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Aprender a perder y disfrutar jugando

Aprender a perder y disfrutar jugando

A los niños por regla general les encanta divertirse, reírse y pasarlo de la mejor forma posible…estoy segura que como adulto, alguna vez has pensado mientras veías a tu hijo jugar: “qué tiempos tan felices”

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El juego en los niños

El juego debe ser unmomento de diversión y felicidad dónde las normas existan y los valores se compartan. Por ello es imprescindible aprender a perder y disfrutar jugando, algo imprescindible para poder participar en los juegos con los demás.

A los pequeños les gusta mucho jugar con los demás niños y hacer amigos, pero a veces ocurre que este disfrute se convierte en enfados y llantos por quienes han perdido el juego. ¿Cómo se puede solucionar esta frustración y aprender a tener una actitud más positiva ante el juego?

 

Lo importante es participar

Por ello desde que el niño es pequeño se le debe enseñar que no siempre se gana ni se logra lo que se quiere y que perder no es algo tan malo porque no pasa nada. Ganar y perder es disfrutar del juego con los demás, porque saber perder es imprescindible para poder seguir jugando. Perder no es un fracaso, es algo totalmente natural.

 

Primero se aprende en casa

Un niño que cuando juega en casa con sus padres no pierde nunca y siempre se sale con la suya es probable que en el momento de jugar con los iguales, su tolerancia a la frustración no esté trabajada lo suficiente y monte en cólera si no gana o consigue su objetivo. Dejarle ganar siempre en los juegos de casa sólo para que no se enfade es un grave error puesto que no se hace  ningún favor, todo lo contrario.

En la educación de los hijos los padres deben centrarse en multitud de aspectos: que aprendan a ser educados, responsables, buenos, humildes, sinceros…pero también a aprender a perder. Porque a veces se gana y a veces se pierde y lo que importa es disfrutar del juego, participando y pasando un buen rato.

Es importante que entienda que llegar primero a la meta o ser el mejor que nadie no es el objetivo de jugar, porque jugar es sinónimo de diversión y nunca de competición o enfados. Para ello los padres deberán jugar con sus hijos en casa y mostrarle lo que se quiere enseñar. Por ejemplo es buena idea dejar ganar al niño para que vea la reacción adecuada en los padres ante haber perdido y así aprenderla, porque el ejemplo es el mejor maestro. También resulta adecuado dejarle perder para que se le pueda enseñar a tolerar la frustración que siente y manejarla adecuadamente.

 

Jugar con los demás

Cuando el pequeño tenga invitados en casa los padres deberán observar cómo juega y cómo se comporta con los demás  niños. Si mientras juega de repente se enfada, grita e incluso se vuelve agresivo hay que alejarle del grupo y hacerle entender que disfrutar no significa competir. Si no lo entiende y quiere volver a jugar para competir no hay que dejarle hacerlo, debe aprender que ese comportamiento negativo no le llevará a ninguna parte.

A menudo son buenas estrategias enseñar estos valores a través de cuentos o dibujos animados para que el pequeño se sienta reflejado con el protagonista y pueda empatizar los sentimientos y así entender cuál es la actitud correcta.

 

¿Cómo enseñar todo esto?

Hay que ponerse manos a la obra y sobre todo enseñar con el ejemplo, porque si los padres son malos perdedores el hijo también lo será, hay que insistir en la diversión por el juego y no por ver quién gana o quién pierde. Pero para que además quede reforzado este aprendizaje es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

- El niño debe entender las normas del juego para poder seguirlas. Si el niño no entiende qué debe hacer se pondrá nervioso. Las reglas están para respetarlas, pero primero hay que comprenderlas.

- Si el niño pierde o gana haced hincapié en lo bien que os lo habéis pasado juntos sin que importe demasiado quién gane o pierda.

- Perder y equivocarse en la vida no son errores, son oportunidades de aprendizaje y eso debe quedar claro en los valores de los padres para poder transmitirlo de forma natural a los hijos.

Este aprendizaje de aprender a disfrutar jugando y a saber perder lleva su tiempo y esfuerzo pero los padres no deben desistir en ayudar al pequeño a que lo aprenda puesto que es muy importante para poder disfrutar del juego y poder desarrollarse plenamente en comunidad, aceptarse cómo es con limitaciones y con aspectos a potenciar y superarse.


Fuente:

Álava, Silvia (2016), Queremos que crezcan felices, Madrid, Actitud de Comunicación.

Fecha de actualización: 23-06-2022

Redacción: María José Roldán

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