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Cómo se desarrollan los órganos del futuro bebé y posibles problemas

Cómo se desarrollan los órganos del futuro bebé y posibles problemas

Los órganos del futuro bebé comienzan a formarse desde la cuarta semana de embarazo, cuando las tres capas que forman el blastocisto comienzan a diferenciarse. Y, en torno a las 8 semanas de gestación, todos sus órganos mayores ya están formados, aunque tienen que completar su desarrollo de manera correcta para evitar que aparezcan posibles anomalías o malformaciones. ¿Quieres saber cómo se desarrolla cada uno de estos órganos?

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Índice

 

Desarrollo del blastocisto

El blastocisto es la forma en que se denomina al óvulo fecundado cuando llega al útero y se implanta en él. En este momento, el embrión está formado por un disco con tres capas que darán lugar a todos los órganos y sistemas del bebé gracias al proceso de gastrulación que produce las 3 capas embrionarias: ectodermo, la capa más externa que formará el saco amniótico, la piel, la boca, la córnea, las glándulas mamarias y el sistema nervioso; mesodermo, la capa intermedia que da lugar al aparato circulatorio, el aparato excretor, los músculos, el esqueleto y el sistema reproductor; y el endodermo, la capa más interna que forma la mayoría de los órganos internos del cuerpo, el aparato digestivo, las glándulas y el sistema respiratorio.

Cualquier problema en este proceso, que se produce en la tercera semana de embarazo, da lugar a un aborto espontáneo ya que impide el desarrollo del embrión.

A partir de ese momento, el embrión ya implantado comienza a formar cada uno de sus órganos mayores.

¿Cómo se desarrolla el cerebro?

En la quinta semana de embarazo se forma el tubo neural, el que dará lugar a la médula espinal, el cerebro y el sistema nervioso. A partir de un bulto en el extremo de este tubo se creará el cerebro. En las siguientes semanas las células nerviosas se van juntando y formando pliegues y oquedades que forman las diferentes partes del cerebro asumiendo cada una las funciones correspondientes al prosencéfalo, mesencéfalo y cerebelo. En ese momento, la estructura básica del sistema nervioso fetal está en posición.

La primera actividad cerebral se registra en la semana 7 con los primeros movimientos fetales. Las ondas cerebrales se vuelven más regulares a partir de la semana 10 y comienzan a distinguirse en la semana 20. Las neuronas del bebé se multiplican a un ritmo de 250.000 por minuto y están conectadas a los axones creando el entramado que forma el sistema nervioso. Hacia la semana 25 la mayoría de los axones ha llegado a su destino, por lo que el entramado neural básico está listo.

Alrededor de la semana 27 la superficie cerebral aumenta y con ello lo hacen el número de neuronas, dendritas y conexiones sinápticas, mejorando el funcionamiento cerebral del bebé. En la semana 30 aparecen los primeros surcos y la superficie deja de ser lisa.

En todo este proceso, sobre todo en las primeras semanas de embarazo, es importante que la madre cuente con reservas suficientes de ácido fólico ya que se ha demostrado que esta vitamina ayuda a evitar los defectos del tubo neural que pueden dar lugar a espina bífida o anencefalia (ausencia de cerebro). Además, la colina y el yodo también son esenciales para el desarrollo cerebral. La primera ayuda a fabricar las membranas celulares y es necesaria en la división celular. En cuanto al yodo, una alimentación pobre de la madre puede causar lesiones cerebrales en el niño durante el embarazo y la lactancia.

Por eso, es conveniente que tomes desde los meses previos del embarazo ácido fólico y yodo para evitar problemas en el desarrollo cerebral del feto.
 

¿Cómo se desarrolla el corazón?

La formación del corazón comienza en la cuarta semana y en tan solo 7 días aparecen los primeros latidos, en torno a la quinta semana de gestación, y comienza la circulación sanguínea. El corazón se forma a partir de una protuberancia situada en el centro del embrión. El tejido embrionario forma un tubo cardiaco mediante la fusión de dos vasos sanguíneos que es la estructura primitiva del corazón.

Como decíamos, en torno a la quinta semana el corazón comienza a latir a 100-130 latidos por minuto. A las 8 semanas ya cuenta con las 4 cavidades (las dos aurículas y los dos ventrículos) y los grandes vasos sanguíneos. En la semana 9 comienzan a formarse las válvulas, que terminan su desarrollo en la semana 12, situándose el corazón en ese momento en su posición normal. No obstante, no alcanza su madurez hasta la semana 20, momento en el que ya podría latir fuera del útero.

Si durante este proceso de formación se produce algún problema, el bebé puede desarrollar una anomalía cardíaca congénita. Normalmente este tipo de enfermedades están acusadas por la exposición a sustancias químicas, medicamentos, drogas, alcohol o enfermedades no controladas o que se contraigan en estas semanas como la rubéola. En ese caso, el bebé puede desarrollar enfermedades como la estenosis valvular aórtica: cuando la válvula aórtica es demasiado pequeña, estrecha o rígida; comunicación interauricular, que implica una abertura anómala en el tabique divisorio de las aurículas; estrechamiento aórtico; tetralogía de Fallot, una enfermedad que presenta cuatro problemas diferentes a la vez: la comunicación interventricular, la estenosis pulmonar, la hipertrofia ventricular derecha y la aorta desplazada; un solo tronco arterial común; u otras.

A veces no se pueden evitar estas enfermedades ya que vienen determinadas por la genética, pero, como hemos dicho, muchas veces sí se pueden evitar si la mamá se cuida desde el primer momento del embarazo.
 

¿Cómo se desarrolla el hígado?

El hígado es un órgano encargado de segregar la bilis para digerir las grasas, limpiar la sangre de sustancias nocivas para el organismo, almacenar nutrientes y químicos y la síntesis de proteínas plasmáticas. El hígado comienza a formarse en la quinta semana de embarazo y empieza a trabajar al final del primer trimestre. En la semana 22 empieza a metabolizar la bilirrubina, causante de la ictericia neonatal cuando la sangre no sabe eliminarla correctamente. En la semana 36 se producen los primeros trabajos de desecho del hígado.

Si durante el desarrollo del hígado se produce algún problema el bebé puede desarrollar diversas enfermedades como la atresia de las vías biliares, que puede causar daño hepático y cirrosis; hepatomegalia (agrandamiento del hígado); o enfermedad de Wilson, que provoca que el organismo no pueda deshacerse del cobre adicional.
 

¿Cómo se desarrollan los pulmones?

Empiezan a desarrollarse en la quinta semana de gestación y van creciendo gradualmente a lo largo de todo el embarazo formando los alveolos. Entre la semana 7 y la 16 comienza el desarrollo del árbol bronquial en la llamada fase glandular, donde se desarrolla el árbol bronquial y las estructuras que sustentarán los futuros pulmones (músculos, vasos sanguíneos, cartílago). En la semana 13 el bebé comienza a inhalar y exhalar pequeñas cantidades de líquido amniótico para irse preparando. Entre la semana 17 y la 27 se produce la fase canicular en la que los bronquios comienzan a dividirse en bronquiolos, empiezan a aparecer los neumocitos –células pulmonares– y el surfactante, que permite que los alveolos no se peguen entre sí al insuflar aire. Entre la semana 28 y la 36 se produce la fase sacular cuando comienzan a aparecer los primeros alveolos. Y, por último, entre la semana 37 y los 2 o 3 años se produce la fase alveolar, durante la cual pulmones continúan segregando surfactante para su maduración.

Como puedes ver, aunque los pulmones comienzan a formarse en la semana quinta, no están maduros hasta la 36, por eso los bebés prematuros pueden necesitar oxígeno en las primeras semanas de vida.

El principal riesgo en el caso del desarrollo pulmonar es que el bebé nazca antes de tiempo ya que sus pulmones no habrán madurado lo suficiente y el bebé, además de necesitar oxígeno las primeras semanas, puede desarrollar ciertos problemas como un déficit de surfactante o Síndrome de Membrana Hialina; displasia broncopulmonar, que provoca una disminución del crecimiento pulmonar, tanto de la vía aérea como de los vasos pulmonares, dando lugar a una limitación en la función respiratoria de grado variable; asma; o infecciones respiratorias recurrentes.
 

¿Cómo se desarrollan los riñones? 

Los riñones forman parte del sistema excretor y son los encargados de procesar la orina. Además, ayudan a mantener la sangre limpia, secretan hormonas que permiten la producción de glóbulos rojos y ayudan al crecimiento y mantenimiento de los huesos.

Los riñones comienzan a formarse en la quinta semana de embarazo y comienzan a funcionar en torno a la undécima. En la semana 19 ya producen orina, que es expulsada al líquido amniótico. En la semana 36 los riñones están totalmente formados.

Los problemas congénitos o de desarrollo de los riñones son los más comunes y la mayoría de ellos se detectan en las revisiones de la gestación. Entre las principales enfermedades que pueden surgir encontramos:

Agenesia renal: un defecto muy raro que implica la ausencia de uno o ambos riñones. Si es unilateral el bebé puede sobrevivir al parto y vivir solo con un riñón. Si es bilateral lo normal es que fallezca antes del parto.

Quistes renales: pueden estar en ambos riñones o solo en uno y ser únicos o múltiples. Si alteran el funcionamiento renal o acusan lesiones pueden tratarse dentro del útero, si no, se espera al nacimiento para extirparlos.

Hidronefrosis: obstrucción a cualquier nivel del árbol urinario, lo que provoca la retención de la orina y la dilatación de los conductos urinarios y del riñón. A veces es necesario introducir un catéter en las vías urinarias al bebé dentro del útero para evitar lesiones crónicas. No obstante, otras veces puede posponerse hasta después del nacimiento.

Hipospadias: la uretra no completa su desarrollo y, en vez de abrirse en el centro del glande, lo hace en la base del pene. En los casos leves no requiere tratamiento, en los ma´s graves es necesaria la cirugía.
 

¿Cómo se desarrolla el estómago?

El estómago comienza su formación en la quinta semana y en la octava semana ya está formado, aunque tiene que seguir creciendo y madurando.

Las malformaciones congénitas del estómago son muy raras y podemos encontrar duplicaciones gástricas o atresia del píloro.
 

¿Cómo se desarrollan los órganos sexuales?

En torno a la semana 14 se desarrolla el aparato reproductor del bebé. En los niños, la próstata, y en las niñas, los ovarios. Además, a lo largo del embarazo se crean todas las células que darán lugar a los futuros óvulos ya que las niñas nacen ya con todos los óvulos que desarrollarán a lo largo de su vida fértil.

Algunas de las enfermedades congénitas que pueden presentar los niños con respecto al aparato reproductor son las hipospadias; epispadia (la uretra termina en una abertura en la cara superior o dorso del pene); hiperplasia benigna prostática (HBP), un crecimiento no maligno en la próstata; hermafroditismo (aparato mixto capaz de producir gametos masculinos y femeninos).

En cuanto a las niñas, encontramos también el hermafroditismo; cloaca persistente, en la que los conductos intestinal, urinario y reproductor desembocan en una cavidad común por la falta de formación del tabique urorrectal; síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser o agenesia vaginal (ausencia de vagina y útero, pero con ovarios funcionantes); himen imperforado; anomalías en el útero (útero bicorne, unicorne, doble, septado); ano vestibular (el ano se sitúa en el vestíbulo vaginal, teniendo el recto una pared común con la vagina).

 

 


Fuentes:

Goetzl, Laura (2006), Concepción y embarazo a partir de los 35, Pearson Educación.

“Malformaciones congénitas del estómago”, T. Yandza, J. Valayer. EMC Pediatría. https://doi.org/10.1016/S1245-1789(06)45252-5

Fecha de actualización: 23-02-2021

Redacción: Irene García

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