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Cómo enseñar a los niños a ser ordenados

Cómo enseñar a los niños a ser ordenados

El orden es fundamental en la vida de los más pequeños, tanto como la alimentación, el sueño o la higiene. El orden es indispensable para su desarrollo pues les sirve para organizar y asimilar el mundo que están empezando a descubrir.

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Indice

 

Aunque como es lógico los niños son incapaces de ser ordenados por sí mismos, por lo que esta tarea, la de enseñarles a serlo desde sus primeros meses, dependerá de sus padres y/o educadores.

 

¿Por qué es importante el orden para los niños?

El orden es un elemento necesario para su aprendizaje. Les proporciona seguridad, les permite organizar los conocimientos que van adquiriendo cada día y les ayuda a comprenderlos. Su mundo debe estar ordenado para ser entendido. Ordenado en el espacio y en el tiempo.

 

El orden temporal

Instaurar un orden en el tiempo, con horarios y rutinas que les ayuden a crear un hábito, fijando tiempos para las comidas, los juegos, el baño, el sueño, etc., es de suma importancia para su desarrollo. Saber qué va a pasar en su vida les aporta seguridad.

El niño debe aprender que hay unas horas para comer, para jugar y para dormir, y que debe respetarlas. De este modo sabrá, además, cómo actuar.

 

El orden espacial

Al hablar de orden también debemos referirnos al equilibrio en el entorno del niño. Este además no debe de ser solo estético, quizás menos relevante, sino sobre todo, práctico.

El orden a su alrededor le proporciona autonomía, pues al saber dónde están las cosas, no necesitará a los demás para que se las proporcionen, lo que fomentará su independencia. Para ello será imprescindible facilitarle un espacio propio, donde se establezca un lugar para cada una de sus pertenencias, de modo que pueda guardarlas, organizarlas y controlarlas. 

Si no hay orden en su entorno, es imposible que aprenda a recoger o sea autónomo. Un ambiente ordenado le ayudará a orientarse y a comportarse.

 

¿Cómo ayudar a los niños a ser ordenados?

Cualquier momento es bueno para enseñarle a ser ordenado, pero cuanto antes empiece a asimilarlo mejor. A continuación te ofrecemos algunos consejos que pueden ayudarte en su educación del orden:

1.       Establece un horario para las comidas, el sueño, la higiene y el juego. Ya que no todos los días de la semana son iguales, puedes permitir cierta flexibilidad.Pero evita cambios drásticos constantes, ya que así solo conseguirás desorientarle.

2.       Todo niño necesita su espacio personal, procúraselo. Si comparte habitación con otros hermanos deberíamos reservar a cada uno una parte que puedan identificar como propia (la cama, un lado del armario, sus cajones…), donde dormir, vestirse, jugar, y sobre todo, donde guardar sus pertenencias. Compartir es bueno, y debe saberlo. Pero para respetar lo de los demás conviene saber cuidar primero de lo propio.

3.       Organiza su espacio para que todo esté a su alcance. Coloca todo lo que vaya a utilizar a su altura (perchas, cajoneras, estanterías…). Así no necesitará de la ayuda de un adulto para sacar y recoger sus cosas. A veces los niños no son ordenados simplemente porque no pueden serlo. Si no llegan a un estante difícilmente podrán ordenar los cuentos.

4.       Involúcrale desde peque en las tareas del hogar. Pídele que colabore en todo aquello que tenga que ver con él y su espacio. Al principio no será capaz de hacer la cama pero sí puede ayudar a quitar las sábanas para lavarlas, preparando su ropa para el día siguiente, guardando sus zapatos o echando a lavar su pijama.

5.       Guardad sus cosas con un orden lógico. Reservad un mismo lugar para cada objeto. Así sabrá que a cada cosa le corresponde un sitio determinado y sabrá dónde buscarlo y dónde ordenarlo en todo momento.

6.       Ordenad sus juguetes por categorías. Juntad en un mismo espacio los libros, en otro los muñecos, en otro las manualidades… De esta forma sabrá donde encontrarlos. A pesar de que a primera vista los grandes cestos o baúles de juguetes parecen una buena solución, conviene evitarlos. Pues cada vez que quiera sacar un objeto tendrá que vaciarlo y sacar todos, lo que provocará más desorden. Por lo tanto es preferible que lo hagáis en pequeñas cajas donde sea más sencillo clasificar los juguetes (coches, pelotas, recortables, muñecas, construcciones, etc.) y que éstas, por supuesto, sean fáciles de abrir y cerrar por él.

7.       No amontones juguetes. Retira (guarda, dona, regala, cambia) aquellos que no use y pon a su disposición solo los que utilice más a menudo.

8.       Organiza su ropa de forma que la pueda sacar y guardar él solo. Si no es posible hacerlo con todo el armario, que es lo más probable, puedes dejarle una parte (un cajón, un estante, una barra de perchas) para él y a su altura, donde pueda colocar el pijama, la ropa para el día siguiente, los zapatos, etc.

9.       Enséñale que antes de pasar a otra actividad (bañarse, cenar, salir a la calle, etc.) debe recoger sus objetos personales. Si conoce cuál es su sitio concreto lo hará sin dificultad.

10.   Fija un horario de juego. Al acabar deberá dejar todo ordenado.

 

¿Qué evitar a la hora de disciplinar a un niño?

Evita adoptar una actitud de queja constante por su desorden (“¡Qué desordenado eres!, Nunca recoges los juguetes, Tu habitación es una leonera…”), o adoptará este mensaje pensando que esto es lo que se espera de ellos. Ten en cuenta que en la mayoría de los casos no ordenan porque no pueden (no saben, no llegan…).

Tampoco tomes la actitud contraria y caigas en la sobreprotección, dando por hecho que como es pequeño no puede ordenar y termines haciéndolo tú siempre.

Por el contrario, fomenta una actitud positiva para enseñarle a ordenar y a cuidar su entorno. Con tranquilidad y transmitiendo siempre que es capaz de hacerlo. Y no olvides que además de enseñarles a ser ordenados, debes decirles cómo hacerlo. Verás cómo pronto el orden forma parte de su rutina.


Fuentes:

Álava, Silvia (2016), Queremos que crezcan felices, Madrid, Actitud de Comunicación.

Fecha de actualización: 25-01-2022

Redacción: Irene García

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