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Altura uterina

Altura uterina

El útero tiene un papel primordial en la gestación. Alberga y alimenta al embrión en desarrollo hasta que se convierte en un bebé. Por ello necesitará adaptarse al tamaño de éste a medida que va creciendo. Gracias a la elasticidad de su tejido, desde el mismo momento de la concepción comienzan a distenderse sus paredes, lo que posibilita el aumento  de volumen. Al final del embarazo el útero llega a medir 6 veces más de altura y multiplica por 1000 su capacidad.

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Cambios del útero a lo largo del embarazo

Las dimensiones originales del útero, antes de la gravidez, se asemejan a las de una pera; pesa entre 50 y 90 gramos, tiene una altura de 6 a 8 centímetros, mide de 4 a 5 cm de ancho y tiene un grosor de 2 o 3 cm.

Al producirse la fecundación del óvulo y descender éste para implantarse en el endometrio, el útero comienza a transformarse, Ahora bien, este incremento no es apreciable desde el exterior hasta el 4º o 5º mes, incluso más tarde en algunas mujeres. Pero en el interior, la matriz, ya ha empezado a crecer junto al embrión.

A los dos meses de gestación el útero ha adquirido el tamaño de una naranja. En el 4º mes la parte superior puede situarse entre el ombligo y el pubis. En el 5º llega a la altura del ombligo. A los 7 meses lo sobrepasa en 5 cm y al 8º alcanza el esternón. Esta será la altura máxima que llegue a adquirir. Casi al final del embarazo, en las últimas semanas, el útero desciende un poco, apenas tiene ya sitio y el bebé se encaja en la pelvis preparándose para nacer.

La altura uterina corresponde a la distancia entre la sínfisis pubiana (una de las articulaciones de la pelvis, situada a la altura del vello púbico) y el fondo uterino (la parte más alta del útero), ambos determinados por palpación.

Medir la altura del útero es uno más de los exámenes clínicos que suelen realizarse a lo largo de la gestación. ¿Con qué fin? El objetivo primordial de esta prueba es la estimación de la edad gestacional. Midiendo la altura del útero, la matrona puede hacerse una idea de los meses de embarazo y compararlos con el tiempo de amenorrea, para comprobar si el feto crece adecuadamente. Además de evaluar el tamaño fetal (si es demasiado pequeño o demasiado grande), también permite detectar embarazos múltiples o la cantidad de líquido amniótico.

 

¿En qué consiste la prueba de medición de la altura uterina?

La medición de la altura uterina es un método sencillo, inocuo e indoloro. Se realiza colocando un extremo de una cinta métrica en la parte superior del pubis y extendiéndola por el abdomen a lo largo de la línea alba hasta que, apretando ligeramente la barriga, desaparece la resistencia del útero.

Los centímetros que distan de la sínfisis púbica al fondo del útero expresan lo que mide el útero. Tal vez para una persona profana en la materia resulte difícil saber dónde está la parte superior del útero, pero las expertas manos de una matrona distinguen perfectamente donde se encuentra este punto.

 


Los valores de la altura uterina aumentan según transcurren las semanas. Pero por regla general y de manera simplificada se dice que hasta el 7º mes podemos conocer la altura media multiplicando el mes x 4; así a los 6 meses, medirá 24 cm. Pasados los 7 meses aumenta 2 cm por cada mes, hasta alcanzar los 32 o 33 cm al final.

Es importante es que la medida la tome siempre la misma persona, porque es un procedimiento que depende mucho de la toma de referencias.

Ahora bien, estas no son más que cifras medias que varían de una mujer a otra, incluso en la misma mujer en diferentes gestaciones. Factores como la obesidad, embarazos gemelares o segundos embarazos, pueden alterar los números, por lo que no deben ser tomados como valores rígidos, sino como puntos de referencia.

Igualmente, la posición del feto puede influir en la altura uterina. Por ejemplo, un bebé situado en posición transversal puede hacer que disminuya la altura uterina, al igual que los bebés que tienen tendencia a ocupar la parte baja de la cavidad uterina.

No obstante serán siempre el ginecólogo o la matrona las personas indicadas para informar acerca del desarrollo del bebé.
 

¿Qué pasa si la altura uterina es menor de lo normal?

Si la altura uterina es menor de lo normal puede indicar un retraso de crecimiento intrauterino. Para salir de dudas, lo mejor es realizar una ecografía al feto y tomar sus medidas. Se mide el diámetro biparietal, la circunferencia abdominal y la longitud de fémur y con esas tres medidas se estima el peso y la talla del bebé. Si los datos obtenidos muestran un percentil por debajo del 10 o un peso o talla muy bajos, se pueden recomendar pruebas extra para comprobar si el feto tiene algún problema o crece adecuadamente.

A veces, la menor altura uterina se debe a la disminución de líquido amniótico u oligoamnios (en el 4% de los casos). Si así fuera, se debe hacer también un seguimiento de medicina, comprobar si la bolsa se ha roto o si existe alguna anomalía en el feto y hace falta provocar el parto.
 

¿Y si la altura uterina es mayor de lo normal?

Una gran altura uterina no supone forzosamente que el bebé sea grande. Puede ser síntoma de polihidramnios (en un 3% de los casos), es decir, de un exceso de líquido amniótico.

También es posible que el feto sufra malformaciones, especialmente del tubo digestivo o del sistema nervioso central. El exceso de líquido hace sospechar la ausencia de deglución, un mecanismo que regula la cantidad de líquido amniótico.

También puede estar ligada a una diabetes insulinodependiente de la madre o a una incompatibilidad de Rh que provoca un edema.

Si la altura uterina parece anormalmente elevada y el bebé ya está a término, se puede provocar el parto. Si no, serán necesarias más pruebas para comprobar la causa de esa altura uterina más elevada de lo normal para la edad gestacional.


Fuente:

Elsevier: https://www.elsevier.es/es-revista-progresos-obstetricia-ginecologia-151-articulo-altura-uterina-curvas-normalidad-valor-13079982

Fecha de actualización: 11-03-2021

Redacción: Irene García

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