uso particular, no cuentan con socorristas. Asimismo, se corre también el riesgo de sufrir accidentes en sitios donde se almacena el agua como  tanques, bañeras, lavaderos, baldes, etc., a pesar de que el agua tenga poca profundidad.

Por eso, hay que tener mucho cuidado con las piscinas ya que los bebés y niños se ahogan en unos pocos minutos, por lo que el margen para rescatarlos es más pequeño. Después de los defectos de nacimiento, los ahogamientos son la primera causa de mortalidad en niños de 1 a 4 años.
 

Consejos para evitar ahogamientos en las piscinas

Para aumentar la precaución en las zonas de baño, la Asociación para Defensa e Integración de Accidentados (DIA) publicó el año pasado un informe donde recogía los puntos esenciales a tener en cuenta:

No dejes a los niños nunca solos. Se ha demostrado que los accidentes suelen ocurrir mientras los niños juegan en las cercanías o dentro de las piscinas sin tener una vigilancia atenta por parte de un adulto. Hay que procurar que nunca queden fuera de nuestro campo visual mientras estén en el agua o cerca de ella.

Evita los juegos peligrosos. Ahogamientos por pérdidas de conocimiento, lesiones cervicales y fracturas son las lesiones más frecuentes. Educa a tus hijos para que no jueguen a lanzarse en cadena por el tobogán, a pillarse cerca del agua, a quién aguanta más sin respirar dentro de la piscina, a hundirse, etc.

Ten vallada la piscina.Es la forma más segura de evitar accidentes cuando no haya un adulto presente. Se recomienda que sea alta, sin huecos y con un cierre de seguridad, para que los niños no consigan colarse en tu ausencia. No debe tener puntos de apoyo que les ayuden a escalar. La valla de seguridad debe medir al menos 1,21 metros. El cierre debe ser alto y a prueba de niños. Es conveniente también colocar alarmas para piscinas que detectan cuándo alguien se cae al agua.

Enseña a nadar a tus hijos cuanto antes. Si tu hijo nada estará a salvo de muchos riesgos. A la vez que le enseñas a nadar, muéstrale los riesgos y peligros que se pueden sufrir nadando. No tienen que tener miedo al agua, pero sí respeto. Coloca además chalecos salvavidas cerca de la piscina. 

Baños cortos. Los niños menores de 1 año se enfrían rápidamente, por lo que no deben estar en el agua más de 10 minutos, y si la temperatura ambiente no es muy alta, mejor que no se bañen.

Corte de digestión. Los efectos de una mala digestión, si se está dentro del agua, pueden hacer que perdamos el control y no seamos capaces de nadar, sobre todo los niños.

Respeta las banderas y consejos de los socorristas. Recuerda que la roja prohíbe entrar en el agua, y que la amarilla indica precaución.

Adopta precauciones en el uso de flotadores y colchonetas. Al comprar estos artículos para el agua, asegúrate de que cumplen unas condiciones mínimas de seguridad, que están homologados por la UE y que están correctamente inflados cuando se usen. Además, no confíes en que el niño lo lleva y te olvides de vigilarlo, pueden desinflarse o darse la vuelta.

No te zambullas en lugares en los que desconoces la profundidad. En las piscinas es necesaria la precaución al lanzarse de cabeza o hacia atrás desde un trampolín o desde el bordillo para evitar lesiones en la espalda y cervicales. Adviérteles a los niños que no se tiren de cabeza en las zonas bajas de la piscina.

Salir inmediatamente de la piscina si hay mal clima, especialmente si hay rayos. 


Fuente:

VV.AA. (2011), Guía práctica de primeros auxilios para niños, S.A. Bainet Media.

Fecha de actualización: 25-05-2022

Redacción: Irene García

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