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¿Cómo saber si mi hijo padece bullying escolar?

¿Cómo saber si mi hijo padece bullying escolar?

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, un 24,8% de los niños españoles entre 11 y 18 años sufre o ha sufrido acoso escolar, un dato muy alarmante, sobre todo teniendo en cuenta las graves consecuencias que el bullying tiene en muchos niños. Para poder ayudar a nuestros hijos, nada mejor que conocer las señales de alarma.

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Índice

 

¿Qué es el bullying?

El bullying es el acoso físico o psicológico al que someten, de forma continuada, a un alumno uno o varios compañeros de clase o de colegio, aunque no siempre tienen por qué ser del mismo colegio.

En los últimos años el acoso escolar ha aumentado y, por eso, se ha convertido en la primera preocupación de los padres. Y es que los padres no tienen la información suficiente y sienten que la respuesta de las instituciones es insuficiente para paliar este problema cada vez mayor que, algunas veces, incluso acaba en suicidio. 

De hecho, en el 90% de los casos de bullying se manifiestan señales que los padres no saben descifrar.

Saber detectar estos primeros síntomas es fundamental para prevenir y luchar contra el acoso en la escuela y atajar el problema antes de que sea demasiado tarde.


Señales de que mi hijo padece bullying

Algunas de las pistas ante las que debemos estar atentos desde casa son:

- Notar un especial cambio de conducta o comportamiento en el niño/adolescente

- La víctima no quiere asistir a clase

- Sufre el Síndrome del domingo por la tarde

- Presenta golpes y moratones injustificados

- Muestra un alto grado de irritabilidad y nerviosismo

- Experimenta cambios de carácter

- Presenta tristeza injustificada

- No tiene ganas de ver a sus amigos ni de salir de casa

- Pérdida de objetos, por ejemplo, el dinero que les das para el recreo, el abrigo…

- Padece cefalea y dolores abdominales frecuentes

“Hay que tener muy en cuenta que el acoso escolar no es un juego inocente. El acosado no sobrevive al mismo reaccionando con una venganza de idéntico nivel y el bullying dista de favorecer el endurecimiento del carácter de un niño, sino que siempre constituye una violación grave de sus derechos, degrada su dignidad como ser humano y puede tener unas secuelas difíciles de restañar en el devenir vital del individuo”, explica la directora de Coaching Club.


¿Qué consecuencias tiene el bullying?

Las consecuencias para la víctima son muchas y algunas de ellas, irreversibles.

- Autoestima baja

- Pérdida de interés en los estudios y rendimiento académico bajo

- Depresión y ansiedad

- Trastornos emocionales

- Problemas psicosomáticos (dolor de cabeza, dolores estomacales, trastornos del sueño…)

- Pensamientos suicidas

- Frustración

- Problemas para relacionarse con los demás


¿Qué podemos hacer los padres?

1. Estar atento a las posibles señales que indiquen que nuestro hijo sufre acoso escolar. Ante la mínima sospecha, hay que hablar con él con calma y tranquilidad, intentando que se abra a nosotros y, si no lo conseguimos, hablar con sus profesores o con otros compañeros de clase para saber si está sufriendo bullying o violencia de algún tipo.

2. Si las sospechas se confirman, hablar con el profesor, tutor o el director del centro escolar para que se toman las medidas correspondientes para evitar que siga pasando. Se puede intentar hablar con los padres del acosador para que el niño comprenda lo que está haciendo, pida perdón y pare el acoso. Si eso no funciona, habrá que tomar medidas más serias como un castigo, expulsión del centro o incluso expulsión definitiva del centro escolar.

3. Si el centro no toma medidas y el acoso continúa, deberás ponerlo en manos de la policía y denunciar antes de que el acoso vaya a más.

4. Además, es importante que consultes a un psicólogo para ver las secuelas que el bullying ha causado a tu hijo y si es necesario que acuda a terapia para mejorar su autoestima y evitar que se sienta culpable o responsable de lo que le ha pasado. Así, además, podrá volver a hacer amigos y tener una buena vida social.

5. En los casos de acoso, siempre es esencial concienciar al resto de los compañeros que no se debe permitir nunca el acoso de un compañero a otro y que tienen que denunciar y apoyar al niño acosado para evitar que esto siga pasando. Si nadie le sigue el juego y no se permite el acoso y las humillaciones, dejarán de ocurrir. Para ello, el método KiVa, implantado en muchos países, se ha demostrado como muy exitoso.


Fuente:

Álava, Silvia (2016), Queremos que crezcan felices, Madrid, Actitud de Comunicación.

Fecha de actualización: 12-01-2023

Redacción: Irene García

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