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Los niños y la muerte

Los niños y la muerte

Hablar sobre la muerte no es algo agradable, menos aún si tenemos que tratar este tema con un niño. Sin embargo, es posible que el niño haga preguntas sobre ello o, peor aún, que tenga que enfrentarse a la muerte de un ser querido, por lo que hay que estar preparados.

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Indice

 

¿Cómo hablar a los niños de la muerte?

Cuando hablamos sobre los niños y la muerte hay dos capítulos diferentes, uno de ellos es cómo explicarles qué es la muerte en términos genéricos, y otro muy diferente cómo ayudarles a afrontar la muerte de un ser cercano. Vamos a tratar ambos:

En el caso que nuestros hijos nos pregunten sobre la muerte, aunque no nos apetezca hablar de ello, es fundamental no esquivar sus preguntas y responderles lo más sinceramente posible, adaptando la información a su edad y su nivel de comprensión.

Hay que estar preparados ya que los niños son muy curiosos y pueden incluso hacer preguntas escabrosas al respecto (¿duele morir?, ¿se sangra mucho?, ¿qué pasa cuando están enterrados?, ¿ven algo en la tumba?). Intenta responder exactamente a lo que te preguntan de la mejor manera posible y sin entrar en explicaciones complejas o metafísicas. Buscan algo más sencillo.

Hasta los 3 años necesitan explicaciones que les transmitan seguridad y tranquilidad ya que los niños de esta edad pueden llegar a personalizar la muerte pensando que ellos pueden ser los causantes de la misma si se portan mal.

Es importante no confundirles diciéndoles, por ejemplo, que la muerte es como quedarse dormido ya que podrían cogerle miedo a dormirse. También es importante que les aclares que no sucede siempre que alguien se pone enfermo. Déjales asimismo claro que las personas que mueren no vuelven nunca, ya que pueden tener ideas confusas a causa de los libros, los videojuegos o la televisión.

A la hora de hablarles sobre la muerte debes tener en cuenta su edad y su madurez y la comprensión de 4 conceptos clave sobre la muerte:

- Irreversibilidad: la muerte es para siempre, no hay vuelta atrás una vez muerto.

- Irrevocabilidad: todo acaba con la muerte.

- Inevitabilidad: todos los seres vivos mueren.

- Causalidad: la muerte tiene unas causas.

Según cómo entienda cada uno de estos conceptos su idea de la muerte será una u otra.


¿Cómo ayudarles a afrontar la muerte de un ser querido?

Esta parte es mucho más complicada ya que nosotros también lo estaremos pasando mal por esa pérdida, pero hay que hacer todo lo posible para que el niño no se traumatice. Obviamente, no es lo mismo afrontar la muerte de un tío lejano que de un padre, pero los pasos a seguir son más o menos los mismos.

Lo primero es no ocultarle lo que está pasando. Si ha sufrido un accidente o si está enfermo, es mejor ir diciéndole poco a poco que está muy malito y puede que no se recupere. Y, una vez fallezca, decírselo claramente pero sin dramatizaciones.

El niño reaccionará de una manera o de otra según su edad y su personalidad. Las reacciones más comunes son tristeza, irritabilidad, regresiones, rabia, cambios de humor, pesadillas y problemas para dormir, falta de apetito, apatía, problemas en el colegio o con los compañeros… Todo esto es normal y suele ser temporal, una manera de luchar contra el duelo interior.

No obstante, lo normal es que con el tiempo las aguas vayan volviendo a su cauce. Para ello, es fundamental que volváis a la rutina tan pronto como sea posible, que hagáis actividades juntos divertidas y diferentes para que piense en otras cosas, que le apoyéis y estéis pendientes de él, que le mostréis mucho amor y afecto.

En unos meses debe ir mejorando; si no, consultad a un experto en psicología.
 

Consejos para cada niño según su edad

- Bebés: no te muestres ansioso o triste delante de ellos. No son capaces de entender lo que pasa y se contagiarán de tu tristeza y tus nervios. Ofrécele mucho amor y continúa con sus rutinas.

- Niños pequeños: los niños de 2 a 6 años ven la muerte como algo temporal, no comprenden todavía que es para siempre y no se puede revertir. Por eso, no conviene usar eufemismos en esta etapa como “el abuelo se durmió”, ya que podría con fundirle aun más y pensar que se va a despertar y volverá a estar con él. Responde a todas sus preguntas con sinceridad, usando vuestras creencias como ayuda.

- Niños en edad escolar: a esta edad ya comprenden que la muerte es irreversible, pero todavía les cuesta comprender que es universal. Esa idea les puede causar miedo al preguntarse si ellos también morirán y cuándo o cómo. Para evitar estos miedos, diles que lo normal es que mueran de viejecitos y sin dolor.

- Adolescentes: los adolescentes ya entiende la muerte como los adultos, pero se resisten a la idea de morir. También pueden empezar a tener pensamientos más abstractos buscando un sentido a la vida y la muerte. Si se agobia por la muerte, debes ayudarle a pensar en otras y buscar ayuda profesional si esta ansiedad afecta a su vida diaria.


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