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Quiste ovárico y embarazo

Quiste ovárico y embarazo

Durante la gestación es posible descubrir que la embarazada tiene un quiste en el ovario. En principio no hay que preocuparse ya que no tiene porqué suponer un riesgo ni para el bebé ni para la mamá, aunque habrá que controlarlo y, si fuera necesario, extirparlo.

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¿Los quistes afectan a la fertilidad?


Los quistes en los ovarios son una afección bastante habitual en las mujeres en edad fértil que, normalmente, no causan síntomas ni problemas. De hecho, la mayoría no se descubren hasta las ecografías de las revisiones ginecológicas rutinarias.

En cuanto a si afectan a la fertilidad y la fecundación, depende del tipo de quiste del que hablemos:

1- Funcionales: quistes que aparecen tras la ovulación, son pequeños y se reabsorben solos en 6 u 8 semanas. Ante estos quistes, lo mejor es hacer un seguimiento a los dos meses en la consulta de ginecología y, si han desaparecido, se puede ir a por el embarazo sin problemas.

2- Dermoides: son quistes que aparecen desde el nacimiento y que van creciendo al llegar a la pubertad. Están formados por restos de tejidos y suelen crecer en las capas externas de la piel, normalmente, en los ovarios. Son benignos y de crecimiento lento, pero generalmente hay que extirparlos para que no sigan creciendo y lleguen a causar molestias y complicaciones.

3- Cistoadenomas: también son benignos, pero se deben controlar ya que pueden crecer mucho y causar problemas, por lo que habría que extirparlos mediante cirugía.

4- Endometriomas: quistes formados por tejido endometrial que crece fuera de la cavidad uterina. Estos quistes suelen hacerse muy grandes, por lo que hay que extirparlos en cuanto miden más de 3 cm.

Cualquier de estos quistes, si crece mucho, puede afectar a la ovulación y la menstruación y, por lo tanto, a la fecundación.
 

Los quistes antes del embarazo


En la primera revisión del embarazo se puede descubrir la presencia de un quiste ovárico. Este quiste puede ser resultado de un folículo liberado durante la ovulación que no ha llegado a romperse y liberarse y que ha seguido creciendo. Estos quistes son funcionales, generalmente miden menos de 5 cm y se reabsorben solos con el tiempo.

No hay que confundir estos pequeños quistes con el cuerpo lúteo, una formación de líquido cercana al ovario que ovuló antes de la concepción de unos 2 o 3 cm y responsable de la secreción de hormonas indispensables para conservar el embarazo. Este cuerpo lúteo crece hasta terminar el primer trimestre de embarazo y posteriormente va desapareciendo lentamente.

Otra posibilidad es descubrir un quiste mayor, anterior al embarazo, que no se hubiera detectado antes por ser asintomático, como los quistes de chocolate, quistes de ovario endometriósicos.
 

¿Se deben extirpar los quistes durante el embarazo?


El 90% de los quistes que se descubren en los primeros meses de gestación son funcionales, es decir, desaparecen solos pasado el primer trimestre. Por eso, lo primero que se hace al descubrir un quiste es observar y controlar si se elimina solo.

Los quistes de ovario persistentes son raros en un embarazo, tienden a presentarse en 1 de cada 1.000 a 2.000 embarazadas, y casi siempre son previos a la concepción, por eso se recomienda acudir al ginecólogo o profesional de medicina antes de buscar un embarazo, para detectar posibles problemas como este.

Estos quistes que no van unidos al crecimiento folicular pueden ser benignos o cancerosos. Pueden provocar dolor agudo y sangrado, incluso pueden torcerse o romperse, lo que podría llegar a ser muy peligroso para el feto.

En estos casos sí se recomienda la cirugía a pesar de la gestación ya que si es muy grande o se rompe puede hacer peligrar el embarazo. Lo más recomendable es programar una cirugía entre las semanas 16 y 20 de gestación, cuando hay menor riesgo de aborto o parto prematuro. La cirugía será lo menos agresiva posible, tratando de conservar el ovario afectado siempre que sea posible. El material extraído deberá analizarse para ver si es canceroso o no.
 

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¿Qué complicaciones pueden causar los quistes en el embarazo?


Aunque no es común, a veces los quistes sí pueden causar ciertas complicaciones:

1- Torsión ovárica, que produce dolor intenso, náuseas y vómitos y puede disminuir el flujo sanguíneo.

2- Rotura del quiste, que causa dolor intenso y sangrado.

Ambas complicaciones pueden dar lugar a problemas en el embarazo, como aborto o parto prematuro.

Lo más importante, por lo tanto, es acudir a una revisión antes de quedarse embarazada por si hay algún quiste que deba ser extirpado, ya que la mayoría de los quistes que se detectan en el embarazo estaban ahí antes de la concepción.


Fuentes:

SECIPE: https://www.secipe.org/coldata/upload/revista/CirPed12_22-25.pdf

Fecha de actualización: 25-09-2020

Redacción: Irene García

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