Enuresis infantil. Se me ha escapado el pipí

Indice

• Condiciones para retirar el pañal al bebé
• ¿Cómo actuar si el bebé moja la cama?
• ¿Consecuencias emocionales para el bebé?

 

Condiciones para retirar el pañal al bebé

Hay que tener claro que una vez que se decide quitar el pañal, hay que quitarlo sin excepciones y estando de acuerdo y atentos al seguimiento todos los adultos implicados -padres, familiares y educadores-, para evitar confundirles, pudiéndoselo mantener únicamente para los momentos de sueño (siesta y noche).

Quitar el pañal no es algo que se aprenda de un día para otro, sino que es todo un proceso para los niños y cada uno de ellos tiene el suyo. Lograr controlarse exige un determinado nivel de maduración y de desarrollo (físico, motor, cognitivo y afectivo) y necesita un periodo de aprendizaje. Todo ello, hace que no sea recomendable precipitar la educación de esfínteres antes de los 18 meses para el control diurno, y de tres años para el nocturno, teniendo en cuenta que se trata de edades orientativas y que nunca podemos olvidar el nivel de maduración en que se encuentra cada niño.

 

¿Cómo actuar si el bebé moja la cama?

Cuando estemos ante una situación en la que el niño moja la cama por la noche a una edad que pensábamos que ya tenía que tenerlo superado, lo primero que tenemos que hacer, es entender que esa conducta es posible y no tiene por qué suponer un problema inicialmente. Para que un niño pueda controlarse deben darse dos pasos: sentir la presión en la tripa, o lo que es lo mismo, la necesidad de tener que ir al baño; y en segundo lugar, pedir que quiere ir al baño. Para esto, es necesaria cierta madurez y tener en cuenta que por la noche es más complicado llegar a ese control, ya que debe responder mientras está dormido.

Puede ocurrir que haya escapes esporádicos, pero que habitualmente el niño tenga un control ya desarrollado. En estos casos, debemos reaccionar con mucha tranquilidad porque pueden estar ocasionados por distintas situaciones en su vida que a veces les llevan a regresiones: miedos, inseguridades, nerviosismo… Si así fuera, no hay que prestar atención especial al control de esfínteres, ya que lo tienen más que automatizado, sino a la conducta que ha provocado la regresión. En estas situaciones, los niños son conscientes y les supone una desmotivación, así que no es positivo hacerles sentirse mal, ni reñirles por lo que ha sucedido.

Cuando el control de esfínteres no se llega a producir de manera continuada y los escapes son prácticamente constantes, hay que tener en cuenta que puede haber algo que lo esté dificultando. La causa puede ser física o psicológica. Acudir al médico para descartar una causa física puede ayudarnos a saber qué pasos debemos seguir. En este caso, nos tendríamos que centrar en el aspecto psicológico, ya que en numerosas ocasiones el miedo, la ansiedad, o las inseguridades suelen ser la causa principal.

No sólo tendremos que centrarnos en el control de esfínteres, sino en trabajar esas causas psicológicas que, en la mayoría de los casos, se pueden resolver con éxito dando un gran apoyo al niño y refuerzo en todo aquello que hace bien. No hay que descartar el que podamos recurrir a la ayuda de un profesional para solventar estas situaciones. En este sentido, es fundamental el modo en el que reaccionemos. No hay que reñirle ni ridiculizarle, al contrario, debemos tranquilizarle y motivarle diciéndole que no pasa nada, que va a ser capaz de hacerlo y que algún día lo logrará. Podemos incluso elaborar un plan para motivarle, darle trucos para que sepa reaccionar cuando esto le suceda fuera de casa. Muchos de ellos tienen vergüenza de dormir con otros niños por si les sucede y es una pena que pierdan la oportunidad de relacionarse con otros niños, de dormir en casa de un amigo o de salir fuera de campamentos por esa dificultad.

Estas situaciones de falta de control suelen preocupar mucho en la familia, pero lo más importante de todo es no centrarnos en el control de esfínteres exclusivamente, puesto que cuando tengan un grado de madurez mayor y apliquen las técnicas que les haya podido dar un profesional lo podrán superar sin problemas.

 

¿Consecuencias emocionales para el bebé?

Lo que no debemos olvidar ante todo son las consecuencias emocionales que esto les puede producir. Los padres tenemos un papel muy importante y no debemos permitir que ése sea el motivo de todas las conversaciones en casa y que el niño sienta todos los días la presión porque no lo tiene superado. Su vida no tiene que girar en torno a este tema, es algo más que sucede en su día a día, pero que sabemos que pasará, por lo tanto, tenemos que tratar de vivir con naturalidad centrando nuestra atención en el resto de cosas importantes que le estén sucediendo al niño: sus amigos, sus estudios, sus conductas, sus aficiones… Sólo así, el niño será capaz de seguir centrado en su vida y continuar creciendo y adquiriendo seguridad y madurez, herramientas necesarias para superar esta dificultad y llegar a un control completo de esfínteres.