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¿Cómo tratar a los niños impulsivos?

¿Cómo tratar a los niños impulsivos?

Los niños impulsivos no se paran a reflexionar, no piensan las consecuencias de sus conductas y actúan sin pensar. Esto es algo que conviene trabajar desde pequeños ya que la capacidad para identificar el momento adecuado y saber esperar son factores clave para una buena aceptación social.

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Indice

 

¿Mi hijo es impulsivo?

Un niño que es capaz de esperar y evaluar la situación antes de actuar consigue sacar lo mejor de sí mismo y es más libre ya que responde con su voluntad y no de manera automática y dejándose llevar por impulsos que pueden cambiar de un momento a otro.

Los niños impulsivos responden a algunas de estas características:

- No leen las instrucciones antes de realizar una tarea y se ponen a hacerla directamente, con lo que es probable que se equivoquen si no hacen lo que se les está pidiendo.

- No son capaces de guardar su turno en una fila.

- En los juegos en grupo le cuesta respetar su turno.

- Dice cosas sin pensar en las consecuencias, con lo que puede llegar a faltar al respeto o hacer daño a otros.

- Se mete en peleas sin una causa aparentemente justificada.

- No guarda el turno para hablar, interrumpe y lo hace por encima de los demás.

 

¿Cómo trabajar el control de la impulsividad?

Para controlar la impulsividad es imprescindible que la cabeza mande sobre el cuerpo, que el niño sea capaz, por ejemplo, de dejar de hacer algo cuando se lo pedimos; que pueda callarse y esperar el turno para hablar; o dejar de moverse si no es un buen momento.

Para ello, se pueden llevar a cabo una serie de ejercicios que conseguirán diferentes beneficios:

1- Jugar a bailar con una canción y, cuando la música pare, detenerse y quedarse quieto. Esto les ayuda a tener mayor capacidad de autocontrol, a aceptar y seguir las normas sociales.

2- Explicar al niño que no se debe interrumpir y actuar con el ejemplo. Hacer juegos de turnos. Estos ejercicios consiguen una correcta adaptación social, lo que contribuye a hacer más amigos y ser mejor aceptado.

3- Hacer juegos de preguntas donde la norma será que antes de contestar hay que estar callado unos segundos: evita que el niño diga o haga cosas de las que luego puede arrepentirse.

4- Supervisa su comportamiento para poder alertarle cuando algo que haga podrá dar lugar a consecuencias negativas. Hazle ver que el problema no es él, sino su comportamiento, y que tiene solución si aprende a controlar sus impulsos.

5- El deporte es muy eficaz para ayudar a los niños impulsivos, sobre todo algunas prácticas como las artes marciales, la natación, el yoga, el tenis, etc.

6- Las técnicas de relajación también pueden ayudarle a reflexionar y no ser tan impulsivo. Respiración profunda, meditación… pueden ser muy útiles para niños así.

7- Habla con él de sus emociones y ayúdale a expresarlas. Las emociones no son malas, ni siquiera las negativas, por lo que no hay que suprimirlas, sino saber controlarlas y expresarlas adecuadamente.

8- Anticípate a sus conductas y evita aquellas situaciones que puedan ser más peligrosas.

9- Da un buen ejemplo y enséñale cómo controlar los impulsos y pensar antes de actuar.

10- El refuerzo positivo y la motivación son muy eficaces, así que elogia todos sus avances, por pequeños que sean, y refuerza sus conductas positivas con pequeños premios como elegir el postre, jugar un rato más en el parque, elegir la película del fin de semana, etc. Nunca hay que comprarle regalos o darle dinero por portarse bien.

11- Si nada funciona y su impulsividad va a más, puedes pedir ayuda a un profesional de psicología que le dé las herramientas necesarias para controlar sus emociones y su comportamiento y tener menos problemas en casa y en la escuela.


Fuente: Queremos que crezcan felices, Silvia Álava.

Fecha de actualización: 12-01-2023

Redacción: Irene García

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