Cambios en los adolescentes

Indice

• Los cambios en la adolescencia
• Cambios biológicos y físicos en los chicos
• Cambios biológicos y físicos en las chicas
• Cambios sociales y psicológicos

 

Los cambios en la adolescencia

Este proceso empieza con la pubertad, cuando acaba la infancia, entre los ocho y los trece años en las niñas y entre los nueve y los quince años en los niños. Por lo general, los cambios se producen antes en las chicas que en los chicos y, aunque el cambio físico sea bastante notable, no todo el cuerpo se desarrolla al mismo tiempo. Muchas veces esto resulta complicado para nuestros hijos adolescentes porque estos cambios se producen muy rápidamente y les cuesta adaptarse, por lo que tenemos que ser pacientes con ellos.

Durante la adolescencia se producen muchos cambios en muy poco tiempo, es un proceso psicológico unido al crecimiento social y emocional que surge en cada persona.
 

Cambios biológicos y físicos en los chicos

- La voz comienza a agravarse, lo que hace que a veces pude fallar.

- Comienza a aparecer el vello facial como el bigote y la barba.

- Aparece el tan temido acné, debido a las hormonas.

- Además del vello facial, el vello comienza a aparecer también en las piernas, los brazos, las axilas… y aparece también el vello púbico.

- El cabello y la piel se vuelven más grasos.

- Los hombros se ensanchan.

- Las manos y los pies aumentan de tamaño.

- El cuerpo traspira más.

- Se inicia la capacidad reproductora.

- Los testículos y el pene aumentan de tamaño.
 

Cambios biológicos y físicos en las chicas

- Aparece el vello púbico, el vello en las axilas, en los brazos y en las piernas.

- La piel se vuelve más grasa y es posible que aparezca acné.

- Aumenta la sudoración.

- Los brazos, muslos y nalgas engordan.

- Las caderas se ensanchan.

- Aumentan los pechos y se destacan los pezones.

- Aparece la menstruación.

- Los genitales se engrosan y oscurecen.

Los cambios sexuales están relacionados con las hormonas, en concreto, con los estrógenos, la progesterona y la testosterona. En realidad, estas hormonas se encuentran en los dos sexos, con distintos niveles de concentración (en el hombre hay mayor nivel de testosterona y en la mujer mayores niveles de estrógenos y progesterona). En la misma persona, también varía el nivel hormonal en distintos momentos.

Los estrógenos son la hormona femenina, y a partir de la pubertad se incrementa su producción. Esta hormona está relacionada con el deseo sexual y el desarrollo de los caracteres sexuales como el vello en el pubis y las axilas, el desarrollo del pecho y de los órganos sexuales, y la distribución del tejido graso. Durante la ovulación, la secreción de esta hormona aumenta. Y el inicio de la ovulación significa también el inicio de la menstruación.

La testosterona es la hormona masculina que se produce sobre todo en los testículos. A partir de la pubertad se incrementa su producción y, al igual que los estrógenos en las chicas, está relacionada con el deseo sexual y el desarrollo de los caracteres sexuales como el vello, cambios en la voz, el tejido graso y el desarrollo de los genitales.

Tras la pubertad, aparece de forma clara el deseo sexual. El adolescente se encuentra con la atracción física hacia otra persona, con el deseo de disfrutar de su compañía, con sentimientos, deseos y conductas sexuales que son una novedad. Siente placer sexual consigo mismo y con otras personas. Durante este tiempo se van definiendo la orientación sexual, los gustos y preferencias personales y empiezan las relaciones sexuales. 
 

Cambios sociales y psicológicos

Aparece la vergüenza o la sensación de ridículo, y hay un exceso de preocupación por la imagen corporal. Los adolescentes se vuelven más críticos y duros con ellos mismos, pero también con nosotros, y sienten la necesidad de romper con las normas establecidas demostrando algún tipo de rebeldía.

Esta rebeldía es una característica clara de la adolescencia, comienzan a responder con un “no quiero” y a elevar más la voz porque no entienden por qué deben realizar algo que para ellos no es justo o porque simplemente no les gusta pues supone algún tipo esfuerzo que no están dispuestos a realizar. Según algunos expertos esta rebeldía tiene sentido porque tiene una función liberadora y les ayuda a descargar la tensión que les generan sus miedos y observar así hasta dónde puede llegar su grado de autonomía.

A esta edad es normal el distanciamiento del adolescente con la familia, lo único que quieren es salir con sus amigos y, aunque esto pueda resultar un poco duro para nosotros, debemos ser tolerantes y tener paciencia, ya que su identidad se va definiendo dentro del grupo de amigos que forman. Compartir experiencias nuevas proporciona la comprensión y el sentido de pertenencia a un grupo, que en ocasiones no ofrecemos los padres. Sus amigos adolescentes “les entienden” por el simple hecho de que están pasando por la misma transformación y los mismos cambios que ellos. Por eso la amistad es fundamental. 

Para que nuestros hijos lleven todos estos cambios de la mejor manera posible, lo mejor es explicarles qué les va a pasar, y hacerles entender que es algo completamente normal y natural, algo por lo que todos hemos tenido que pasar en nuestra adolescencia. Debemos dejarles su espacio y un poco de tranquilidad para que no se sientan “tan” controlados. De este modo, permitiremos que vayan equivocándose poco a poco para que utilicen sus errores como aprendizaje y así puedan ir tomando sus propias decisiones con la posibilidad de conocer las posibles consecuencias.