Nebulizaciones caseras para niños

Índice

• ¿Para qué sirven los nebulizadores?
• Otras medidas para humidificar el ambiente
• ¿Sabemos cuándo acudir con nuestro bebé al pediatra por tos?

 

¿Para qué sirven los nebulizadores?

Muchos padres y madres de estos niños que enferman durante el año, aunque sobre todo durante los meses más fríos, ya no saben qué hacer. Algunos están a favor de las nebulizaciones, pero otros muchos no. Para algunos expertos especialistas en Alergia e Inmunología, por ejemplo, los humidificadores lo único que hacen es aumentar la humedad dentro de la habitación y de la casa, en general, favoreciendo la presencia de ácaros y hongos que lo único que hará será empeorar la alergia o favorecer que esta se contraiga.

Los nebulizadores son aparatos eléctricos que funcionan con pilas y suelen constar de cuatro partes: motor, boquilla o mascarilla facial, copa y tubo. El medicamento se coloca en la copa, que se une al motor a través del tubo. La boquilla o mascarilla facial se une a la copa y cuando se enciende el aparato este envía un vapor fino a la mascarilla, e inspira el vapor. Los niños no tienen nada más que hacer salvo quedarse quietos e inspirar. Suelen tardar entre cinco y diez minutos en respirar todo el medicamento, pero si no se quedan quietos ni cooperan o se ponen a llorar es posible que no lo tomen completamente por lo que es totalmente necesario que estén siempre tranquilos.

Las nebulizaciones con salbutamol son aquellas que se indican cuando hay broncoobstrución u obstrucción bronquial. En el caso de utilizar el nebulizador lo primero que hay que tener claro es que este lo que hace es transformar medicamentos líquidos en vapor para que los niños los puedan inspirar, pero que para utilizar este aparato lo más recomendable es pedir al médico que muestre al adulto cómo funciona exactamente antes de usarlo por primera vez porque a veces la utilización de estos aparatos suele ser algo complicada.
 

Otras medidas para humidificar el ambiente

Sin embargo, como ya veíamos, no todos los padres y madres están a favor de este método porque no se quedan tranquilos con estos aparatos eléctricos y prefieren recurrir “a lo más casero” que ayude a aliviar estos resfriados y esa tos tan mala que han cogido los peques de la casa. Los baños de vapor, por ejemplo, sí ofrecen algo de alivio sintomático para la tos seca, pero lo cierto es que la humectación por vapor sirve nada más para casos muy puntuales, aunque se trata de un buen truco casero y, sobre todo, fácil. La alternativa para calmar la tos con vapor es abrir el grifo de agua caliente del baño con la puerta cerrada y, cuando el baño ya se encuentre lleno de vapor en el aire, entrar con el bebé y permanecer allí durante varios minutos para que el pequeño pueda respirar este vapor que será de gran ayuda para calmar su tos.

Otra buena idea, y también casera, es la de limpiar la nariz del bebé en el caso de que, por ejemplo, además de tener tos, llore y esté algo molesto porque tiene la nariz totalmente congestionada y no puede respirar bien. Para evitarlo se debe aspirar el moco con un aspirador para bebés o limpiar su nariz con una solución fisiológica. Optar por más líquidos es fundamental para que este no se deshidrate. 

Y sí, no hay nada mejor que la miel como remedio casero para aliviar la tos del pequeño. Eso sí, recuerda que para que el bebé pueda tomar miel debe tener al menos dos años y, si los tiene ya, no lo dudes en absoluto, pues no hay nada mejor que una buena cucharada de miel, aunque lo ideal es que esta sea pura y verdadera de abejas para que resulte totalmente efectiva. Pero si tiene menos de dos años habrá que evitarla porque este producto contiene esporas que son dañinas para los bebés. Además, los investigadores han afirmado que, aunque la miel no es mala, sí hay un hándicap para ofrecérsela a los bebés antes de los dos años y es que esta contiene una bacteria llamada Clostriduim botulinum, que suele estar presente en la miel, que es inofensiva cuando la flora intestinal al cabo de un año de vida ha alcanzado una cierta madurez, pero letal cuando contamina, por ejemplo, latas.

Eso sí, si aun teniendo en cuenta cualquier remedio casero vuestro bebé no mejora lo mejor será acudir al pediatra.
 

¿Sabemos cuándo acudir con nuestro bebé al pediatra por tos?

La tos es uno de los síntomas más frecuentes de las enfermedades propias de la infancia y, aunque esta pueda sonar fatal, en algunas ocasiones no suele indicar una afección grave, ya que, de hecho, toser es un reflejo saludable e importante que ayuda a proteger las vías respiratorias de la garganta y el pecho.

Sin embargo, existen algunas toses que sí requieren de atención médica, como la tos “de perro”, la tos ferina, la tos con sibilancias, la tos diurna o nocturna, la persistente (más de tres semanas), y la que se presenta, además, con vómitos y fiebre. También cuando la tos venga acompañada de dificultad para respirar o con fatiga, y cuando exista sospecha de que el niño ha aspirado un cuerpo extraño (en este caso también se produce la tos seca y a modo de ataques de tos) será necesario acudir al médico.