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¿Tu niño es egoista?

¿Tu  niño es egoista?

Casi todos los niños son, hasta los 6 años, egocéntricos. No saben ponerse en el lugar de los demás y piensan solo en ellos mismos. Además, necesitan poseer muchos objetos, puesto que esto les da seguridad en sí mismos y en su entorno.

 

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Índice

 

¿Por qué los niños son egoístas?

Comenzar a pensar en las necesidades de otros es el principio de aprender a compartir. Pero es fundamental saber enseñárselo para que aprendan a convivir. A partir de los 5 años, los niños aprenden que compartir es divertido, pues es mejor tomar parte en un juego o experiencia con alguien de su propia edad. Entre los 8 y los 10 años, por lo general, entienden el concepto de compartir y empiezan a aplicarlo en sus relaciones personales.

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Lo primero para enseñarles a compartir es comprender que los niños no son egoístas porque sí, simplemente no son capaces de ponerse en el lugar del otro, no tienen empatía hasta los 6-7 años.

Los niños pequeños son muy egocéntricos y solo piensan en sí mismos, pero eso es algo normal en niños de esta edad. El egoísmo forma parte del desarrollo evolutivo, apareciendo hacia el año de edad y durando hasta los 6 años. Por eso, debemos ir enseñándoles poco a poco a preocuparse por los demás ya que, aunque sea normal en estos primeros años, esa actitud puede perjudicarle en el futuro.

Con dos y tres años los niños son muy egocéntricos, creyéndose continuamente el centro de todo. Hacia los 4 años empiezan a ser capaces de darse cuenta de las emociones de los demás. Con 6 años el desarrollo de los lóbulos prefrontales ya está lo suficientemente maduro como para que sean capaces de ponerse en el lugar del otro y controlar sus impulsos. Pasada esta edad, el desarrollo cerebral sigue avanzando, lo que les permite tener más empatía, autorregulación y capacidad de resolución de problemas.

Un error muy común que cometen los padres es decir a los niños que todo es de todos. Esta afirmación es contraproducente, ya que los niños deben aprender que las cosas sí tienen un dueño, y que cuando se quiere algo, hay que pedirle permiso, o que nos tienen que pedir permiso si somos los dueños. Y, además, deben entender que el propietario puede decir que no, ya que hay cosas que se comparten y otras que no.
 

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Consejos para enseñarle a no ser egoísta

- Léele libros sobre cómo compartir.

- Cuando hagas juegos de "hacer turnos", da la oportunidad a cada niño de que sea el primero por lo menos una vez.

- Apoya y elogia a los niños cuando comparten las cosas. Por ejemplo: "Me gustó la forma en que compartiste este juguete con Juan. Te debes de sentir muy orgulloso."

- No fuerces a los más pequeños (menores de tres años) a compartir. Aún no entienden lo que es; debes ir poco a poco con ellos.

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- Sé un buen ejemplo para ellos, comparte tus cosas y tu tiempo.

- Cuando esté jugando con sus amigos, dales sólo un juego para que se vean obligados a jugar juntos y a compartirlo.

- Enséñale las ventajas de compartir los juguetes y los juegos: es más divertido, ayuda a hacer amigos, a sentirse mejor con uno mismo…

- Dale el derecho de elegir el juguete que no desea compartir. Todos tenemos un juguete preferido que no queremos compartir. Permítele que tenga un juguete que no tenga que compartir si no quiere, pero hazle ver que no debe levar ese juguete al parque, sino que es mejor que lleve aquellos que sí quiere compartir.

- Fomenta los juegos cooperativos.

- Enséñale que hay cosas que se deben compartir se quiera o no se quiera ya que no son propias, como los columpios del parque. En ese caso, debes obligarle a compartir, a pesar de la rabieta.

Si este comportamiento le trae problemas, consulta a un profesional de psicología. 


Fuente:

Álava, Silvia (2016), Queremos que crezcan felices, Madrid, Actitud de Comunicación.

Fecha de actualización: 13-01-2022

Redacción: Lola García-Amado

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