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¿Cómo afecta un cambio de casa a un niño?

¿Cómo afecta un cambio de casa a un niño?

Mudarse a otra casa puede afectar más o menos al niño según cómo sea el cambio, es decir, no es lo mismo mudarse a una casa en el mismo barrio que irse a otra zona de la ciudad o incluso a otro municipio. La edad también influye mucho en cómo lleve el niño la mudanza.

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El impacto de una mudanza en los niños

Los cambios son normales en nuestra vida y, a lo largo de toda la infancia y adolescencia de un niño, es normal que tenga que cambiarse de casa una o más veces por diversos motivos, como cambios de trabajo de los padres, la casa se queda pequeña, etc. Sin embargo, no todo el mundo lleva bien los cambios, y algunos niños pueden sufrir cambios en el comportamiento o regresiones al tener que abandonar la casa en la que han vivido muchos años para irse a una nueva.

Por supuesto, el impacto será mayor si el niño tiene más de 3 años (los bebés menores de esta edad pronto olvidarán la casa antigua y es poco probable que la mudanza los afecte), si el cambio es a una casa peor (más pequeña, sin jardín, sin piscina, etc.) o si la mudanza implica un cambio de barrio que lleve aparejados otros cambios como un nuevo colegio, dejar atrás a los amigos, etc. En este último caso, es probable que el niño no lo lleve nada bien y se resista a la idea mostrándose agresivo, enfadado, desobediente…

En cuanto a los principales síntomas negativos que puede presentar un niño tras un cambio de casa encontramos:

- Regresiones, es decir, volver a hacerse pis cuando ya controlaba los esfínteres, pedir de nuevo el chupete, pronunciar mal, solicitar brazos, etc.

- Cambios bruscos de comportamiento: portarse mal y desobedecer en casa y en el colegio, gritar o insultar a los padres, mostrarse agresivo o triste, etc.

- Fracaso escolar: sacar malas notas, no hacer los deberes, suspender, etc.

Como decíamos, estos cambios son más habituales en niños mayores de 3 años, sobre todo en adolescentes, y cuando el cambio de casa implica un cambio de barrio o ciudad. Por el contrario, si el cambio de casa es a mejor (una casa más grande, en la que el niño tenga habitación propia y piscina, por ejemplo) y continúa en el mismo barrio, cerca de la casa antigua, yendo al mismo centro escolar y continuando con sus amigos y actividades, el niño llevará bien la mudanza e incluso estará encantado con ella, sin mostrar ninguno de los problemas anteriores.


¿Cómo ayudar al niño a sobrellevar la mudanza?

- Es fundamental que no le ocultes nada al niño y que, en cuanto sepáis que os tenéis que mudar de casa, se lo contéis vosotros mismos antes de que se entere por un tercero.

- Explicadle los motivos reales por los que os tenéis que mudar, que entienda que no es un capricho y que ni mucho menos lo hacéis para fastidiarle o amargarle la vida.

- Estad preparados para sus negativas, quejas, preguntas y gritos. No perdáis la calma y dejad que se desahogue. Poco a poco irá haciéndose a la idea.

- Si el niño es pequeño, lo más importante es que os mostréis tranquilos. Si os nota nerviosos, se alterará. Pero si siente que nada malo pasa, estará tranquilo y se adaptará enseguida a su nueva casa.

- Debéis tener una actitud positiva y alegre ante el cambio, aunque a vosotros tampoco os apetezca mudaros. Si el niño os ve enfadados o tristes, difícilmente llevará bien la mudanza.

- Pedidle ayuda para elegir la nueva casa si dudáis entre varias, así se sentirá involucrado en la decisión y podrá dar su opinión. Si ha participado en la elección, aceptará mejor el cambio.

- Cuando llegue la hora de hacer la mudanza, es importante que no se pierda ninguno de sus objetos, así que empaqueta con él todo y marcad las cajas más importantes. Procura que no se pierda ni rompa nada para que todo pueda estar en su nueva habitación.

- Si os cambiáis de barrio o ciudad, id antes a visitarlo para que sepa cómo será el nuevo lugar donde vivirá, el nuevo colegio, etc. Buscad los aspectos positivos de esa nueva zona para que tenga ilusión por ir a vivir allí.

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- En la nueva casa, siempre que sea posible, deja que elija su nueva habitación y la decore a su gusto para que se sienta más a gusto.

- Una vez en la nueva casa deberéis mantener los mismos horarios y rutinas y, a ser posible, que continúe haciendo las mismas actividades extraescolares para que los cambios no sean tan acusados.

- Ayúdale a integrarse y hacer amigos en el nuevo barrio o instituto para que pronto pueda salir de nuevo a jugar o quedar con gente.

- Si notas que está triste, alicaído, apático o enfadado, habla con él para que pueda expresar cómo se siente y te explique por qué. Intentad buscar juntos una solución y salida a esos sentimientos para que pueda superar el cambio.

- Si tú también te mudaste de casa de pequeño, cuéntale tu experiencia, lo que más te costó, lo que menos te gustó y las enseñanzas positivas que sacaste al respecto. Así se sentirá comprendido y sabrá que puede contar contigo.

- La mejor época para hacer una mudanza son las vacaciones de verano, ya que no afectará al curso escolar y permitirá al niño hacerse a la nueva casa antes de que comience el nuevo curso.

- Si le da miedo perder a sus amigos, hazle ver que, con las nuevas tecnologías, podrá seguir hablando con ellos a diario y verse siempre que sea posible.

Los padres representan la estabilidad para los niños, sobre todo los más pequeños, así que mientras los dos continuéis a su lado y la vida siga de manera similar, todo será más sencillo. Al fin y al cabo, los niños son más flexibles y se adaptan mejor a los cambios, aunque es cierto que con los adolescentes puede ser más complicado, por lo que deberás tener paciencia y manga ancha para que el chico pueda hacerse poco a poco al cambio y a su nuevo hogar. 


Fuente:

AEP

Fecha de actualización: 15-11-2022

Redacción: Irene García

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