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¿A partir de qué edad los niños pueden comer frutos secos?

¿A partir de qué edad los niños pueden comer frutos secos?

Almendras, piñones, nueces… son  frutos secos grasos y aportan mucha energía, más de la mitad de su peso son grasas insaturadas pero, además, son ricos en proteínas, ácido fólico y otras vitaminas del grupo B muy importantes para el cerebro del niño, así como minerales como el fósforo, el hierro y el potasio. En cuanto a la fruta seca como los dátiles, albaricoques, higos o ciruelas, no solamente aportan azúcar sino proteínas, hidratos de carbono, vitaminas, sales minerales y mucha fibra. Por todo ello, son recomendables en la alimentación de los niños, pero aplicando criterios de precaución.

 

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Índice

 

¿A qué edad se pueden dar frutos secos?

Incluir frutos secos en la dieta de un niño, desde el punto de vista nutricional, puede ser una de las mejores maneras de aportarle a su organismo una alta dosis de energía y grasas ricas en omega 3, que tan necesarias son para el buen funcionamiento del cuerpo, pero dar de comer frutos secos a niños menores de 4 años puede aumentar el riesgo de atragantamiento pulmonar de manera exagerada, ya que hasta que el niño no cumple al menos los 4 años de edad no tiene una madurez en el proceso de masticado y tragado que le permita comer cierto tipo de alimentos, como es el caso de los frutos secos, sin riesgo de atragantarse y asfixiarse. Según los estudios, el 70% de casos de atragantamiento infantil se produce con frutos secos, por lo que es un dato que deberíamos tener muy en cuenta.
 

Riesgos de los frutos secos

Aunque se trate de un alimento muy nutritivo y pensemos que nuestros hijos ya tienen la suficiente madurez como para comer todos los alimentos que queramos darles, deberías tener en cuenta los siguientes riesgos a los que se expone un niño pequeño al comer frutos secos.
Antes de ofrecerle frutos secos por primera vez, ten en cuenta lo siguiente:

Riesgo de alergia. Nueces, avellanas, almendras, piñones… pueden desencadenar reacciones cutáneas y respiratorias. Conviene retrasar su introducción hasta después de los dos años. En niños con antecedentes de alergia, hasta los cuatro. Los frutos secos más alergénicos e indigestos son los pistachos, los cacahuetes y las nueces. Retrasa su consumo hasta comprobar que el niño tolera bien los demás.

- Atragantamiento. Entre el 70 y el 80 por ciento de los atragantamientos se produce a causa de los frutos secos. Además del riesgo de asfixia, los trocitos aspirados pueden lesionar el pulmón por el aceite que destilan. La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria recomienda, por este motivo, no ofrecer frutos secos enteros hasta que el niño haya cumplido cinco o seis años. Si bien la ingestión de la cáscara de pipas puede causar apendicitis, el riesgo de aspiración a las vías respiratorias es el verdadero problema que obliga a prohibirlas totalmente antes de los 5 años.

- Control del peso. Son alimentos muy calóricos. Siempre deben consumirse con moderación.

Los frutos secos se pueden dar a partir de los 3 años Los alergólogos señalan que es importante evitar los frutos secos antes de los 3 años de edad por los riesgos de alergia.

- Las almendras o avellanas son perfectas para acompañar un yogur o la papilla de fruta.

- Los piñones suavizan el sabor del puré de verdura.

- Los dátiles, albaricoques, ciruelas contrarrestan el sabor ácido de la fruta fresca.

- Combinan a la perfección con el pollo, el pavo o los platos de pasta.

- Prueba a añadirlos al yogur o al queso fresco para sus tostadas. Por su alto contenido en fibra, son el aliado ideal para combatir el estreñimiento.

Si más adelante, tu hijo es un aficionado al picoteo, recuerda que es mejor ofrecerle un puñado de avellanas que una bolsa de patatas fritas. Frente a los típicos snacks, los frutos secos no contienen conservantes y lo que aportan no son calorías vacías.


Fuente: Asociación Española de Pediatría.

Fecha de actualización: 04-03-2022

Redacción: Edgar Corona

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