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Síntomas de la vasculitis

Síntomas de la vasculitis

En Medicina, dentro del término vasculitis se agrupan toda una serie de afecciones distintas que comparten un rasgo común: la inflamación de los vasos sanguíneos.

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Indice

 

¿Qué es la vasculitis?

La vasculitis es una inflamación de los vasos sanguíneos, clasificándose los tipos de en función de la localización de los vasos implicados, del tamaño de éstos y de los hallazgos histológicos tras una biopsia.

La principal consecuencia de esta enfermedad es la disminución o interrupción completa del flujo sanguíneo debido al estrechamiento de las paredes de los vasos, lo que provoca una serie de síntomas o efectos diversos en quien lo padece.
 

¿Cuáles son las causas de la vasculitis?

No se conoce una causa exacta de la mayor parte de vasculitis. Existen factores genéticos que pueden influir y también puede ser una enfermedad autoinmunitaria. En otras vasculitis son las infecciones crónicas (hepatitis B o C, por ejemplo) las que la provocan. También es producto de reacciones a algunos medicamentos.

Además, puede ser parte de otras enfermedades reumáticas: lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide y síndrome de Sjörgen.

 

Síntomas de la vasculitis

Las manifestaciones de la vasculitis dependen del tipo de enfermedad y del vaso u órgano afectado. Todo órgano y tejido del cuerpo está vascularizado, por lo tanto cualquier parte es susceptible de sufrir vasculitis, por lo que la enfermedad puede producir muchos y variados síntomas. No obstante, aunque se desconoce el porqué, algunos órganos suelen afectarse más que otros. 

Entre los síntomas generales o comunes a casi todas las vasculitis encontramos: decaimiento, fatiga, dolores musculares, dolor de articulaciones, dolor abdominal, pérdida de pulso, pérdida de peso, cansancio, fiebre y sudoración nocturna.

En las vasculitis que implican a las vías aéreas son frecuentes las sinusitis, tos seca, congestión, voz ronca, dificultad respiratoria, sangrados, ulceraciones en el tabique nasal, etc.

En las que afectan a la piel es habitual que la vasculitis se manifieste en forma de úlceras, erupciones, o pequeños puntos rojos o manchas moradas (púrpura). En los casos graves pueden aparecer hematomas e incluso gangrena por falta de riego, debido a que se compromete el flujo de oxígeno. 

Cuando la vasculitis llega a los vasos del cerebro, puede causar dolores de cabeza, convulsiones, disminución de agudeza visual, pérdida de visión, problemas de equilibrio, etc.

 

Pronóstico de la enfermedad

La vasculitis puede durar toda la vida o ser de corto plazo. Los especialistas se centran en prevenir los daños irreparables que puede causar en órganos vitales (cerebro, pulmones y riñón, por ejemplo) y los nervios. Además, los efectos secundarios de determinados medicamentos pueden influir y hacer más vulnerable al paciente ante algunas infecciones.

Se puede formar un coágulo de sangre en un vaso sanguíneo, lo que obstruye el flujo sanguíneo. En raras ocasiones, la vasculitis causará que los vasos sanguíneos se debiliten y se presenten protuberancias, lo que provoca la formación de un aneurisma.

La pérdida de la visión o ceguera es una posible complicación si no se trata la arteritis de células gigantes.
 

¿Cómo se diagnostica la vasculitis?

Las pruebas y procedimientos de medicina que se pueden realizar para el diagnóstico son análisis de sangre para buscar signos de inflamación, como un nivel alto de proteína C reactiva. Los análisis de sangre que detectan ciertos anticuerpos, como la prueba de anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos, puede servir para diagnosticar la vasculitis.

Las técnicas de imágenes no invasivas pueden ayudar a determinar qué vasos sanguíneos y qué órganos están afectados, como radiografías, ecografías, tomografías computarizadas, resonancias magnéticas y tomografías por emisión de positrones.

Se pueden realizar radiografías de los vasos sanguíneos (angiografía) para ver los contornos de los vasos sanguíneos.

O hacer una biopsia extrayendo una pequeña muestra de tejido de la zona afectada del cuerpo. El médico examina este tejido para detectar signos de vasculitis.
 

Tratamientos para la vasculitis

La vasculitis debe tratarse, principalmente, con glucocorticoides, también denominados esteroides o corticoides, que ayudan a reducir la inflamación, pero pueden tener efectos secundarios. A veces también se recomiendan tratamientos inmunodepresores.

La vasculitis puede provocar daño grave en algunas partes del cuerpo u órganos. En tales casos puede ser necesario la cirugía. Así, un injerto de revascularización (cirugía que reduce el flujo sanguíneo alrededor de la obstrucción del flujo sanguíneo) puede ser útil, así como la cirugía de senos paranasales o un trasplante de riñón.


Fuente:

Sociedad Española de Reumatología: https://www.ser.es/wp-content/uploads/2015/09/Vasculitis.pdf

Fecha de actualización: 04-04-2022

Redacción: Irene García

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