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Síntomas y tratamiento de la uveítis

Síntomas y tratamiento de la uveítis

La uveítis es una enfermedad que provoca la inflamación de la capa intermedia del globo ocular. En los niños la mayoría de las veces suele ir asociada a la artritis crónica juvenil. Un diagnostico precoz es la clave para disminuir en gran medida las posibles complicaciones.

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Indice

 

¿Qué es la uveítis?

La uveítis es una enfermedad que produce la inflamación de la capa media del ojo, la úvea, encargada del suministro sanguíneo a la retina. No tiene por qué presentarse en el contexto de ninguna otra enfermedad, pero en el caso de los niños suele ir asociada con ciertas enfermedades reumáticas como la Artritis Idiopática Juvenil (AIJ), también conocida como Artritis reumatoide juvenil: enfermedad de Still. Sus causas se desconocen, aunque lo más probable es que esté relacionada con enfermedades infecciosas o autoinmunes.

La inflamación puede tener diferentes orígenes dependiendo de la anatomía de la úvea: úvea anterior, intermedia y posterior; en base a esto encontramos uveítis anterior, intermedia o posterior, siendo la primera las más frecuente en los niños. Puede ir acompañada de iritis o inflamación del iris.

La uveítis en niños representa entre 5 y un 10% del total de los casos y la mayor parte de las veces está asociada a la AIJ, aunque también puede estar relacionada con a la enfermedad inflamatoria intestinal y otras enfermedades reumáticas como la sarcoidosis, lupus, espondilitis, síndrome de Reiter o enfermedad de Bechet.

La artritis idiopática juvenil, o más conocida como artritis crónica juvenil, consiste en una inflamación de las articulaciones que suele aparecer antes de los 16 años. Para que se la considere crónica debe durar de seis semanas a tres meses. Aparte de involucrar a varias articulaciones, puede provocar erupciones e inflamaciones oculares, como la uveítis.

Los niños menores de siete años que padecen artritis crónica son los más propensos a padecer uveítis y entre la población infantil, las niñas suelen ser las más afectadas.  

 

Síntomas y diagnóstico de la uveítis

Las manifestaciones clínicas dependen del tipo de uveítis que se padezca, en niños la más común es la anterior seguida de la intermedia.  

Los signos, síntomas y características de esta enfermedad pueden incluir:

- Enrojecimiento de los ojos

- Dolor ocular

- Sensibilidad a la luz

- Visión borrosa

- Puntos oscuros que flotan en el campo de visión (moscas volantes)

- Visión reducida

Hay que distinguir entre uveítis anterior aguda (menos de 6 semanas), que suele provocar dolor, enrojecimiento, fotofobia y, a veces, leve disminución de la agudeza visual; y uveítis anterior crónica (más de 6 semanas), que apenas presenta síntomas. La uveítis en niños suele ser de carácter crónico y usualmente se presenta cuatro años después del inicio de la artritis, aunque se dan casos de uveítis precoz en los que la enfermedad ocular tarda menos de un año en aparecer desde el diagnóstico de la AIJ.

El mejor pronóstico de esta enfermedad es el diagnóstico precoz en oftalmología para evitar posibles complicaciones como cataratas, hipertensión ocular, glaucoma o ceguera parcial o total. Para conseguir detectarla a tiempo, la clave es que oftalmólogo y reumatólogo trabajen juntos y que desde que se descubra el padecimiento de la artritis, comiencen las revisiones oculares de manera regular. El diagnóstico en niños es más complicado por la dificultad que tienen a la hora de explicar qué les ocurre y porque la enfermedad no suele presentar síntomas, así que el seguimiento debe ser exhaustivo. 

Para diagnosticar esta dolencia se suele observar la agudeza visual y la cámara anterior en ambos ojos y se debe valorar el fondo de ojo.

En los niños que presentan uveítis pero no padecen AIJ, es necesario seguir realizando estudios para descartar otras posibles enfermedades reumáticas asociadas.

 

Tratamiento de la uveítis

El tratamiento de la enfermedad va en base del tipo de uveítis, en el caso de la uveítis anterior, que es la que más padecen los niños, el tratamiento suele ser de carácter tópico y consiste en el suministro de colirios: colirios de corticoides, antiinflamatorios, midriáticos (dilatan las pupilas) y colirios que disminuyen la tensión ocular.

Se pueden recetar gotas para los ojos que ensanchan (dilatan) la pupila para controlar los espasmos en el iris y el cuerpo ciliar, lo que puede ayudar a aliviar el dolor ocular.

Si la uveítis se produce a causa de una infección, el médico puede recetarte antibióticos, medicamentos antivirales o de otro tipo, con corticosteroides o sin ellos, para controlar la infección.

Es posible que haga falta fármacos inmunosupresores si la uveítis afecta ambos ojos, no responde bien a los corticosteroides o se vuelve lo suficientemente grave como para amenazar la visión.

En algunas ocasiones también es necesario el tratamiento vía oral para evitar que la enfermedad pueda reaparecer o para evitar algunas complicaciones.

En el caso de las personas que tienen uveítis posterior difícil de tratar, una opción de tratamiento puede ser el implante de un dispositivo en el ojo. Este dispositivo libera lentamente corticosteroides en el ojo durante dos o tres años.

La vitrectomía o cirugía para extraer parte del vítreo del ojo se utiliza raramente para diagnosticar o controlar la afección.


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