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¿Qué pescados pueden y no pueden comer los niños?

¿Qué pescados pueden y no pueden comer los niños?

Sanidad ya lo ha advertido y es que existen algunos pescados que es mejor que no ofrezcamos a nuestros hijos al menos hasta los diez años. 

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Índice

 

¿Por qué nada de estos pescados hasta los diez años?

Algunos pescados como el emperador, el atún rojo o el tiburón que por su gran tamaño podrían acumular mayores cantidades mercurio no son ya recomendables al menos hasta que los niños cumplan diez años. Pero ¿por qué?

Y sí, no cabe duda de que se trata de cambios bastante importantes porque ha sido el propio Ministerio de Sanidad el que, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), ha subido de tres a diez años la edad a la que los niños pueden comenzar a tomar este tipo de pescados. De hecho, aunque el pescado se considera una parte importante de una dieta saludable y este está lleno de nutrientes que el cuerpo necesita para el crecimiento también hay que tener en cuenta algunas restricciones al respecto, especialmente cuando se trata de pescados más grandes.

El cambio principal del Ministerio de Sanidad y, por consiguiente, de la AESAN, está en la edad impuesta a la que los niños deben de consumir algunos pescados ya que antes de dicha restricción los diferentes pescados se podían comer a partir de los tres años, pero ahora se debe esperar al menos hasta que los niños cumplan diez años. Además, entre los niños que tienen ahora entre diez y catorce años se debe tener en cuenta que también hay otras restricciones. Aseguran ambos que, lo ideal es que se consuman apenas 120 gramos al mes. Es cierto, no obstante, que a partir de los catorce años ya no existen restricciones y aquí ya se recomiendan entre tres y cuatro raciones de pescado a la semana.

No obstante, advierten también que para todas aquellas poblaciones vulnerables al mercurio también es necesario el consumo de tres o cuatro raciones de pescado, pero siempre y cuando sean de bajo contenido en mercurio y se varíe entre el pescado blanco y el azul.

 

Pero ¿existen pescados con bajas cantidades de mercurio? ¿Cuáles son?

Por supuesto, en el mercado existen muchos pescados con bajas cantidades de mercurio como son el abadejo, la anchoa y el boquerón, el bacalao, el berberecho, la caballa, el calamar, el camarón, el cangrejo, la dorada, la coquina, la chirla y la almeja, la gamba, el langostino, el lenguado europeo, la lubina, el mejillón, la merluza y la pescadilla, la navaja, la pota, el pulpo, la quisquilla, el salmón atlántico y el salmón, la sardinela, la sardina, la trucha, la solla, el arenque, la bacaladilla, la sepia y el choco, el chipirón, la cigala la langosta, y la limanda y la lenguadina entre otros. Pero que hay otros muchos, como el atún rojo, el emperador o el tiburón que cuentan con elevadas cantidades de mercurio al tratarse de pescados más grandes.

Por este motivo, lo que advierten algunos expertos en pediatría como la pediatra Lucía Galán es que se incida especialmente en que, en referencia especialmente el atún de lata, el bote o el bonito no es atún rojo y que, por tanto, no está incluido en dichas restricciones y pueden tomarlo. Además, es importante tener en cuenta que el atún es un tipo de pescado azul rico en minerales como el potasio, el hierro, el magnesio o el fósforo y que es, además, una fuente de vitaminas D, A y complejo B que va a aportar proteínas de origen biológico y es bajo en grasas saturadas y rico también en ácidos grasos omega 3, que ayudan, además, a desarrollar el cerebro en bebés y niños.

Sin embargo, es de los más grandes de los que debemos prescindir como es el caso del atún rojo, pues hasta la nueva regulación por parte del Ministerio y de la AESAN no era recomendable introducirlo en la dieta de los niños al menos hasta los dieciocho meses. Sin embargo, ahora la restricción es diferente y se extiende hasta los diez años. También se debe tener en cuenta que, el caso del atún rojo, por ejemplo, es un pescado bastante alergénico y difícil de digerir, aunque la mayor preocupación sobre este pescado siempre haya sido su exposición al mercurio.

Por su parte, la AESAN ha asegurado que el mercurio es un metal que se encuentra de forma natural y que cuando las partículas o el vapor de mercurio en el aire entran al agua y entran también en contacto con bacterias se convierten en una sustancia esta puede ser absorbida por los peces que viven en dicha agua. ¿Y qué pasa después? Que la gente consume ese pescado y lo absorbe por sí mismo.

 

¿Cuándo ofrecer el atún en conserva o en lata a tu bebé?

En el caso del atún en conserva o del atún en lata lo mejor será ofrecérselo al bebé a partir de los doce meses de edad. Lo ideal es comenzar a introducirlo, además, desmenuzado o en forma de puré, pero se debe tener en cuenta también que no es en absoluto recomendable abusar de las conservas cuando los niños son demasiado pequeños, pero por su alto contenido en sal. Además, cada vez que se le presente un nuevo alimento al bebé hay que prestar atención y tener especial cuidado por si este le pudiera llegar a producir una reacción alérgica. El pescado no es ninguna excepción por lo que mejor ir poco a poco.

 

¿Quiénes son los más expuestos a estos tóxicos que se encuentran en los pescados más grandes?

Aquellos niños de familias con más poder adquisitivo, pero ¿por qué? Como explica la propia AESAN son los propios pescados grandes los que más expuestos están a tóxicos. Pescados grandes como bien pueden ser el emperador, el atún rojo o el lucio, aquellos, por tanto, que por su tamaño puedan llegar a acumular una presencia mucho mayor de este mineral que, además, afecta a la salud humana. Estos pescados suelen estar en el mercado a un precio mayor. Es por ello por lo que son los niños de familias con mayor poder adquisitivo quienes tienen más probabilidad de estar expuestos a ellos.

 

¿Por qué es tan contaminante el mercurio?

El mercurio es un contaminante medioambiental que, según la AESAN, se encuentra en los alimentos debido a la presencia de este en la corteza terrestre y también por la actividad humana. Se trata de un metal, aseguran, que llega a los pescados en forma de metilmercurio y que puede afectar al sistema nervioso central en el desarrollo y por exposición directa tras el consumo de ciertos alimentos o de manera indirecta al atravesar la placenta pudiendo llegar a la leche materna.

Es por ese motivo también por lo que desde la propia agencia advierten especialmente a las mujeres embarazadas, a aquellas que estén planeando quedarse embarazadas, a las que están en el periodo de lactancia y también a los bebés y niños de menor edad, que restrinjan el consumo de pescados de este tipo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la principal exposición de mercurio por vía humana es el consumo de pescado y marisco, y cabe recordar también que su transmisión al organismo puede ser tóxica también para el sistema nervioso y el inmunitario.

 

¿Es recomendable y saludable el pescado en el embarazo?

La AESAN ha recordado que los límites establecidos de mercurio para los pescados son obligatorios y están, además, totalmente controlados por las autoridades sanitarias por lo que garantizan un consumo seguro. Asimismo, la agencia ha querido recordar también los beneficios del consumo de pescado en el embarazo y en general en la dieta de todos y cada uno de nosotros ya que es, fuente de energía, de proteínas y de alto valor biológico. Asimismo, el pescado contribuye a la ingesta de nutrientes esenciales como son el yodo, el selenio, el calcio y las vitaminas A y D. Por su parte, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha asociado el consumo habitual de pescado durante el embarazo con muchos efectos beneficiosos sobre el desarrollo neurológico en niños y también con la reducción del riesgo de mortalidad por enfermedad coronaria en adultos.

Finalmente, tanto padres como madres y mujeres embarazadas deberán tener en cuenta que lo más bueno y saludable es que el pescado lo cocinemos nosotros, aunque muchas veces por desgracia nos resulte imposible tener a mano pescado fresco…En esos casos lo que haremos es ir a las conservas que suponen una buena alternativa también por su elevado valor nutricional, aunque también por su comodidad y precio. Eso sí, optando siempre por conservas de calidad que no contengan conservantes ni colorantes, pero tampoco aditivos, grasas nocivas o azúcares añadidos. Y a los bebés, el atún en lata o en conserva a partir de los doce meses, pero del atún rojo y del resto de pescados grandes habrá que olvidarse al menos hasta que el pequeñín cumpla diez años.


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