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Juegos tradicionales infantiles de toda la vida

Juegos tradicionales infantiles de toda la vida

Un, dos, tres, pollito inglés; piedra, papel o tijera… Veo, veo ¿qué ves? “Gallinita ciega que se te ha perdido una aguja y un dedal ¡date la vuelta y lo encontrarás!”. Os suenan ¿verdad? Claro, son los juegos tradicionales infantiles de toda la vida, pero ¿recordáis cómo se jugaba? Seguro que a vuestros hijos les encantará jugar.

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Índice

 

Juegos tradicionales para niños

¿Era como jugar al escondite? A pesar de que el escondite es también uno de los juegos más tradicionales que ha habido en nuestro país no debe confundirse con “Pollito inglés”. En este último, alguien tiene que taparse y empezar a contar, pero los jugadores no deben esconderse sino simplemente estar parados cuando el niño que está contando se gira. Es un juego tan popular como divertido, y cuántos más niños, mejor. Uno de ellos cuenta hasta diez y el resto debe intentar llegar a la pared sin que le vean moviéndose. En el momento en que este termina de contar tiene que girarse rápidamente y cantar “un, dos, tres, pollito inglés” y los demás deben quedarse completamente quietos, y así sucesivamente hasta que uno de ellos toque la pared. Será ese el ganador.

La piedra, el papel o la tijera tampoco podían faltar en esta lista de juegos tradicionales. ¿Cuántas veces has querido ganar algo y te lo has jugado a piedra, papel o tijera…? Probablemente siendo algo mayor lo has utilizado más de una vez ¿a que sí? Normalmente este juego se utilizaba para decidir quién de las dos personas hacía algo. Consta principalmente de tres elementos, y dependiendo de cuál sea el elemento que saques vencerás o no. En este caso, la piedra vence a la tijera aplastándola, la tijera vence al papel cortándolo y el papel vence a la piedra envolviéndola.

Veo, veo… ¿Qué ves? Una cosita, pero ¿qué cosita es? Empieza por la letra… A este juego hemos jugado nosotros, juegan nuestros hijos y jugarán nuestros nietos y no, jamás nos aburrirá. De hecho, al haber tantas cosas en el hogar o en los parques, los objetos que pueden salir serán totalmente variados. Aquí el juego de participantes es ilimitado y se puede jugar tanto en el exterior como en espacios cerrados. Consiste básicamente en que uno de los participantes escoja un objeto, no le diga nada a nadie y el resto intente adivinarlo.

Para el juego de la gallinita ciega, por ejemplo, hacían falta como mínimo cuatro personas y un pañuelo… ¿Lo tenéis? De esos cuatro, uno de ellos será el elegido para que le tapen los ojos y le den vueltas suaves cantando la canción “Gallinita ciega que se te ha perdido una aguja y un dedal, date la vuelta ¡y lo encontrarás!”. De esta manera, el niño estará algo despistado, pero aun así tendrá que intentar encontrar a los demás.

Estos son solamente algunos de los más tradicionales, pero existen muchos otros que pueden entretener a los niños y que además son bastante recomendables para fomentar la actividad y el desarrollo. El tres en raya, el juego del pañuelo, la rayuela o las canicas también son juegos de toda la vida que estimulan al niño y le garantizan un mejor desarrollo. El tres en raya, por ejemplo, es un juego de lápiz y papel entre dos jugadores: 0 y X, que van marcando sus espacios en un tablero de 3x3 y de manera alterna. ¿Cuándo ganas? Cuando se consigue tener una línea de tres de sus símbolos.

Muchos, teníamos que ser muchos… ¡y pares! Se establecen dos grupos, y el adulto extiende su brazo y sostiene un pañuelo. Cada uno tiene un número, y cuando la persona dice en alto un número determinado (1 o 2 o 3…así hasta el 10) un participante de cada equipo luchará por conseguir el pañuelo y llevarlo de nuevo a su equipo antes de ser pillado por su contrincante. El equipo que más veces consiga llevar el pañuelo al resto de sus compañeros será el ganador.

A saltar y a saltar, con la rayuela ya habías hecho todo el ejercicio del día ¿cierto? Pues sí, la verdad es que este era un juego que podía agotarte si te pasabas la tarde saltando de un lado a otro mientras tirabas la piedra, pero molaba ¡y mucho! Se podía jugar de manera individual, aunque era mucho más divertido si eran dos o más los integrantes del juego. Con una tiza blanca y un suelo en buen estado era suficiente para comenzar a jugar. En cada baldosa se dibujaba con la tiza un cuadrado y se colocaba un número (del 1 al 10). Después cada niño debía coger una bolita de papel o una piedra y lanzarla a alguno de los cuadrados. Si no entra dentro de ninguno, pierdes el turno y pasas al siguiente.

El otro que adorábamos, y al que todavía hoy juega algún que otro abuelo en el parque, es el juego de las canicas. Un juego, sin duda, de puntería y precisión en el cual debíamos tocar a la “canica objetivo” con nuestra bola que será lanzada con nuestro dedo pulgar. En este juego no está permitido ayudarnos arrastrando la mano o acompañar el lanzamiento con un movimiento. Y a pesar de que existen varias modalidades, las más interesantes suelen ser bombardero, círculo y túnel.

Otra opción es hacer bailar la peonza o los cuentos, siempre bienvenidos entre los más pequeños de la casa.
 

Beneficios del juego para los niños


El juego infantil, en definitiva, es fundamental para los niños pues es una actividad placentera, libre y espontánea sin un fin determinado, pero de gran utilidad para el desarrollo del pequeño. De hecho, es una actividad irremplazable para el correcto desarrollo, y jugar, un medio de expresión y maduración en el plano físico, cognitivo, psicológico y social. Además, durante la infancia, el juego es una práctica universal que existe en todas las culturas y civilizaciones y que se caracteriza por ser una actividad libre presente durante el desarrollo infantil.

El juego infantil también facilita el bienestar y el desarrollo positivo. Los niños que tienen más tiempo para jugar libremente crecen más saludables, desarrollan más sus capacidades y rinden mejor en la escuela. El juego es importante desde que es un bebé, durante los primeros años y también a lo largo de toda su infancia. También el juego ayuda al niño a relajarse, a controlar sus comportamientos e impulsos agresivos, a expresar lo que estos sienten, piensan y lo que desean, a desarrollar sentimientos positivos ante los demás, a ponerse en su punto de vista, a compartir y a conocer el mundo que los rodea, etc.

De hecho, podría decirse que el niño activo es feliz, tiene su mente despierta y está en continuo proceso de aprendizaje. No obstante, hay que tener siempre en cuenta que el tipo de juego irá cambiando también en función de su edad y de sus capacidades. El adulto, además, deberá siempre proporcionar las oportunidades apropiadas para que pueda practicarlo en situaciones estimulantes, pero siempre seguras.


Fuente:

AEP EnFamilia “Juego y juguetes” https://enfamilia.aeped.es/vida-sana/juego-juguetes

"Juegos tradicionales del mundo" http://losjuegostradicionales.com/del-mundo/

Fecha de actualización: 20-09-2022

Redacción: Ana Ruiz

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