¿En qué consiste el monitoreo fetal?

Indice

• ¿Qué es el monitoreo fetal?
• ¿Cómo se interpretan las gráficas de los monitores fetales?
• ¿Por qué se usan también los monitores en el parto?
• ¿Cuáles son los riesgos y beneficios de los monitores fetales?

 

¿Qué es el monitoreo fetal?

Los monitores fetales son una prueba que se realizan desde la semana 37 en las clínicas privadas y desde la 40 en las públicas. Es una prueba indolora muy importante ya que sirven para verificar que el bebé se encuentra bien y su ritmo cardiaco es el adecuado, así como para ver la actividad uterina y poder valorar si queda poco para el parto o no.

Esta prueba de medicina recoge en una gráfica dos valores diferentes: por un lado, la frecuencia cardiaca fetal, y por otro lado, la actividad uterina o contracción muscular del útero. Una vez acabada la prueba el ginecólogo valora la gráfica que ha creado ambos valores (uno situado encima del otro), y así puede determinar si es necesario programar el parto porque el bebé no tiene suficiente bienestar fetal o si el parto es inminente porque tienes muchas contracciones y muy fuertes.

Para hacerte los monitores, te colocarán en una camilla tumbada boca arriba y te pondrán una especie de correas o cintas elásticas que llevan unido un transductor. Una de ellas la colocarán más arriba, para registrar el latido cardiaco, y la otra un poco más abajo, para registrar la actividad uterina. El análisis dura unos 30 minutos, aunque puede durar un poco o menos según los valores que se vayan registrando.

Puedes ir a la prueba sola o acompañada. No hay ningún riesgo ni problema, lo único que sí es un poco aburrido porque estarás sola en una sala unos 30 minutos, así que si alguien te acompaña, se hará más leve. Si no, puedes llevarte un libro o revista, aunque la postura no es muy cómoda para leer. Lo que no puedes tener contigo es el móvil ya que no se recomienda tener activos este tipo de aparatos por si interfieren con la máquina.
 

¿Cómo se interpretan las gráficas de los monitores fetales?

Otra manera de entretenerte es mirando la pantalla en la que también van apareciendo todos los datos referentes tanto a la actividad del corazón de tu bebé como de tu útero (aunque hay gente que se pone nerviosa al ver cómo varían y cambian). Si no es tu caso y te gusta observarlo, ten en cuenta que el bienestar fetal bien indicado por una frecuencia cardiaca de entre 120 y 160 latidos por minuto, que pueden verse alterados cuando el bebé se mueve (aumentan) o si está dormido (son más bajos). Así que no te asuste si su ritmo cardiaco está en 130 y, de repente, sube a 160.

De hecho, lo que buscan los médicos es notar que el bebé se mueve, por eso se recomienda haber comido algo dulce un rato antes de acudir a monitores o beberse un zumo para que la glucosa llegue al bebé a través del cordón umbilical y esté más activo.

En cuanto a la actividad uterina, los médicos valoran si hay muchos picos (subidas y bajadas) que indican irritabilidad uterina o si se producen en ese rato contracciones fuertes (por encima de 80). Eso puede indicar que el parto está cerca, aunque es cierto que muchas mujeres pueden experimentar pródromos de parto durante semanas y que, a pesar de que tengas varias contracciones fuertes en la semana 38, no des a luz hasta la 41. Y también lo contrario, que el monitor no registre nada de actividad, no hayas dilatado apenas y el obstetra te diga que estás muy verde y queda mucho para dar a luz, y dos días después rompas la bolsa y se inicie el parto de repente.

Es decir, esta prueba es importante sobre todo para valorar el bienestar fetal, pero en cuanto a saber si queda o no poco para el parto, no siempre se acierta porque el momento en el que empieza el parto es algo desconocido que aún no se sabe bien por qué ocurre.

¿Por qué se usan también los monitores en el parto?

Durante el parto también te monitorizarán, y es mucho más importante que en las semanas previas ya que cualquier complicación que ocurra durante el parto (vuelta de cordón,  sufrimiento fetal…) se refleja en los monitores, indicando si es necesario intervenir con instrumental o hacer una cesárea de urgencias.

Durante el parto la monitorización puede ser externa y constante, es decir, estar siempre enganchada al aparato, o ponértela solo de vez en cuando. Depende de si te han puesto la epidural o no. Además, si los médicos o las matronas lo ven necesario se puede recurrir a la monitorización interna, que es mucho más precisa ya que los transductores se colocan en la cabeza del bebé, pro también mucho más agresiva, por lo que rara vez se lleva a cabo.

También sirven para controlar las contracciones, tanto la frecuencia como la intensidad, que en este caso sí se verá cómo cada vez son más altas (llegando incluso a salirse de la gráfica) y más frecuentes, indicando que la dilatación está en marcha.

De esta manera, los profesionales podrán saber cómo va el parto y si hace falta intervenir o dejar que transcurra solo. 
 

¿Cuáles son los riesgos y beneficios de los monitores fetales?

En cuanto a los riesgos, no hay ninguno, ya que no es una prueba perjudicial para el bebé ni para la madre. Puede haber un leve riesgo de infección en el monitoreo interno. El electrodo para el cuero cabelludo puede dejar una marca o un pequeño corte sobre la cabeza del bebé, pero generalmente sana con rapidez. Por eso es menos habitual la monitorización interna.

En cuanto a los beneficios, puede ayudar al posible reconocimiento de problemas del feto, especialmente de la pérdida de bienestar fetal, lo que puede salvar la vida del bebé.