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¿Cómo ayudar a un niño obeso?

¿Cómo ayudar a un niño obeso?

Según el Instituto Médico de la Obesidad, uno de cada diez niños tiene obesidad y dos sobrepeso. La obesidad infantil puede ser un factor determinante de obesidad en la edad adulta y tener riesgos para la salud, que incluyen desde problemas físicos como diabetes de tipo 2, hasta psicosociales como desórdenes mentales. Por esta razón, la labor de los padres para ayudarles es fundamental.

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La alimentación en niños

Los niños necesitan una determinada cantidad de calorías para crecer y desarrollarse, pero si un niño ingiere más calorías de las que usa, el cuerpo almacena estas calorías adicionales en forma de grasa.

Los problemas que puede acarrear a la salud el sobrepeso no son algo que se deba tomar a la ligera, la obesidad grave puede causar problemas de hígado y artritis, además de:

- Cardiopatía

- Diabetes

- Hipertensión arterial

- Colesterol alto

- Asma

- Apnea del sueño

- Algunos tipos de cáncer

Un niño con sobrepeso u obesidad también puede ser objeto de burlas o intimidación causa de su peso. Puede sentirse mal por su cuerpo o sentirse aislado y solo. Estos sentimientos pueden interferir con la capacidad del niño para aprender, hacer amigos e interactuar con los demás.

 

¿Es mi hijo obeso?

Una forma de saber si tu hijo tiene un exceso de peso es calcular su índice de masa corporal (IMC, o BMI por sus siglas en inglés). El IMC es una medida del peso del cuerpo con relación a la altura.

El IMC se calcula dividiendo el peso corporal en kilogramos entre la estura en metros al cuadrado (kg/(estatura m)2 ). Si el valor obtenido oscila entre 25 y 30 se considera que existe sobrepeso. Un cociente mayor a 30 se considera obesidad.

La acción de comer está muy relacionada con el estado emocional en que nos encontramos, es decir, cómo comen los niños está estrechamente vinculado a cómo se sienten por dentro, a su autoestima, sus problemas y cómo se relacionan con los demás.

Para poder ayudar a un niño obeso, lo principal es encontrar el origen del problema.

Si un niño tiene una sensación de vacío por dentro, se siente solo, no es escuchado ni comprendido, o se exige mucho de él, es posible que coma para intentar calmar dicho vacío.

El estrés también suele ir de la mano de unos peores hábitos alimentarios, se come a mayor velocidad, y en mayores cantidades. Además, se utiliza la comida para calmar la ansiedad y, los alimentos que se consumen para esto, no suelen ser los más saludables.

Lo mejor que se puede hacer para ayudar a un niño obeso es acudir a un especialista en medicina, en concreto a un nutricionista que pueda sentar las bases de una buena alimentación y ejercicio, ajustados a lo que necesita. Sin embargo, la labor de los padres y la familia no acaba ahí, ya que las soluciones que se les plantean suelen centrarse únicamente en la alimentación. Para ayudar al niño a llevar mejor su nueva dieta o su nueva forma de vida, es muy importante que le escuchemos y le dediquemos tiempo, sin aconsejarle (a no ser que él lo pida) ni ordenarle. De esta manera, les estaremos dando un lugar donde pueda desahogarse y descargar la tensión emocional que tiene dentro, previniendo que acuda a la comida para sentirse mejor.

 

¿Cómo mejorar la alimentación del niño?

Una vez que el nutricionista haya hecho su evaluación, se deben seguir una serie de pautas para mejorar la alimentación del niño, entre ellas pueden estar:

- Sustituir las golosinas, chucherías o snacks por un alimento más sano, como una fruta.

- A la hora de cocinar, sustituir los alimentos fritos por alimentos a la plancha, al horno o al vapor.

- Reducir la pasta a una vez por semana.

- Aumentar la ingesta de frutas y verduras y eliminar poco a poco la comida basura, las grasas, los refrescos con gas y los zumos con azúcares.

Resulta algo fundamental no ofrecer los alimentos como premio o castigo, ya que podría asociar los dulces como alimentos buenos y las frutas y verduras como malo. Lo que se debe fomentar es una educación y cultura nutricional.

Para fomentar esta alimentación, es bueno hacer que el niño participe en la compra, dejándo que nos acompañe al supermercado y que sea él quien elija las opciones saludables de la compra y que, después, en casa, participe también en la elaboración de los platos. Durante estos momentos podemos aprovechar para explicarle por qué unos alimentos son más sanos que otros y por qué es importante que los incorpore a su dieta, no solo en casa, sino también cuando esté fuera (en la casa de algún amigo, en el comedor del colegio o en un restaurante).

Intentar no comer con la televisión encendida, el ordenador o cualquier otro aparato electrónico. Por el contrario, hacerlo en familia, fomentando la conversación y tratando de no comer deprisa, ni obligándole a que termine todo lo que hay en su plato.

Otra parte muy importante de llevar una vida sana para mejorar la obesidad es el ejercicio y la actividad física.

Lo mejor para que esto funcione es tratar de que la actividad física sea divertida para el niño. Los niños necesitan alrededor de 60 minutos de actividad física al día, pero no tiene que ser toda de una sola vez. Hacer periodos cortos de 10 o incluso 5 minutos de ejercicio varias veces el día da los mismos resultados. Si el niño no está acostumbrado a hacer ejercicio, es mejor animarle a comenzar poco a poco hasta llegar a los 60 minutos al día.

Para animar a que tu hijo haga ejercicio físico todos los días:

- Deja que sea él quien elija la actividad que más le gusta, puede ser ir al parque o apuntarse a algún deporte.

- Ayúdale a encontrar actividades divertidas y sencillas que pueda hacer en casa, y que fomenten el movimiento.

- Limita su tiempo frente a la televisión o con los videojuegos, para evitar el sedentarismo.

Pero lo más importante para ayudar a un niño obeso es dar ejemplo. No sirve de nada decirle a nuestro hijo que no puede comer ciertos alimentos, o que debe reducirlos, si nos ve a nosotros comerlos a todas horas. Y al mismo tiempo, ser pacientes. Los cambios no se producirán de un día para otro, sino que será todo un proceso.


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La altura en niños depende tanto de la herencia genética de los padres como del entorno en el que se cría. En este sentido, un entorno donde prime una alimentación sana y equilibrada y la práctica de deporte siempre impactará positivamente en el desarrollo del niño.

Fuentes:

Control de peso. Por National Institute Of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. https://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/control-de-peso/ayudar-su-hijo-controlar-exceso-peso 

OMS

Fecha de actualización: 17-05-2022

Redacción: Cristina Rodríguez

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