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Las emociones en los tratamientos de fertilidad

Las emociones en los tratamientos de fertilidad

Esperanza, pero también desánimo, frustración,... Las parejas que se someten a un tratamiento de reproducción asistida (TRA) se enfrentan a una fuerte carga emocional. Sin embargo, es fundamental controlar estos aspectos psicológicos puesto que pueden repercutir negativamente en lograr el embarazo e incluso provocan que entre el 15% y el 45% de las parejas abandone el tratamiento. 

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Índice

 

¿Qué emociones pueden surgir ante los tratamiento de fertilidad?

Son muchos los cambios emocionales que la pareja puede experimentar mientras se somete a un tratamiento de reproducción asistida, especialmente si no se consigue al primer intento y lleva meses, o incluso años, lograr el embarazo.

Durante este tiempo la pareja experimentará esperanza, frustración, desesperanza, rabia, tristeza, desánimo... Incluso pueden surgir roces y discusiones entre ambos miembros de la pareja que acaben provocando un distanciamiento entre ambos.
 

Consejos para afrontar estos cambios emocionales

Ante esta situación, los expertos de la clínica de reproducción asistida Ginefiv han elaborado un decálogo con diez consejos para ayudar a controlar los factores emocionales que surgen en este proceso y afrontarlo con mayor éxito.

1. Aceptar la situación: Asumir que existe una dificultad para concebir un hijo o infertilidad es el primer paso para poder enfrentarse a ello. No debemos asustarnos ante emociones normales que surgen ante estas situaciones extraordinarias, como sentirse triste, frustrado o abrumado; se recomienda aprender a identificar estos sentimientos, modificar los pensamientos negativos hacia nosotros y los demás y generar, por tanto, emociones más adaptativas.

2. Mirar hacia delante con actitud positiva: Se trata de enfocar el problema hacia la búsqueda de soluciones posibles y dejar a un lado los pensamientos sobre qué lo ha originado, ya que son múltiples los factores que influyen en la infertilidad. Es importante centrarse en los aspectos positivos de la vida cotidiana sobre los que tenemos control porque aportará fuerzas para continuar con el objetivo y reducirá en gran medida la ansiedad.

3. Ser realista y darse tiempo: Debemos ajustar las expectativas a la situación real, sin que éstas excedan las posibilidades evidentes, ya que cualquier imprevisto o situación inesperada puede generar un intenso malestar. Pero tampoco debemos pensar siempre en “negativo”, ya que puede incrementar innecesariamente las emociones negativas durante todo el tratamiento. Por ello, es elemental buscar un equilibrio; ante decisiones importantes, se debe adoptarlas en momentos en los que no estén aflorando emociones intensas, intentar controlarlas y ser objetivos, además de tomarse el tiempo que sea necesario, sin precipitarse.

4. Apoyarse en la pareja:  Es fundamental enfrentarse a este problema de la mano, ayudándose mutuamente, compartiendo la carga y afrontando conjuntamente el tratamiento. Aunque se interprete la situación de manera diferente por cada miembro de la pareja, es importante respetar y validar las emociones del otro sin juzgarlas para fomentar la unión de la pareja.

5. Consultar y resolver las dudas: Mantenerse informado es especialmente importante porque contribuye a reducir el nivel de ansiedad o nerviosismo que se produce ante lo desconocido. Saber en qué consiste el tratamiento de fecundación in vitro, donación de ovocitos o inseminación artificial, las fases, la medicación que se debe tomar o las posibilidades de éxito ayudan a aclarar dudas y afrontarlo con mayor seguridad. Además de informarse en guías o foros, es preferible consultar todas las dudas a tu médico o especialista, ya que es la fuente más fiable y que mejor conoce tu caso.

6. Mantener el estrés a raya: Se ha demostrado que las mujeres que presentan altos niveles de ansiedad tienen un 30% menos de posibilidades de que sus óvulos sean fecundados y aumentan las posibilidades de sufrir un aborto. Es recomendable consultar a un especialista en medicina y psicología para identificar si el nivel de estrés y ansiedad es elevado o perdura en el tiempo, puesto que este es un síntoma que todos padecemos en determinadas situaciones y no siempre es desadaptativo. 

7. Continuar con tu vida y tener la mente ocupada: Aunque se esté sometido a un tratamiento de reproducción asistida, es importante continuar, en la medida de lo posible, con la actividad cotidiana, así como buscar nuevos intereses. Realizar actividades de ocio o al aire libre hacen que la mente se mantenga ocupada, disminuya la ansiedad y que la vida en pareja no se centre únicamente en conseguir la gestación.

8. Buscar apoyo psicológico: La asistencia psicológica es de gran ayuda durante un tratamiento de reproducción asistida. Además de animar a las parejas en los momentos más difíciles, el equipo de psicólogos puede enseñar técnicas de autocontrol para combatir mejor las situaciones de ansiedad que se generen y disminuir la carga emocional. Ello contribuirá a que haya una mayor cohesión entre la pareja y que no abandonen el tratamiento.

9. Compartir con otras parejas en la misma situación: Vincularse con otras parejas que estén pasando por el mismo trance ayuda a relativizar la situación y evita el aislamiento, ya que se comparten experiencias similares y se percibe la infertilidad como un problema que afecta también a otras personas. No obstante, no todo el mundo experimenta de igual modo las mismas situaciones y es importante ser críticos ante las emociones extremas de otras personas en tratamiento.

10. Tener un “Plan B”: Un tercio de las parejas tratadas por problemas de fertilidad no logran tener un hijo biológico, por lo que se debe tener en cuenta esta posibilidad. Pensar con anticipación un posible “Plan B” ayuda a sentir mayor control sobre la situación y seguir adelante ante cualquier intento fallido. No se trata de renunciar a nuestro deseo, sino de fomentar la capacidad de toma de decisiones. Analizar qué posibilidades hay para quedarte embarazada tras el diagnóstico, los recursos que se destinarán, decidir qué tratamientos se están dispuestos a intentar, hasta cuándo y, finalmente, marcar la meta. Esto evita un mayor impacto sobre el estado de ánimo ante situaciones que se escapan de nuestro control


Fuente:

Ginefiv

Fecha de actualización: 04-01-2022

Redacción: Irene García

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