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Ácido fólico ¿antes del embarazo?

Ácido fólico ¿antes del embarazo?

El ácido fólico (forma artificial del folato) es una vitamina B que interviene en la síntesis de las proteínas y la formación de células.

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La función del ácido fólico

Durante el embarazo las necesidades de folatos aumentan considerablemente para hacer frente al crecimiento del útero, la formación de la placenta y, en especial, al desarrollo del feto. Su carencia puede ser responsable de varias complicaciones, como anemia, retraso de crecimiento intrauterino, prematuridad, y sobre todo de malformaciones neurológicas como anencefalia (ausencia de cerebro) o espina bífida. De ahí la importancia de asegurar la cantidad suficiente de ácido fólico en esta etapa.

 

¿Cómo garantizar la cantidad requerida de ácido fólico?

Esta vitamina se encuentra de forma natural en las verduras, sobre todo en las de hoja verde como las espinacas, las acelgas, los canónigos, etc. También en los guisantes, las judías verdes, frutas tales como las fresas, frambuesas y melón, en las lentejas, las nueces, la levadura, los cereales enriquecidos…

Una mujer embarazada o que está intentando concebir debería tomar al menos 400 µg (microgramo) diarios antes y durante la concepción.

Hay datos suficientes para afirmar que una buena nutrición antes y durante el embarazo ayuda a prevenir enfermedades en el feto y mejorar su salud. Sin embargo lo más habitual, dada nuestra dieta, es que no se consiga el nivel diario recomendado mediante la alimentación, razón por la cual se aconseja a todas las embarazadas tomar ácido fólico a través de suplementos.

La mayor parte de los micronutrientes que requiere el bebé proceden de las reservas de la madre. Sin embargo algunos otros, como el folato (versión natural del ácido fólico), no cruzan fácilmente la placenta o el organismo materno no es capaz de fabricarlo, y por tanto se hace imprescindible consumirlo en forma de suplemento de ácido fólico.

Además se recomienda siempre comenzar a consumirlo al menos 6 u 8 semanas antes del producirse el embarazo y durante el transcurso de éste, especialmente durante los primeros tres meses.

 

¿Por qué consumir ácido fólico lo antes de quedar embarazada?

Es cierto que no todos los embarazos son planeados, pero si se está buscando un bebé, conviene tomar un suplemento vitamínico que incluya ácido fólico desde el momento en el que se haya decidido concebir. Aunque no se sabe con certeza la relación directa, múltiples estudios han demostrado que cantidades adecuadas de folatos reducen el riesgo de que el feto sufra defectos del tubo neural, como los citados anteriormente.

Al parecer el ácido fólico contribuye a que el tubo neural del embrión se cierre y esto ocurre en las primeras semanas de gestación, normalmente antes de que la mujer sea consciente que está embarazada. Si esto no sucede, no se cierra, el desarrollo del cerebro y/o de la médula espinal no se completa, provocando serias malformaciones en el feto que pueden comprometer su vida.

Como la formación de esta parte del embrión se produce en la primera fase del embarazo, se anima a las mujeres que están tratando de concebir, o a aquellas que ya lo han hecho que aumenten el consumo de ácido fólico en cuanto tengan conocimiento de estar en estado.

Existen, asimismo, algunas circunstancias que pueden favorecer el déficit de ácido fólico, por ejemplo los embarazos gemelares, las segundas gestaciones, hábitos poco saludables como el tabaquismo o el consumo habitual de alcohol, una alimentación pobre en verduras y frutas, algunos medicamentos. etc.

En estos casos es indispensable una ingesta superior de acido fólico en forma de medicamento recetado siempre por el ginecólogo o profesional de medicina.

Según diversos estudios de medicina, la dieta mediterránea aporta en torno a 200 mcg al día, procedentes sobre todo de las verduras y las frutas, por lo que se queda lejos de los 600 mcg que necesitan las embarazadas antes de la concepción. Eso significa recurrir a los suplementos alimenticios al menos los 3 meses previos y las 12 primeras semanas de embarazo, aunque mejor seguir tomándolo hasta el final del mismo.

Además, las mujeres que hayan sufrido embarazos previos con defectos del tubo neural, tengan historia previa familiar, diabetes insulino-dependiente, o epilepsia tratada con ácido valproico o carbamazepina deberán aumentar la dosis hasta 4 mg/día.
 

¿Tienen efectos secundarios los suplementos de ácido fólico?

El ácido fólico es una vitamina hidrosoluble, concretamente vitamina B9, que se encuentra en infinidad de alimentos de consumo habitual. Pero el hecho de tener que ingerirla en forma de “medicamento” durante el embarazo, para garantizar el nivel diario adecuado, puede hacernos temer por sus efectos secundarios. Sin embargo lo cierto es que el ácido fólico apenas provoca reacciones adversas. Tal vez, en raras ocasiones, se han comprobado efectos secundarios leves como picores, mal sabor de boca, confusión, irritabilidad, enrojecimiento o sarpullidos en la piel, dificultad para respirar, etc. También náuseas, flatulencia, distensión abdominal, etc. No obstante, es raro que aparezcan estos síntomas y no debe olvidarse que estos últimos síntomas también son frecuentes durante la gestación, por lo que podrían ser propios del embarazo y no originados por el consumo de ácido fólico.

Ten en cuenta que la mayoría de las veces el ácido fólico se toma en forma de fármaco multivitamínico, es decir, cada cápsula o pastilla contiene, además de ácido fólico, otras vitaminas, minerales o elementos  diversos. Por lo que la reacción podría deberse a cualquiera de sus otros componentes.

Y sus beneficios son mucho mayores a sus posibles efectos secundarios, por lo que debes tomarlos. Si te sientan mal, consulta a tu profesional de medicina por si pudieras cambiar de marca para ver si otras te sientan mejor o tomarlo solo. Pero no dejes de tomarlo por tu cuenta hasta la semana 20 ya que sus beneficios al desarrollo del feto son mucho mayores que estas molestias comentadas.


Fuentes:

Centros para el control y la prevención de enfermedades https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/folicacid/recommendations.html

Fecha de actualización: 03-12-2021

Redacción: Irene García

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