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La 3ª semana de embarazo

La 3ª semana de embarazo

Aunque tú todavía no sepas que estás embarazada, tu bebé cumple 1 semana de vida y sigue creciendo y desarrollándose. El blastocisto se implanta en el endometrio y se forma la placenta y el líquido amniótico comienza a juntarse formando el saco.

 

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Indice

 

Los primeros días del embrión

El óvulo fecundado experimenta un proceso de división a medida que baja al útero por las Trompas de Falopio. Tras la fecundación la célula se divide en 2 durante las primeras 24 horas y al cuarto día es una masa constituida por más de 100 células llamada cigoto. El huevo continúa dividiéndose a medida que es arrastrado por las trompas de Falopio hacia el útero. Cuando llega al útero se llama mórula.

Mientras baja, el útero se ha ido preparando gracias al aumento de los estrógenos y de la progesterona.

Al final de esta semana ya se determina el sexo del bebé. Biológicamente es el hombre quien determina su sexo ya que es el espermatozoide el que tiene en sus cromosomas los genes X (femenino) o Y (masculino), la madre sólo dona el cromosoma X en sus óvulos. Si el padre otorga un cromosoma X, (XX) tendrás una niña; si el espermatozoide tiene un cromosoma Y (XY), tu bebé será un hombrecito.

En este momento tu bebé es un conjunto de células denominado blastocito con una masa de células en el interior que es el embrión en sí mismo, rodeada de una cavidad llena de fluido que se convertirá en el líquido amniótico y otro conjunto de células externo que se transformará en la placenta (el órgano a través del cual llega el oxígeno y el alimento al feto).

En esta semana se produce la implantación, cuando el útero está receptivo y presenta las cualidades necesarias en cuanto a aspecto y grosor (entre 6 y 10 mm) para que el embrión anide. 

En ese momento, el blastocisto, que cuenta ya con unas 200 células diferenciadas que realizan diferentes funciones, se coloca sobre la mucosa uterina y rompe la membrana superficial hasta alcanzar las capas más profundas, realizando una especie de nido donde se alojará. Luego, el endometrio le envuelve hasta dejarlo totalmente cubierto para que esté protegido.

Una vez que se desarrolla la placenta, comienza a producirse la hormona del embarazo hCG (gonadotropina coriónica) cuya función es detener la ovulación y aumentar la producción de estrógeno y progesterona (para impedir que se desprenda el blastocisto del útero). Esta hormona es la que reacciona en los tests de embarazo, hacia el final de esta semana ya podrás saber si estás embarazada.

Mientras tanto, el líquido amniótico comienza a juntarse formando la bolsa amniótica, que amortiguará y protegerá al bebé las semanas siguientes. Ahora mismo, el blastocisto recibe el oxígeno y sustancias nutritivas (y desecha residuos) por un sistema de circulación primitivo a través de los vasos sanguíneos en su pared uterina. La placenta no estará suficientemente desarrollada para asumir esta tarea hasta el final de próxima semana.

Tu bebé mide 0,1 centímetro y se sus células se siguen multiplicando de manera vertiginosa.


Cambios en la madre

Hacia el final de esta semana puedes manchar un poco, creyéndote que es el comienzo de la regla. En realidad, este sangrado estará producido por el blastocisto al rozar en la pared del útero. Es muy ligero y sólo una minoría de mujeres lo sufre.

Es posible también que sientas pequeñas molestias abdominales similares a las premenstruales, lo que seguramente te hará pensar que tu período está por llegar, pero no… esta molestia es la que indica que el útero está creciendo. Además, puede que notes sensibilidad en los pechos y más sueño que lo habitual.

Todos estos primeros síntomas de embarazo pueden confundirse con los síntomas premenstruales, por eso aún no podrás saber con seguridad si estás embarazada o no ya que es pronto para hacerte una prueba de embarazo.
 

¿Cómo cuidarse en esta semana?

Continúa tomando los suplementos dietéticos recomendados por tu profesional de medicina de ácido fólico y yodo al menos hasta la semana 12 de gestación.

Si te notas cansada y con sueño, procura reducir el ritmo, eliminar el estrés y dormir lo más posible.

Puedes seguir con tu rutina habitual, pero procura descansar, llevar una dieta sana y no hacer grandes excesos.

Cuida tu dieta y, por si acaso, deja de consumir ya alcohol y sustancias que pueden ser perjudiciales como los alimentos crudos o poco cocinados o los que no han seguido un proceso de pasteurización.

 

 


Fuente: 

Stoppard, Dra. Miriam (2006), Padres primerizos, Barcelona, Pearson.

Fecha de actualización: 28-01-2021

Redacción: Irene García

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