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Síntomas de la torsión ovárica

Síntomas de la torsión ovárica

La torsión ovárica es la rotación del ovario de tal manera que llega a ocluir la arteria ovárica y/o de la vena. Provoca un fuerte dolor abdominal, además de fiebre, náuseas, etc. El tratamiento requiere cirugía.

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Indice

 

¿Qué es la torsión ovárica?

La torsión ovárica (conocido también en medicina como torsión ovárica o como torsión anexial) es una enfermedad poco común consistente a la rotación completa o parcial del ovario sobre sus elementos de soporte, disminuyendo o perdiendo de manera completa el aporte sanguíneo preciso. En ocasiones, también la trompa de Falopio puede torcerse.

Este tipo de dolencia es más habitual (70%) en mujeres de entre 20 y 39 años, es decir, en edad fértil. Representa alrededor del 3% de las urgencias ginecológicas y es una urgencia muy grave. 

Los quistes y las neoplasias son la principal causa de la torsión ovárica, prácticamente en un 94%.

Entre los principales factores de riesgo para sufrir este trastorno se en encuentran:

- Embarazo

- Menopausia

- Aumento de la longitud de los ligamentos del ovario

- Ovarios demasiado grandes

- Tumor ovárico

- Cuerpo lúteo agrandado en la gestación

- Síndrome de ovario poliquístico

Generalmente afecta solo a uno de los dos ovarios, con predominio del derecho.

 

Síntomas de la torsión ovárica

- Dolor abdominal muy intenso, constante o intermitente, que se extiende por la espalda o la ingle del lado del ovario afectado

- Náuseas y vómitos

- Fiebre

- Sangrado anormal

- Presencia de una masa pélvica o anexial

- Taquicardia

 

Tratamiento de la torsión ovárica

El diagnóstico es bastante difícil ya que una ecografía, una tomografía axial computarizada o una resonancia no siempre confirman la patología y puede confundirse con otras afecciones que dan síntomas parecidos como apendicitis, cálculos renales, gastroenteritis... La mayoría de las veces es necesario realizar una laparotomía o laparoscopia para realizar el diagnóstico definitivo. Si se confirma, se aprovecha la cirugía para tratarlo.

La laparoscopia consiste en hacer una incisión en la parte inferior del abdomen para acceder al ovario y desenroscarlo. Mientras la laparotomía realiza una incisión más grande para desenroscar el ovario manualmente. La elección de uno u otro depende del profesional de ginecología. 

En los casos graves puede producirse la necrosis del ovario, en cuyo caso será necesario extirparlo.


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