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Anticoncepción en la lactancia

Anticoncepción en la lactancia

Ya nació tu bebé, y seguramente tu preocupación principal será su salud y que su crecimiento se lleve a cabo de la mejor manera. Pero éste es justo el momento en el que debes detenerte a pensar, junto con tu pareja, el tema de la planificación familiar y aprovechar el periodo de lactancia para decidir si concebir otro hijo pronto o esperar.

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La lactancia efectivamente es un periodo de gracia que protege a la mujer de un embarazo inmediato, al menos durante 40 días tras el parto si da pecho a su bebé, pero definitivamente no es 100% efectiva. Por lo anterior, es recomendable que retomes de nuevo tus cuidados anticonceptivos, sobre todo si quieres darle a tu recién nacido mayor atención y tiempo de calidad.

 

La lactancia como anticonceptivo

El doctor Radames Rivas López, ginecólogo y obstetra miembro del Colegio Mexicano de Ginecoobstetricia y de la Asociación Mexicana de Medicina de la Reproducción, explica: “El cerebro, por medio de la hipófisis, se encarga de producir una hormona que se denomina prolactina, que es la encargada de la producción de la leche materna. Si el bebé se alimenta cada tres horas, la prolactina se mantiene alta y tiene un efecto anovulatorio (que evita la ovulación)”.

El potencial anticonceptivo de la lactancia disminuye sobre todo “cuando se suspende la lactancia exclusiva, que es cuando el bebé sólo consume leche materna, y se incluye leche de fórmula, con lo que se van espaciando las tomas de leche materna y la producción de prolactina pierde su constancia”, explica Rivas. Al bajar la prolactina, las posibilidades de ovulación aumentan para reactivar el periodo de fertilidad.

No obstante, incluso dando el pecho de manera exclusiva es posible que la ovulación regrese y, con ellas, la menstruación y las posibilidades de quedarse embarazada, así que, si no quieres un embarazo muy temprano, mejor busca un método anticonceptivo.

 

El momento de decidir que método anticonceptivo utilizar

Para elegir el método adecuado para ti y tu pareja es necesario que evalúes tu situación actual, de manera que acudas al ginecólogo y pidas una orientación con respecto a las opciones disponibles que no afecten el proceso de lactancia.

Si por algún motivo la madre no pudo amamantar al bebé, por las razones que fueran, es necesario implementar un método anticonceptivo de inmediato que, en este caso, podría ser cualquiera ya que no habría problemas de interferencia con la lactancia materna. 

Por supuesto, puedes usar anticonceptivos no hormonales, como los preservativos, el condón femenino, el diafragma o el capuchón cervical. Si usaste un diafragma o un capuchón cervical antes, espera hasta tener el primer control posparto para comenzar a usar ese método de nuevo. La mayoría de los médicos recomiendan no colocar nada en la vagina hasta acabado el puerperio por riesgo de infecciones.  

De acuerdo con el doctor Rivas, es básico “evaluar que no haya una enfermedad materna como hipertensión o diabetes descontrolada, cáncer o tumores en el hígado, ya que estas mujeres no son candidatas a utilizar un método anticonceptivo hormonal” y por lo tanto se deben inclinar por un método de barrera como el dispositivo intrauterino o el preservativo.

Si se comprueba que la madre está en perfecto estado de salud, tiene más opciones para elegir. “En este caso, se indican anticonceptivos hormonales que contienen progestina, que no interviene en la lactancia, llamados minipíldoras. No se recomiendan pildoras hormonales combinadas con estrógenos porque lo que hacen es inhibir la lactancia. Aparte, se recomienda no dar estrógenos para evitar algún problema de trombosis en las mujeres que recientemente se convirtieron en madres”, asegura el doctor.
 

¿Cuál es el anticonceptivo adecuado?

Actualmente existen diversas opciones anticonceptivas que no afectan la lactancia, como algunas píldoras anticonceptivas hormonales orales o el implante; que dan la protección deseada y no producen aumento de peso o acné. Las pastillas se deben tomar a diario y su efecto permanece siempre y cuando no se suspendan.

El implante, por su parte, tiene una duración de tres años. “La función principal es inhibir el proceso de ovulación. Las hormonas que libera bloquean el estímulo a las hormonas LH y FSH (que hacen posible la ovulación), incrementan el grosor del moco cervical y lo hacen más denso para impedir el paso del espermatozoide, y adelgazan la capa endometrial, que es donde se implanta el embrión”.

El implante es un pequeño tubo flexible y muy delgado, del tamaño y grosor de una cerilla, y se coloca por medio de un jeringa (prácticamente es como una inyección). Antes de aplicarla, el médico aplica anestesia local y se inyecta el dispositivo.

El médico puede colocar el implante a la siguiente semana de nacer el bebé. De acuerdo con el especialista, algunas mujeres pueden presentar efectos secundarios como amenorrea o desaparición de la menstruación durante seis meses o más, pero sin riesgo alguno.

Otra opción anticonceptiva es el Dispositivo Intrauterino (DIU) que se introduce vía vaginal, y tiene la finalidad de crear un medio hostil para el espermatozoide y se puede utilizar durante la lactancia porque no tiene liberación de hormonas. Tu ginecólogo hará una evaluación para ver el tamaño conveniente. Este dispositivo te lo puede colocar durante la etapa de posparto.

El doctor Rivas comenta que el “anticonceptivo ideal es el que elige la paciente que está bien informada, por lo tanto hay que dar varias opciones y aclarar sus dudas. Si la pareja participa en el método es mucho mejor. Aunque la mujer es dueña de su cuerpo y la decisión está en ella”.

 

 


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Redacción: Vianey Bautista Sarmiento

Fecha de actualización: 20-10-2021

Redacción: Irene García

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