¿Cuándo hay que operar la fimosis?

Indice

• ¿Qué es la fimosis?
• ¿Cuándo es el momento de solucionar la fimosis?
• Cuidados tras la operación de fimosis

 

¿Qué es la fimosis?

La fimosis ocurre cuando el prepucio, una especie de capucha de tejido que recubre el pene, impide que quede al descubierto por completo el glande. En general, en niños y adultos, se suele realizar bajo anestesia general. El cirujano secciona la parte del prepucio que sobra y cose la zona con hilo especial que se deshace al cabo del tiempo. Esta intervención conlleva una recuperación de entre 7 y 10 días de cicatrización; aunque hay ocasiones en las que puede tardar hasta 3 semanas. El médico suele recetar analgésicos para el dolor.

Para confirmar que el pequeño padece fimosis, podemos observar si se puede bajar la piel del prepucio durante la higiene diaria o, para estar seguros, acudir al pediatra, que será quien nos confirme si se trata tan sólo de adherencias balanoprepuciales o, por el contrario, de fimosis. Pero, aun así, si tiene menos de 2 años, conviene esperar a que el niño sea mayor para comprobar si es la situación común que tienen todos los bebés y que acabará desapareciendo.

Hasta hace poco, la cirugía de circuncisión era la única manera de tratar esta enfermedad, pero en los últimos años ha aparecido un tratamiento de medicina para evitar la operación, que se puede hacer con el uso de pomadas o cremas con cortisona. Se aplica en la piel del prepucio y, pasados unos días, además de aplicar la crema, se empieza a retraer la piel poco a poco. La crema se aplica 1 o 2 veces al día. Se hace un seguimiento mensual para ver los resultados y se mantiene el tratamiento de 2 a 3 meses.

Los pediatras suelen recomendar realizar la operación de fimosis a los niños cuando han fallado las demás terapias. Si la situación no se resuelve de manera natural, es decir, si hacia los 3-4 años, cuando la piel está más flexible y fina, no puede bajarse fácilmente, se optará por la cirugía, sin embargo, se recomienda en lo posible esperar hasta el período comprendido entre los 7 a 10 años.

Esta cirugía se realiza con anestesia general o local y es un método seguro y simple, normalmente se realiza cuando los niños tienen esta edad, pero también se puede realizar en la adolescencia, aunque la recuperación puede ser más dolorosa. La realiza el cirujano de urología. 
 

¿Cuándo es el momento de solucionar la fimosis?

En los casos en los que:

- Haya dolor e inflamación al orinar. Esto ocurre porque la presión de salida de la orina es mayor de la que la piel y el orificio pueden asumir por lo tanto duele.

- Que el niño sufra balanitis, que son infecciones causadas por el esmegma acumulado (el esmegma es una sustancia que genera las células del glande y el prepucio que hay que ir limpiando para que no se acumule).

- En caso de parafimosis: cuando el glande retraído no puede volver a su lugar con el pene en erección, lo que produce un cuadro grave y doloroso.

- Si existen malformaciones de las vías urinarias en las que conviene que no se produzcan infecciones de la vejiga, que al ascender podrían dañar el riñón.

Si no se opera al niño en estos casos, aumenta el riesgo de complicaciones en la edad adulta como relaciones sexuales dolorosas, infecciones de pene, infecciones de orina, problemas al orinar,  adherencias balanoprepuciales, parafimosis o incluso cáncer de pene. 
 

Cuidados tras la operación de fimosis

Una vez realizada la intervención, se suele dar de alta el mismo día, pero aun así debemos tener en cuenta que:

- La herida puede llegar a tardar hasta 3 semanas en cicatrizar.

- Los niños tienen que evitar hacer ejercicio, correr, saltar, etc. hasta que se curen completamente.

- En el caso de que la herida sangre en las primeras 24 horas, debe aplicarse una gasa estéril en la zona y presionar durante al menos 10 minutos. Este sangrado puede producirse porque la herida, pese a estar saturada, aún no se ha cerrado como para dejar de sangrar.

- Es recomendable ir aplicando compresas frías a ratos, durante unos 15 minutos. Esto ayuda a bajar la inflamación y el dolor.

- Salvo contraindicación, el niño puede bañarse o ducharse y puede aprovechar este momento para lavar la herida, siempre con cuidado.

- Probablemente le receten también antiinflamatorio y jarabe para el dolor los primeros días.

Podemos ayudar a nuestro hijo a prepararse para la cirugía asegurándonos primero de que nosotros como padres recibimos toda la información y orientación del urólogo o pediatra para poder sentirnos seguros y transmitirle esta seguridad a nuestro hijo.

Es importante no mentirle sobre lo que va a ocurrir, sino explicarle de manera sencilla de qué se trata, pero sin entrar en detalles innecesarios que no va a comprender y que pueden asustarle como, por ejemplo, evitar la palabra “cortar”. También es una buena idea llevarle previamente, si es posible, al lugar donde se realizará la cirugía para que esté familiarizado con el entorno.

Habrá que llamar al pediatra o al hospital si se produce alguno de los siguientes casos:

- La herida vuelve a sangrar, pese a que la hemos presionado unos minutos.

- La herida empieza a supurar.

- El dolor va a más en lugar de disminuir.

- Si el pene se hincha y se enrojece.