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Miedo infantil a la piscina

Miedo infantil a la piscina

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¿Por qué surge el miedo a la piscina?

Acostumbrar a los niños al agua es un proceso que debe hacerse de manera progresiva y sin prisas, no todos los niños le cogen el gusto al mismo ritmo, es más, a algunos puede que no les termine de gustar, pero es importante que al menos no le tengan miedo. Una de las mejores formas de hacer que un niño entre en contacto por primera vez con el agua es hacerlo como si fuera un juego, así lo verán como algo positivo y divertido.

A partir de los 6 meses es el momento adecuado para que tengan contacto con este medio. Aun así, es bueno que antes de ese tiempo tengan cierto acercamiento con el agua, mojarle con la mano o acercar sus pies al agua en la playa o la piscina son buenos métodos. Otra recomendación a tener en cuenta es convertir el tiempo del baño en un momento agradable y divertido entre padres e hijos para que cuando se acerquen a otro medio acuático no lo vean con temor y tengan algo más de confianza.

Aun tomando todas estas medidas puede que el niño experimente un rechazo al agua. Por lo general, hay dos motivos por lo que esto puede suceder, el miedo a lo desconocido, lo cual es normal, y por una mala experiencia. En este último caso no tiene por qué ser solo tras algo que haya vivido en sus propias carnes, la imaginación de los niños es muy amplia y ver dibujos o cuentos en los que aparezca el agua como algo negativo puede influir. Es muy importante no obligar nunca a los pequeños a hacer cosas que no quieren, imponerles manguitos, flotadores u otros materiales que ayuden a que floten en el agua para forzarlos a meterse en el medio nunca es una experiencia positiva.
 

¿Cómo quitarle el miedo a la piscina a un niño?

El doctor en psicología y profesor en la Universidad Complutense de Madrid, Guillermo Fouce, tiene varias recomendaciones para que los padres ayuden a superar de manera gradual el rechazo de su hijo al agua.

1. Es importante que perciba que esta experiencia es algo positivo y divertido, ver a sus padres o hermanos dentro de una piscina pasándoselo bien ayudará a que él también se anime a entrar.

2. Si los padres notan que su hijo tiene miedo real al agua y rechaza acercarse a ella no hay que evitarla. Ayudarle a enfrentar sus miedos es una de las misiones de los padres, por lo que afrontar la situación y elaborar una estrategia que ayude al niño a ir poco a poco acercándose al agua es indispensable. Sin embargo, si se evita la situación nunca superará ese miedo y se mantendrá a largo plazo, no se soluciona el problema, solo se pospone.

3. Es bueno que los adultos entren al agua con los pequeños, a ser posible piel con piel para que sientan seguridad y el calor de sus padres, esto siempre les aporta una sensación de seguridad.

4. Si se nota miedo en el bebé es importante realizar este acercamiento de manera gradual para que no aumente su temor y entre en “pánico”. Si se enfrenta a su miedo de manera dramática la sensación de negatividad solo aumentará.

5. Hay que respetar el ritmo del niño, es importante no forzarlo. Poco a poco a su ritmo irá acercándose al agua y llegará un día en el que ese rechazo disminuya del todo. Si se convierte en fobia, habla con un profesional de psicología. 

La Asociación Española de Pediatría (AEPED) no recomienda enseñar a los niños a nadar antes del año de vida, siendo la edad ideal entre 1 y 4 años, esto se debe a que cuando son bebés son más propensos a las infecciones por microorganismos. Aun así, acostumbrar a los pequeños al agua con las diversas actividades acuáticas para bebés es una forma de que cuando vayan a aprender a nadar tengan más confianza.

El Dr. Fouce explica que aprender a nadar a partir del primer año del niño tiene bastantes ventajas. Es una actividad física muy completa y sana no solo para adultos, también para los más pequeños. Al ser muy completa le ofrece mayores recursos físicos, así como una mayor preparación para el medio acuático. Aprender desde pequeños es una buena manera de prevenir miedos en el futuro haciendo la situación acuática muy natural.

El apoyo de los progenitores es indispensable para los pequeños cuando se enfrentan a situaciones desconocidas que le causan desconfianza, si se les enseña a no tener miedo al agua disfrutarán de ella y se divertirán sanamente en la playa como en la piscina.

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Fuentes:

Guillermo Fouce, doctor en Psicología

Asociación Española de Pediatría (AEPED)


Fecha de actualización: 13-07-2022

Redacción: Andrea Rivero

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