• Buscar

La importancia de la leche en los niños

La importancia de la leche en los niños

Durante la etapa de crecimiento el calcio, el fósforo y la vitamina D son necesarios para el desarrollo de los huesos. Las necesidades de calcio son altas durante la infancia y la adolescencia por lo que la alimentación debe ser rica en productos que lo contengan. Los productos lácteos como la leche, los batidos o los yogures son alimentos ricos en calcio. 

Publicidad

Índice

 

Nutrientes de la leche

El calcio es esencial para la formación del esqueleto y, una vez finaliza la adolescencia, seguirá siendo importante su ingesta para reparar pérdidas que se producen en la edad adulta. Una dieta pobre en calcio puede causar problemas de crecimiento y desarrollo y enfermedades como raquitismo u osteoporosis. Además, el calcio procedente de los productos lácteos normaliza la proporción de grasa corporal, reduciendo el riesgo de obesidad.

La vitamina D, es responsable de controlar la absorción del calcio por el organismo por lo que junto con este es fundamental para la mineralización del esqueleto y para la consecución de una máxima cantidad de masa ósea. La acción del sol sobre nuestra piel puede ser suficiente para garantizar el aporte necesario de esta vitamina, pero en lugares septentrionales con menos horas de luz solar, o en épocas invernales cuando no se puede asegurar la suficiente exposición al sol, alimentos como la leche y los derivados lácteos son fuentes dietéticas fundamentales para obtener la vitamina D.

Las vitaminas B2 y B12 se encuentran en cantidades importantes, cubriendo prácticamente las necesidades diarias de las mismas con las raciones recomendadas. Las vitaminas B1, B6, C y E están en menor proporción.

Las vitaminas liposolubles, como las vitaminas A, D, E y K, son proporcionales a la cantidad de grasa y se pierden en los procesos de desnatado, aunque en estos casos, estos alimentos suelen suplementarse.

- Energía: el valor energético de los lácteos depende fundamentalmente del contenido en grasa. Es más elevado en la leche entera, la que deben tomar la mayoría de los niños, y los quesos y menor en yogur y otras leches fermentadas.

- Proteínas: los lácteos son ricos en proteínas (caseína, lactoalbúmina y lactoglobulina) de alta calidad biológica, porque contienen prácticamente todos los aminoácidos esenciales.

- Hidratos de carbono: están representados mayoritariamente por la lactosa, que junto con el agua, son los principales componentes de la leche. La lactosa tiene un poder edulcorante menor que la sacarosa o el azúcar de mesa, y precisa para su digestión de la presencia de un enzima, llamada lactasa, que es segregada por las células de la mucosa de intestino delgado. Hay personas que tienen un déficit en lactasa, lo que impide que la lactosa de la leche sea digerida, causando intolerancia a la lactosa.

- Grasa: la leche y los lácteos, en general, son ricos en grasa saturada. Pero en comparación con otros alimentos, la leche presenta un contenido relativamente elevado en ácidos grasos de cadena corta y media, cuya absorción es rápida. La grasa es un nutriente energético, necesario para el buen funcionamiento y desarrollo del organismo del niño, y vehiculiza a las vitaminas liposolubles, como la A y la D, facilitando su absorción. Por lo tanto, es necesaria también en la nutrición de los niños.
 

¿Cuántos lácteos deben tomar los niños?

Tanto en niños como en adolescentes, se estima que debe haber un consumo diario de tres raciones de lácteos. Los lácteos deben aportar aproximadamente la cuarta parte de las proteínas y las tres cuartas partes del calcio y fósforo necesarios para la mineralización del hueso y de los dientes, lo que significa unos 500 ml de leche o dos yogures de 250 ml.

Un vaso de leche en el desayuno o a la hora de la merienda constituye un equilibrado aporte de nutrientes para mantener un adecuado estado de salud del niño, un óptimo crecimiento y desarrollo a la vez que contribuye a preservar una buena salud en la edad adulta. 

Además, es importante que incluyas en su dieta otros lácteos como yogures o queso. En cuanto a los primeros, busca yogures bajos en azúcares, lo mejor es el yogur natural. Y de los quesos los mejores son los quesos pasteurizados bajos en grasa como los quesos semicurados o los quesos frescos.

También puedes completar sus necesidades diarias de calcio, fósforo o vitamina D con otros alimentos como las verduras y las hortalizas, las legumbres, los frutos secos, la carne o el pescado.

En definitiva, una dieta sana y equilibrada asegurará a tu hijo las cantidades diarias necesarias de estos nutrientes para favorecer su crecimiento y desarrollo. Solo si el profesional de pediatría lo indica es necesario incluir suplementos en su dieta para mejorar su salud. 

 

 


Fuente:

Ajram, Dr. Jamil, Tarés, Dra. Rosa María (2005), El primer año de tu hijo, Barcelona, Ed. Planeta.

Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica

Fecha de actualización: 24-02-2022

Redacción: Irene García

Publicidad
Publicidad

TodoPapás es una web de divulgación e información. Como tal, todos los artículos son redactados y revisados concienzudamentepero es posible que puedan contener algún error o que no recojan todos los enfoques sobre una materia. Por ello, la web nosustituye una opinión o prescripción médica. Ante cualquier duda sobre tu salud o la de tu familia es recomendable acudir a unaconsulta médica para que pueda evaluar la situación en particular y, eventualmente, prescribir el tratamiento que sea preciso.Señalar a todos los efectos legales que la información recogida en la web podría ser incompleta, errónea o incorrecta, yen ningún caso supone ninguna relación contractual ni de ninguna índole.

×