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Tratar la enuresis nocturna

Tratar la enuresis nocturna

Cuando un niño padece enuresis nocturna, incapacidad de retener la orina por la noche, no deberíamos dudar en acudir a un especialista, con el objetivo de ofrecerle una solución médica eficaz

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Índice

 

Consecuencias de la enuresis

La enuresis nocturna, también llamada incontinencia urinaria durante la noche, se da en niños mayores de 5 años que se hacen pis por la noche más de 4 veces al mes. Es un problema habitual hasta los 10 años.

Hay 2 tipos de enuresis nocturna:

- Enuresis primaria: un niño que nunca ha tenido de la vejiga por las noches y siempre se ha orinado encima.

- Enuresis secundaria: un niño que ha tenido control de la vejiga al menos 6 meses, pero deja de hacerlo por algún motivo.

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La enuresis primaria es mucho más común. La enuresis secundaria se da en niños mayores o en adolescentes y suele estar causada por un problema psicológico.

Las causas de la enuresis no están claras, aunque parece que hay un componente familiar (muchos niños tienen un familiar cercano que ha pasado por lo mismo) y diversas causas fisiológicas:

- vejiga más pequeña

- riñón que produce más orina por la noche

- problemas del cerebro para despertarse

- estrés

- sueño profundo

- padecer apnea obstructiva del sueño

- sufrir estreñimiento

- enfermedad de la vejiga o el riñón

-  otras afecciones médicas, como la diabetes, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad o la ingesta de algunos medicamentos

Desafortunadamente solo el 10% de los menores de más de 5 años son tratados, y si bien es cierto que prácticamente todos los niños acaban por curarse en algún momento de su vida, retrasar su tratamiento puede ocasionarles otros problemas de índole psicológica o emocional, pues a partir de cierta edad los niños empiezan a compartir noches con amigos y compañeros de cole en campamentos, cumpleaños, vacaciones, etc. La vergüenza, la humillación o la inquietud que pueden sentir por mojar la cama delante de otros puede impedirles realizar estas actividades o marcarles el resto de sus vidas.


Tratamientos eficaces para la enuresis

Para corregir la enuresis primero es necesario identificar su origen, ya que de esto dependerá el enfoque terapéutico, por lo que hay que acudir al profesional de pediatría.

Una de las causas más frecuentes suele ser la carencia de la hormona ADH, la hormona antidiurética, encargada de controlar la orina que se produce durante la noche. El tratamiento en estos casos pasa por reponer esta hormona, y así reducir la excesiva producción urinaria. Para esto se administra una sustancia llamada desmopresina, generalmente en forma de comprimidos, que colocada debajo de la lengua se absorbe en pocos segundos, o bien en espray. El beneficio de este tratamiento radica en su eficacia, de un 70% y en la ausencia de efectos secundarios relevantes.

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Otro fármaco es la imipramina, que funciona bien en algunos niños con enuresis nocturna. Existe la posibilidad de una sobredosis de este medicamento, por lo que es importante que los padres controlen de manera estricta cómo y cuándo administran el medicamento. No se recomienda en niños con problemas cardiacos.

Cuando el origen de la enuresis está en el tamaño de la vejiga, el especialista puede prescribir un tratamiento farmacológico o bien técnicas de rehabilitación para conseguir aumentar la capacidad de la vejiga y que esta sea capaz de retener más orina y evitar los escapes.

También son muy efectivas las alarmas de incontinencia urinaria. Las investigaciones demuestran que alrededor de la mitad de los niños que usan bien las alarmas enuréticas consiguen dejar de hacerse pis en varias semanas. Estas alarmas zumban o vibran cuando la ropa interior del niño se moja con las primeras gotas de la micción. Con el tiempo, el cerebro se entrena para asociar la sensación de querer orinar con la alarma que se dispara, lo que le despierta. Es muy efectivo si los padres ayudan al niño los primeros días a despertarse.

Ambas soluciones tienen muy buenos resultados, aunque habitualmente los médicos optan por una combinación de varios o todos los tratamientos. Aconsejando adicionalmente ejercicios de entrenamiento, consistentes en retrasar cada vez más las micciones, para favorecer el control.

Como vemos, estos tratamientos actúan sobre alteraciones fisiológicas, que son la gran mayoría y no sobre problemas psicológicos, contrariamente a lo que se hacía antes por norma. En los casos en los que la enuresis tenga un claro componente psicológico entonces sí se requerirá llegar a la raíz de dicho problema y tratarlo.

En conclusión, descartar las posibles causas es fundamental para establecer un diagnóstico y su correspondiente solución. Asimismo la evaluación profesional es además útil para descubrir si detrás de la enuresis hay un problema médico más importante como la diabetes o malformación del aparato urinario, que necesite ser atendido.

Casi todos los niños consiguen controlar la enuresis antes de llegar la adolescencia, hacia los 12 años. Es cuestión de paciencia y buscar el diagnóstico de medicina y el tratamiento adecuado.


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